lunes, 3 de noviembre de 2025

Repensar el acoso escolar desde la justicia restaurativa y la educación en valores

 


INTRODUCCIÓN

Sandra Peña, de 14 años, se quitó la vida después de llevar un año sufriendo bullying por parte de tres compañeras. El centro no había activado el protocolo antiacoso a pesar de contar con dos denuncias.

Además se han difundido en redes imágenes de las presuntas acosadoras.

Hemos asistido estos días a otra muerte que nunca debió suceder y a muchas personas hablando de lo que no se hizo, la pregunta más importante debería ser ¿Cuántos niños y niñas deben morir para que nos empecemos a tomar en serio que algo estamos haciendo mal?

BULLYING, PROTOCOLOS ANTIACOSO ¿SON SUFICIENTES? ¿SE CUMPLEN?

Lo primero que deberíamos pensar es si existen realmente los protocolos anti acoso, y resulta que así es y especialmente desde la  Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, se ha reforzado esta obligación  y exige que haya mecanismos claros de detección, denuncia y actuación. Sin embargo, nos encontramos con que no hay unidad y cada Comunidad Autónoma lo aplica de forma diferente.  Y sobre todo viendo que las estadísticas demuestran que el acoso escolar es algo más común de lo que podemos pensar, la pregunta sería si los colegios aplican los protocolos o quizá intentan quitar importancia a los eventos de acoso para no tener una “mancha” en su expediente. Algunas de estas estadísticas son realmente preocupantes y así un informe de la Fundación ANAR indica que el 9,4% de los alumnos sufre acoso escolar o ciberacoso, una cifra que incluye casos de acoso entre compañeros (12,3%) y casos de acoso grupal (49,8% del total). Continuar leyendo en lawandtrends