INTRODUCCIÓN
Sandra Peña, de 14 años, se quitó la vida después de llevar un año sufriendo bullying por parte de tres compañeras. El centro no había activado el protocolo antiacoso a pesar de contar con dos denuncias.
Además se han difundido en redes imágenes de las presuntas acosadoras.
Hemos asistido estos días a otra muerte que nunca debió suceder y a muchas personas hablando de lo que no se hizo, la pregunta más importante debería ser ¿Cuántos niños y niñas deben morir para que nos empecemos a tomar en serio que algo estamos haciendo mal?
BULLYING, PROTOCOLOS ANTIACOSO ¿SON SUFICIENTES? ¿SE CUMPLEN?
Lo primero que deberíamos pensar es si existen realmente los protocolos anti acoso, y resulta que así es y especialmente desde la Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, se ha reforzado esta obligación y exige que haya mecanismos claros de detección, denuncia y actuación. Sin embargo, nos encontramos con que no hay unidad y cada Comunidad Autónoma lo aplica de forma diferente. Y sobre todo viendo que las estadísticas demuestran que el acoso escolar es algo más común de lo que podemos pensar, la pregunta sería si los colegios aplican los protocolos o quizá intentan quitar importancia a los eventos de acoso para no tener una “mancha” en su expediente. Algunas de estas estadísticas son realmente preocupantes y así un informe de la Fundación ANAR indica que el 9,4% de los alumnos sufre acoso escolar o ciberacoso, una cifra que incluye casos de acoso entre compañeros (12,3%) y casos de acoso grupal (49,8% del total). Continuar leyendo en lawandtrends



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