miércoles, 30 de enero de 2013

WEB DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA DE JUSTICIA RESTAURATIVA

Os anuncio una profunda renovación de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa, primera entidad en España dedicada de forma exclusiva a la difusión de la Justicia Restaurativa, es por ello que os invito a visitar la nueva web www.justiciarestaurativa.es

jueves, 24 de enero de 2013

¿Justicia Restaurativa en el cine?

Me gusta el cine, lo reconozco, el clásico para mi es el mejor pero tampoco se puede despreciar las películas modernas. El cine siempre me proporciona alguna enseñanza y he decidido que tenía que unir dos de mis pasiones en un artículo como este: el cine y la justicia restaurativa ¿Imaginación? En absoluto. Todo empezó con Django Desencadenado, una película de acción con mucha sangre, típica de Tarantino, y lo cierto es que uno disfruta cuando ve sufrir a los malos, me vi reconfortada y riendo cuando el protagonista poco a poco va logrando su venganza y los “malos” reciben su castigo. Me gustó la película, no lo niego y cuando llegué a casa, me puse a reflexionar y me pregunté: ¿realmente creo en la justicia restaurativa? Porque esta película es claramente todo lo contrario: retributiva, fomenta la venganza y el ojo por ojo. La respuesta es fácil, claro que creo en la justicia restaurativa, esto es lo bueno de esta justicia que ante el daño y el sufrimiento, la reacción humana normal es el deseo de venganza pero esta justicia restaurativa más humana va más allá pues la venganza al final no satisface a las víctimas y no proporciona su curación total. Esta justicia no habla de ser blandos con los infractores, trata de confrontar al infractor con su acción delictiva y sobre todo revaloriza el papel de la víctima. Es ella la principal preocupación, sin olvidar el castigo al culpable si fuera necesario. Lo que nos ocurre viendo películas como esta, no es otra cosa que la empatía, sí, efectivamente como seres humanos, la mayoría somos solidarios con el dolor de los demás, nos ponemos en su lugar y por eso la venganza forma parte de una manera de canalizar el daño y la ira de haber sufrido un delito o una acción injusta.
Uno de los errores de muchos de los que trabajan en la justicia restaurativa es que antiguamente para mostrar a las víctimas qué es esta justicia, intentábamos casi decirlas que los sentimientos de venganza no eran correctos y que era necesario que cambiaran, casi podría pensarse que se consideraban víctimas “malas”. Por eso no es correcto asimilar justicia restaurativa y perdón, y menos sí a este último lo damos un significado religioso, ya que cada víctima es diferente y unas necesitaran perdonar como algo esencial y otras no, lo que si es cierto que muchas veces este perdón surge durante el proceso restaurativo, así de forma espontánea. La Justicia Restaurativa ayuda y protege a las víctimas, las acompaña en su camino hacia la superación del trauma que el delito ha generado en ellas, hasta poder despojarse del rol de víctima.
Por eso hay que aceptar los sentimientos negativos que surgen en ellas como algo normal y humano y partir de esa ira, ir transformándola hacia una forma más positiva de asumir lo sufrido. Esta forma más positiva es lo que las ayuda a superar la “losa” de llevar puesto el rol de víctima de forma casi permanente. Seguir leyendo: http://www.cj-worldnews.com/spain/index.php/es/blogs/la-otra-justicia/item/2501-¿justicia-restaurativa-en-el-cine?

miércoles, 23 de enero de 2013

Web del Instituto de Justicia Restaurativa-Amepax

Muy buenas os animo a visitar la web de Amepax, y a haceros seguidor de esta, promete ser muy interesante con últimas novedades en relación a eventos, articulos, normativa sobre justicia restaurativa

https://sites.google.com/site/justiciarestaurativaamepax/

Acerca de la Justicia Restaurativa y su relación con la empatía

Acerca de la Justicia Restaurativa y su relación con la empatía y el perdón:

 Todas las teorías ac...erca de la justicia como construcciones doctrinales deben ir desarrollándose poco a poco, en el caso de la Justicia Restaurativa esta evolución debería cimentarse en el cambio de dos paradigmas:

1- desde el punto de vista jurídico y como afirma Howard Zehr, el cambio es dejar de centrarnos en el binomio delito- pena y basarnos en el de daño-reparación
2- pero también sería bueno tal y como decía Thomas Kuhn basarnos en un paradigma psicológico-filosófico y en lugar de obligar a la gente a comportarse de manera adecuada ante la amenaza del castigo, se debería alentar el desarrollo de la empatía

La empatía suele definirse como “ponerse en los zapatos del otro”. Es una habilidad que nos permite estar conscientes para reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás.
Siguiendo a Thomas Kuhn, y aplicando todo esto a la Justicia Restaurativa, si tratamos de generar empatía en las partes, los beneficios son importantes, por un lado se puede conseguir que el infractor aprenda que no debe delinquir pero no por el temor a recibir un castigo sino porque ha comprendido que con esta actitud está dañando a una persona, a un ser humano.
Por otro lado la víctima podrá conocer de propia “voz del infractor” el por qué del delito, esto la ayudará a obtener respuestas y así superar el trauma del delito.

Además con los procesos restaurativos más inclusivos como las conferencias o los círculos este desarrollo de la empatía también va a beneficiar a la comunidad: amigos, familiares, vecinos…y es que como decía Gandhi “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”, lo cual significa que si pudiéramos lograr esto, podríamos tener menos personas cometiendo delitos, vecinos más humanos y en general sociedades más pacificas, lo que al fin y al cabo favorece a todos, y es el objetivo último de todos los sistemas de justicia.

Lo que está claro es que el desarrollo de esta empatía puede llegar a surgir, a través de un proceso restaurativo ya que estos se basan en el dialogo y la comunicación, mientras que con el sistema de justicia tradicional esto es casi imposible, por cuanto la víctima como ya se ha dicho es un mero testigo pasivo de los hechos, no tiene posibilidad de decidir y todo es gestionado por profesionales ajenos al hecho delictivo. En este ambiente tan frío lejos de conseguir empatía las partes desarrollan más sentimientos de hostilidad y venganza. Esta empatía puede suponer un paso previo para el perdón. Este perdón va a favorecer, más que al infractor a la víctima, pero para eso debe ser genuino y sincero.
Para adentrarnos es que significa este perdón, lo primero sería ver cual puede ser la definición; perdón es la repuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella. Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse ( Robert Enright)

El perdón y la reconciliación no son realmente fines u objetivos de la Justicia Restaurativa, pero sí pueden propiciarse a través de los procesos restaurativos. Erróneamente suele asociarse el hecho de perdonar con olvidar el mal que te han hecho, lo cual supondría quitar responsabilidad al infractor. Perdón no supone olvido, ni tan siquiera como dice la Biblia “poner la otra mejilla”. Implica que los infractores se dejen perdonar pero porque han reconocido el daño que causaron, no porque se haya justificado su acción delictiva, se haya minimizado o se haya excusado el daño.

El perdonar o no es algo muy personal que depende de cada víctima (de cada persona). Sin embargo perdonar puede ayudar enormemente a la víctima para poder seguir adelante. Con su perdón no va a borrar el mal que le ocasionó el infractor pero va a poder recordarlo sin dolor.
Habrá reescrito su “historia” incorporando el delito sufrido como un aspecto más de su vida, lo recordará pero sin amargura, porque gracias al perdón habrá podido “cicatrizar” las heridas que el hecho delictivo la produjo.
Si se desea obtener estos beneficios que el perdón genera, el paso más importante es que la víctima se perdone a si misma. La víctima debe darse cuenta de que lo que ha sucedido no es su culpa, que es una persona digna de respeto y que no se merecía sufrir el delito. Se debe valorar como persona para que el proceso del perdón sea eficaz y verdadero. Se trata en definitiva de que la víctima se reconcilie consigo misma y con su entorno para que luego el perdón produzca los beneficios deseados.

Aunque es claro que el perdón y la reconciliación no van unidos, si están relacionados y pueden considerarse que son dos puntos en el camino de la recuperación y reinserción de la víctima y también del infractor. A través de la Justicia Restaurativa como dice Howard Zehr, puede que las partes se dejen de ver como objetos y empiecen a considerarse como personas que son. La reconciliación empieza con la hostilidad e ira tanto de la víctima como del infractor. La sed de venganza se convierte en un sentimiento habitual en las victimas. El error puede ser considerar como malo y negativo estas ganas de venganza y hostilidad, porque como seres humanos es parte de nuestra naturaleza tener ciertos sentimientos o incluso pensamientos calificados como “políticamente no buenos” pero es verdad que los seres humanos podemos razonar, evolucionar y dejarnos aconsejar y guiar.
La Justicia Restaurativa da la oportunidad a las víctimas para que pasen de la hostilidad a la reconciliación,( atendiendo sus necesidades, escuchándolas y valorándola y abordando el quebrantamiento que el delito ha producido en sus lazos con la comunidad y con los suyos) estos sentimientos aunque parezcan antagónicos son diferentes paradas en un mismo camino hacia la restauración de éstas, además al atender de esta forma a las víctimas se evita que se generen en ellas más hostilidad, más violencia y un aumento de los ánimos de venganza.
La reconciliación (puede o no ser entre víctima e infractor) pero realmente la más importante debe ser la reconciliación consigo misma, con su familia y con su entorno.
Solo así podremos recuperar a las victimas y en muchas ocasiones a los infractores como dos ciudadanos nuevos.

“Perdón es la fragancia que la violeta suelta cuando se levanta el zapato que la aplastó” Mark Twain.
 
Publicado para la página de facebook Criminologia y Criminalistica, por Virginia Domingo