Una vez concluido el III Congreso Internacional de Justicia Restaurativa, una vez más un éxito gracias a los participantes, me ha quedado claro los retos de futuro y lo ya conseguido:
Por un lado es claro el interés del ministerio de justicia en dar cobertura legal a la justicia restaurativa y para muestra, el futuro estatuto de las víctimas que pronto será una realidad según nos comentó la asesora del Secretario de Estado de Justicia, Silvia Martínez Cantón.
Sin embargo, esperamos y para esto seguiremos en la lucha, que la justicia restaurativa no se restringa a delitos más leves y como una alternativa a los juzgados. Debe ser un derecho universal para toda clase de víctimas con independencia del delito cometido.
Por eso, la Justicia Restaurativa puede ser de gran ayuda en delitos más graves, para atender las necesidades de las víctimas y ayudarlas a superar el trauma así como promover la responsabilización del infractor y claro en estos casos no me cansaré de decir que esta Justicia sería un complemento, nunca una alternativa.
Lo deseable sería tener en cuenta estas dos posibilidades en la futura regulación.
Y por último, debe por fin desterrarse la idea de que Justicia Restaurativa y mediación penal son conceptos intercambiables. No son lo mismo pero si que la mediación penal se debe inspirar en los valores de la justicia restaurativa para ser eficaz, sanadora y transformadora.
(foto de grupo de parte de los participantes en el III congreso internacional de justicia restaurativa y mediación penal en Burgos (España))