lunes, 31 de agosto de 2015

Empatía y reparación del daño, en la Justicia Restaurativa

Parece que siempre con el proceso penal nos centramos en el binomio delito-pena y claramente hay un delito pero lo realmente importante es que hay una persona que ha sufrido un daño, bien directa o indirectamente, es decir hay seres humanos que han pasado a convertirse en victimas. Por eso la mayoría de los que creemos en la Justicia Restaurativa, (salvo algunos abolicionistas) no nos planteamos la eliminación del castigo, sino el cambio de prioridades: primero hay que centrarse en el binomio daño-reparación (atendiendo las necesidades y las expectativas de las victimas sobre la justicia) y después atenderemos el binomio delito-pena (atendiendo la demanda del estado, ya que puesto que una norma creada por él se ha vulnerado, hay que castigar al infractor). No se trata de un cambio drástico sino de alterar el orden de importancia a la hora de tratar y abordar el delito. Tal parece que al centrarnos primero en que se ha cometido un delito y que hay que castigar al delincuente, estamos dotando de protagonismo exclusivo a este infractor y al estado, cuando es todo lo contrario, son las victimas ( las personas afectadas) las que deben tener prioridad en todas las actuaciones referentes al delito.

viernes, 28 de agosto de 2015

Penas mas duras, menos delitos: una falsa afirmación

En España al igual que en muchos otros países, cuando un delito grave se comete automáticamente todo el mundo clama por un endurecimiento de las penas, como si aumentar aún más el castigo,  significara que va a haber menos delincuentes y menos víctimas. ¿Cómo va a rehabilitarse un infractor por pasar varios o muchos años en la cárcel, si nunca se llega a arrepentir de sus actos? ¿No sería mejor pedirle que haga algo por la persona a la que causó el daño o por la sociedad? En un primer momento causar daño a quién te lo ha hecho a ti, puede resultar muy positivo para la víctima, pero pasado el primer momento de euforia, al final esto no llena la perdida sufrida por la víctima.Para el resto de la población que no es ni victima primaria ni secundaria, puede resultar suficiente este daño-condena de muchos años en la cárcel, pero para los verdaderamente afectados, este vacío no se llena nunca. Lo más curioso es que los países que tienen más nivel de inseguridad empiezan a sentir que esta justicia que castiga, sin exigir al delincuente nada más, no es suficiente.

jueves, 27 de agosto de 2015

¿La Justicia Restaurativa se centra en las víctimas o en los infractores?

¿De qué lado estamos?. Exactamente es una cuestión que nos planteamos muy a menudo, los que nos dedicamos a este campo ¿la justicia restaurativa se centra en las victimas o en los infractores? Lo peor es que si no nos lo planteamos nosotros, la sociedad en general parece estar continuamente obligándonos a posicionarnos en un lado u otro, en un sentido u otro. Siempre parece que tenemos que estar decidiendo, vivimos en una sociedad polarizada.Nadie parece plantearse que se puede ser neutral o al menos que se puede estar en un punto intermedio. ¿No decían los clásicos que en el medio está la virtud? Obviamente vivimos una época convulsa en la que nos radicalizamos, casi sin quererlo y esto ocurre en todos los ámbitos de la vida y a todos los niveles, y en la justicia no va a ser diferente. Solo hay que poner un ejemplo, se supone que los jueces no pueden tener ideologías políticas (algo difícil en un ser humano) y por eso no pueden estar afiliados a partidos, y sin embargo todos conocemos asociación progresistas y conservadoras, y también somos conscientes de sus luchas internas por alcanzar el dominio de las altas instancias judiciales, por eso últimamente nadie da un “euro” por su neutralidad.

miércoles, 26 de agosto de 2015

Nadie mejor que las víctimas para saber lo que quieren o necesitan

Ayer hablaba de uno de los valores que promueve la justicia restaurativa: el empoderamiento. Este empoderamiento se da en todos los afectados por el delito: víctima, infractor y comunidad pero es a la víctima, a quién más beneficios reporta. Como decía Rappaport, “el empoderamiento implica que no concebimos a las personas como niños con necesidades o simples ciudadanos con derechos que deben defenderse por un agente externo sino como seres humanos integrales que tienen derechos y necesidades y que son capaces de tomar el control de su vida”. Y  precisamente esto es una explicación clara de lo que ocurre en el proceso penal y cómo la Justicia Restaurativa trata de evitarlo. Tal parece que concebimos a las víctimas como seres incapaces o niños que deben ser tutelados por terceros ajenos  a ellos (como decía Rappaport) Al dolor del daño sufrido, de perder, al menos momentáneamente, el equilibrio en su vida tras el delito, se une el tratamiento de algunos medios y de la Justicia en general. Una vez que su caso entra en los juzgados, pierden el poco control sobre su vida que tras sufrir el delito les podía quedar. Todo es gestionado por terceros que además creen saber lo que más conviene a las víctimas y sin embargo, las personas afectadas por el delito sienten que  no son escuchadas, siendo ellas precisamente las que más tienen que decir y aportar durante todo el proceso. Nadie mejor que las propias víctimas para valorar y decir qué necesitan, qué sienten y cómo quieren que continúe la gestión de su caso.

martes, 25 de agosto de 2015

El empoderamiento (empowerment) para la Justicia Restaurativa

La Justicia Restaurativa es una filosofía que ve y entiende el delito como un daño, este daño es una herida para la víctima y para la comunidad en general. Esta Justicia utiliza la responsabilización y la curación para con los afectados por el delito como medio para hacer las cosas bien y reparar el daño. Las víctimas son el centro de atención y la llave de la justicia restaurativa.El objetivo son las personas afectadas de forma directa o indirecta por el delito y por eso, esta justicia trata de devolver el protagonismo a las víctimas y a la comunidad. Las devuelve el poder de decisión sobre un hecho que las afecta tan directamente como es el crimen. En ingles, se habla de empowerment. ¿Empoderamiento? No hay todavía una traducción al castellano fiel y que refleje a la perfección la palabra inglesa. Lo que si es cierto es que actualmente se ha empezado a hablar de esto, un poco más, tras las revueltas ciudadanas acaecidas en un barrio de una ciudad española. Para muchos la forma de gobierno debe pasar por dar más poder de participación a sus ciudadanos, de manera que la democracia sea más real y tangible a la vista de la gente, acostumbrados a acatar y soportar de forma un tanto sumisa, cualquier decisión de los gobiernos tanto locales, como regionales y nacional.

lunes, 24 de agosto de 2015

Los peligros de no usar de forma correcta la Justicia Restaurativa

Como defensora  y sobre todo profesional de la justicia restaurativa siempre he pensado que sus herramientas son muy  beneficiosas para los afectados por el delito en general  y sobre todo para las víctimas. Por esto, cuando la directiva europea de 2012 habla de esta justicia con ciertas precauciones y explicando que su utilización no debe suponer una victimización para las víctimas, nunca he comprendido muy bien porque tanta precaución. En este sentido el Estatuto de la víctima que entrará en vigor en España en octubre, habla de que el proceso no entrañe riesgo para la seguridad de las víctimas y su desarrollo no cause nuevos perjuicios para éstas. Esto siempre me pareció algo excesivo puesto que precisamente la Justicia Restaurativa al dar “voz” a las víctimas y devolverlas el protagonismo que las corresponde,  lo que hace es poner en sus manos una justicia más humana y más justa que pueda ayudarlas a sino superar el trauma de haber sufrido el delito, si sobrellevarlo, sabiendo que sus necesidades principales han sido atendidas y no como los operadores jurídicos han ordenado sino como ellas han requerido, porque nadie mejor que las víctimas para saber lo que necesitan para empezar su “camino” hacia la superación del delito.

viernes, 21 de agosto de 2015

Justicia Restaurativa y Neurociencia: dos herramientas para la reinserción

Muchas ocasiones cuando hablo de Justicia Restaurativa, de dar la posibilidad al infractor de hacer lo correcto, las personas me preguntan: ¿y de verdad piensas que un delincuente que ha cometido un delito muy grave, de los que causan alarma social y que conmocionan a la comunidad, va a reflexionar por participar en un encuentro restaurativo de esas características?. Claramente existen infractores con una personalidad  de muy difícil pronóstico, sin embargo, nadie dijo que las cosas fueran fáciles. Ojalá viviéramos en un mundo ideal, en los que los “buenos ganan”, los “malos tienen su merecido” pero además después de ser castigados se arrepienten, salen de prisión y no vuelven a delinquir. No obstante esto, generalmente no siempre es así, sino todo lo contrario.Soy optimista y pienso que el ser humano es bueno por naturaleza, aunque también reconozco que vivimos en un mundo imperfecto, los seres humanos no actuamos de forma racional, generalmente nuestras acciones son mezcla de emociones, intuición y lógica. El aspecto emocional es esencial y no se puede olvidar, esto es lo que nos lleva a encontrarnos con situaciones “imperfectas” al menos teóricamente. Existen ciertos delincuentes con una personalidad (me estoy refiriendo a los psicópatas) que hace que su pronóstico de reinserción sea complicado. Sin embargo, ¿qué mérito tenemos si ponemos nuestro interés y esfuerzo en las personas que sabemos fácilmente reintegrables en la sociedad y dejamos por imposible, a los casos complicados? Hasta ahora tenemos claro que estos delincuentes carecen de valores restaurativos esenciales, uno de ellos la empatía, es decir la capacidad para entender y comprender a los seres vivos que nos rodean.

jueves, 20 de agosto de 2015

¿En qué sentido ha cambiado mi forma de ver la Justicia Restaurativa?


Desde que empecé en esto de la Justicia Restaurativa mucho ha cambiado en el entorno pero sobre todo en mi forma de ver y entender esta Justicia. ¿Cómo?

En primer lugar, me ha dejado de obsesionar la búsqueda de la evidencia de que esta justicia funciona. Este es un problema que suele presentarse cuando se quiere abrir el “camino” a algo teóricamente nuevo y el caso de la Justicia Restaurativa no es una excepción, sin embargo, si se ha demostrado y hay evidencias de que la Justicia penal tradicional no funciona como debiera y no satisface a los ciudadanos, tenemos que presentar opciones que puedan mejorarla y la justicia restaurativa es esta opción, por eso más que buscar evidencias de su eficacia, habría que darla tiempo, recursos y una buena regulación. De ahí que, aunque los que nos dedicamos a esto, frecuentemente nos vemos agobiados con esta idea, de que hay que demostrar que lo que hacemos es bueno, la realidad es que el día a día va a corroborar la tan “ansiada” evidencia, cuando las personas acudan a la justicia y esta se muestre más cercana y preocupada por cada una de ellas, cuando vean que han dejado de ser un simple número de expediente y sobre todo se den cuenta que su voz es escuchada. 

miércoles, 19 de agosto de 2015

¿Repara una petición de perdón o un lo siento?

¿Repara una petición de perdón o un lo siento?Particularmente, creo que un lo siento no es suficiente y para argumentar esto, me viene a la mente las peleas que todos alguna vez hemos tenido con hermanos o amigos, recuerdo a mi madre, diciéndonos: “pediros perdón” y también me acuerdo, de haber dicho un lo siento, en más de una ocasión, entre dientes y deprisa, sin sentirlo, de verdad. Quizá con este ejemplo muchos penséis, que se trata de niños…sí efectivamente puede ser, pero si un niño que se supone que tiene menos malicia, es capaz de pedir perdón sin ser de verdad, ¿qué no hará un adulto y más si ha cometido un delito grave que ha dañado a otro ser humano? Y sobretodo, ¿Qué no hará  un infractor si sabe que con un lo siento, puede conseguir alguna clase de beneficio penitenciario?

martes, 18 de agosto de 2015

El reconocimiento de los hechos del infractor, no debería ser un requisito previo para que se de un proceso restaurativo

Cuando hablo de Justicia Restaurativa, parto de dos ideas centrales y que tienen que  ver directamente con los afectados: la mayor y mejor atención a las víctimas, procurando su reparación y la responsabilización del infractor por su conductaEstas dos premisas ponen en evidencia el lazo que une a víctima e infractor tras el delito. Aunque puede parecer que no es así, el hecho delictivo, une a los afectados pero en una situación de desequilibrio en favor del infractor. Por eso, en una espiral de beneficios, la responsabilización voluntaria del infractor, favorecerá la reparación a la víctima, lo que repercutirá en la sociedad que se sentirá más segura y en el infractor que verá en la reparación una prestación socialmente constructiva, que facilitará su reinserción. 
Esto se puede lograr a través de un encuentro restaurativo, sin embargo, para que esta posibilidad que claramente tiene una serie de beneficios para los afectados tanto directamente como indirectamente, pueda producirse,  los teóricos hablan de requisitos uno de los cuales, es que el infractor reconozca los hechos.

lunes, 17 de agosto de 2015

Acerca de cómo la Justicia Restaurativa ayuda a abordar los sentimientos contradictorios tras el delito


En otras ocasiones, he hablado de las víctimas y de cómo es normal que surjan en ellas sentimientos negativos de ira, humillación y de que la labor de la Justicia Restaurativa es ayudarlas a ir transformando estos sentimientos negativos en algunos más positivos y constructivos, que las echen una mano en su recuperación
Pues bien, los infractores o al menos la mayoría no son ajenos a este conglomerado de sentimientos contradictorios, y como no podía ser de otra manera, la Justicia Restaurativa puede ayudarlos junto con otros profesionales a aclarar y reforzar los que sean positivos y les puedan servir de soporte para hacer las cosas bien. Leía el otro día un artículo que hablaba de culpabilidad y vergüenza y comentaban que los presos que mostraban culpabilidad eran menos propensos a reincidir que aquellos que sentían vergüenza ¿Por qué?

viernes, 14 de agosto de 2015

Reintegración de la víctima, del infractor y fortalecimiento de los lazos de la comunidad

El ser humano, igual que la mayoría de los seres vivos, vive en comunidad. Por eso, todos estamos interconectados y lo que hacemos afecta a los demás, igual que lo que los demás hacen, nos “toca” de forma directa o indirecta en nuestra vida. Las relaciones entre los miembros es un elemento fundamental ya que todos nosotros estamos condicionados por estas relaciones, incluso antes de nuestro nacimiento. En la medida en que nuestros padres se han mantenido juntos o se han distanciado, han estado en contacto con otros miembros de la familia y otras variables, todo esto influye en lo que somos o podemos llegar a ser. La relación con los que nos quieren y /o deberían preocuparse por nosotros, también determina nuestro carácter. Las personas nos basamos en las relaciones y en ocasiones éstas nos pueden afectar también negativamente por el simple hecho de querer ser aceptados o queridos en el grupo. Estas relaciones que podríamos calificar como “dañinas” pueden repercutir en las relaciones con otras personas ajenas a ese grupo, un ejemplo claro de esto podría ser el joven que para ser admitido en el círculo de amigos, comete un delito, dañando así su relación con la víctima, por adquirir una relación con ese grupo concreto. ¿Y qué tiene que ver todo esto con el delito?

jueves, 13 de agosto de 2015

¿Siempre sería posible aplicar la Justicia Restaurativa?

Muy a menudo me hacen esta pregunta: ¿Cuando la Justicia Restaurativa no es posible?. La respuesta a priori debe ser diferente, si nos ceñimos a justicia restaurativa como programas restaurativos, ya sea mediación penal, conferencias o círculos, la Justicia Restaurativa, no sería posible un encuentro restaurativo en estos casos:
Si el delincuente no está identificado o no quiere participar.
Si la víctima no está dispuesta a participar.
Claramente los programas de justicia restaurativa se deben basar en la voluntariedad, porque no se concibe que una víctima sea obligada a encontrarse con su infractor ( las consecuencias en el plano de la victimización secundaria serían nefastas y todo el beneficio que puede suponer para la víctima, se volvería en su contra), y por supuesto no se puede obligar a un infractor a tomar parte en el proceso, porque si no su asunción de responsabilidad no sería verdadera y no vería en la reparación del daño, una prestación socialmente constructiva. También es frecuente hablar de una tipología de infractor más proclive a participar en un proceso restaurativo, y de hecho, muchos tienden a decidir, una vez más burocratizando en exceso la justicia restaurativa, que no sería aplicable los procesos restaurativos para infractores reincidentes.

miércoles, 12 de agosto de 2015

¿Justicia Restaurativa, reparadora o restauradora?

Muchas veces me he encontrado con cierta controversia en torno a la palabra restaurativa, algunas personas piensan que este término no existe en castellano y hablan de que debería ser justicia reparadora y otros restauradora. Sin embargo, creo que la mejor forma de llamar a esta justicia es precisamente restaurativa ¿Por qué? Pues porque es algo nuevo, por mucho que algunos tiendan a asociarla al perdonar, o a reparar o a restaurar.
Muchos la llaman justicia reparadora porque piensan que el objetivo central es la reparación del daño, y esto es una parte pero no lo único que implica esta justicia, de hecho, la reparación del daño, ya está contemplada en el derecho penal tradicional. Aunque de este tema ya me ocupé en el post del día de ayer solo recordar las diferencias muy notables, entre reparación y la Justicia Restaurativa, esta última gira en torno a la comunicación entre las dos partes involucradas en un delito. 
Mientras la reparación del daño desde un punto de vista jurídico-penal estricto,  intenta armonizar el equilibrio entre las partes a través del pago de una a otra. Esta reparación del daño puede ser exigida por un Tribunal, sin comunicación entre las partes.

martes, 11 de agosto de 2015

La reparación del daño para la Justicia Restaurativa

Reparar para la Justicia Restaurativa no es solo la idea de reparación material del infractor a la víctima y propia de los tribunales de justicia, además esto limitaría enormemente su aplicación ya que en sentido estricto no todos los delitos pueden ser reparados desde un punto de vista material y no todas las víctimas desean esta clase de reparación.
En Justicia Restaurativa este término trata de la restauración de los “lazos quebrados” entre las personas: entre víctima e infractor, víctima y comunidad, infractor y comunidad e incluso entre miembros de la sociedad entre sí, eso es así porque el delito desde la perspectiva de la Justicia Restaurativa ya es visto no sólo como una violación de las normas escritas creadas por el estado sino como una vulneración de los lazos entre los individuos. En este sentido, la Justicia Restaurativa juega un papel importante transformando la forma de relacionarnos los unos con los otros. De ahí, que la reparación tenga una visión más trascendental, que trata de atender las necesidades de todas las víctimas, reintegrar al infractor de nuevo en la sociedad y conseguir así una sociedad más segura y pacífica, en definitiva y aunque suene a tópico, un lugar mejor donde vivir.

lunes, 10 de agosto de 2015

La comunidad en la Justicia Restaurativa: víctima pero también responsable por el bienestar de sus miembros

En ocasiones he hablado de como la comunidad es víctima indirecta de los delitos y cómo la justicia restaurativa incluye su participación para lograr una mejor forma de abordar el delito y sus consecuencias. Por eso hoy quiero hablar del papel de la comunidad como víctima pero también como responsable del bienestar de sus miembros. 
Todos estamos conectados y un valor importante de esta justicia restaurativa,  es la relación  o cómo nos relacionamos,  con los demás miembros de la comunidad. Cada uno de nosotros somos piezas de un mecanismo o engranaje superior que es la comunidad y todos somos esenciales, para que esta comunidad funcione bien, y no se desquebrajen los lazos que nos unen.Cuando un delito se comete...dos piezas esenciales: infractor y víctima se separan de la comunidad y ésta empieza a resentirse y sentir que ha perdido dos piezas esenciales y que así no puede funcionar con normalidad. 
La sociedad sufre también el impacto del delito, dos miembros de ella, se han separado y han sido etiquetados como víctima e infractor, esto sin duda, repercute en el grupo,  que empieza a ver como las relaciones entre sus miembros se debilitan poco a poco. 

viernes, 7 de agosto de 2015

Acerca de qué es justicia y como la restaurativa se acerca al ideal de justicia

Una pregunta un tanto complicada sería :¿qué es justicia o que significa para cada uno de nosotros hacer justicia?. Muchos hablan de como la justicia no es igual para todos y lo plantean como un gran problema, sin embargo, para mi, sin duda, desde un punto de vista restaurativo, la Justicia no debiera ser igual para todos, sino que la justicia debería consistir en dar a cada uno lo que se merece.

Y así por ejemplo, se tendría en cuenta cada caso concreto y las circunstancias personales y sociales de cada persona y en la justicia penal, del infractor y de la víctima para decidir el castigo y la sanción penal, si es declarado culpable. De esta forma, el que aprovecha su posición o cargo para enriquecerse a costa de la sociedad, debería tener más castigo por su peligrosidad moral y su consciente desprecio del ciudadano.

jueves, 6 de agosto de 2015

La reintegración de la víctima tras el delito

Cuenta una leyenda japonesa, “el hilo rojo del destino”, que un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse a pesar del tiempo, del lugar y a pesar de las circunstancias. El hilo puede tensarse o enredarse pero nunca podrá romperse. Según esta leyenda, el hilo rojo invisible nos acerca a las personas en esta tierra y nos une a pesar de los inconvenientes.
Esta historia refleja a la perfección algo que es incuestionable, todos estamos conectados y lo que uno hace afecta a los demás y viceversa. La Justicia Restaurativa surge precisamente por y para las víctimas,  para ayudarlas a reconectar dentro de la comunidad, sin perjuicio que ayudándolas a ellas también lo hacemos con los infractores. Hoy hablo de reconectar, en lugar de reintegrar o reinsertar ¿Por qué? Porque todos somos piezas dentro de un todo que es la comunidad, y tal y como dice la leyenda estamos conectados, así cuando un miembro sufre o comete un delito, se desconecta de los demás miembros. Por eso, tanto la víctima como el infractor, necesitan ayuda para esta reconexión con la sociedad.Se habla mucho de la reintegración o reinserción de los infractores pero y ¿de las víctimas?

miércoles, 5 de agosto de 2015

El principal objetivo de la pena debería ser la reparación del daño

Para muchos pensar en el fin de la pena como el castigo o la retribución, es decir, devolver al infractor una cantidad de dolor que se corresponda con el daño causado puede ser suficiente o más que suficiente. No obstante, la retribución como fin de la pena se centra en la dimensión pública de la delincuencia. El estado debe dar a entender que toda violación de la norma es desaprobada y el ciudadano debe comprenderlo, para evitar futuros quebrantamientos de las leyes. Sin embargo, si pensamos en un delito muy grave, como la muerte de seres vivos, ¿cuánto castigo sería suficiente para compensar las pérdidas de vidas? Jamás se podría poner en una balanza el delito grave y el castigo porque ni tan siquiera la muerte del infractor, como el castigo más terrible, podría equilibrar la pérdida de seres vivos inocentes. El retribucionismo como fin de la pena se basa en una especie de venganza recíproca y muchos creen que se hace justicia si el infractor tiene dificultades y el equilibrio trata de adquirirse mediante el pago, de devolver al delincuente el sufrimiento que causó por el delito.Sin embargo, el desequilibrio con respecto a las víctimas directas y la sociedad seguirá existiendo. 

martes, 4 de agosto de 2015

¿Sabemos realmente qué es la Justicia Restaurativa o cuales son sus objetivos esenciales?

Cuando empecé a trabajar en justicia restaurativa, poca gente había oído la palabra y por tanto era normal que muy pocos supieran de lo que estaba hablando, por aquel entonces estaba de moda la mediación familiar y de este ámbito casi nadie se salía o se atrevía a aventurar lo que podríamos avanzar.Sin embargo, con toda la información que existe hoy en día me parece un poco desesperante ver como una y otra vez se organizan jornadas y cursos y aparecen noticias que desalientan el trabajo que venimos realizando desde ya bastante tiempo. Y sin duda lo peor es cuando ves que el que esta totalmente equivocado es el legislador. El ministerio de justicia organiza a finales de mes, unas jornadas que bajo el nombre de "una justicia de futuro"parecen pretender hacer ver, que están interesados en hacer una justicia más cercana y dinámica, esto desde ya me parece muy loable, sin embargo cuando ves lo que se va a hablar una se queda muda e impávida ante tanto despropósito. 

lunes, 3 de agosto de 2015

¿Es posible una justicia más justa?

¿Por qué parece que castigo, se equipara a hacer justicia?, ambos términos se utilizan de forma intercambiable, muy a menudo, de ahí que cuando se “clama por más justicia”, muchas personas, yo diría la mayoría lo que hace es reclamar más castigo y penas más duras. Es más parece que “justicia” se utiliza eufemísticamente, para referirnos a castigo. Si esto es así: ¿Qué pasa con aquellas personas que han sufrido un delito, pero el delincuente no ha sido capturado o no está identificado?
¿Debemos pensar que puesto que no se puede castigar a nadie, no se puede hacer justicia? Esto no debería ser así, ya que no solo sería injusto valga la redundancia, sino que estaríamos abandonando a su suerte a personas que necesitan nuestra ayuda. Si nos centramos exclusivamente en que la justicia está para castigar al infractor, como ocurre generalmente con el sistema tradicional de justicia penal, estamos cubriendo solamente las expectativas de algunas victimas y de alguna clase de delitos. Pero para otras víctimas, bien porque el delincuente no ha sido capturado, bien porque es desconocido o simplemente porque para superar el delito tienen otras necesidades, hacer justicia significa algo más. Con esto no estoy queriendo decir que hay victimas “malas” (porque su deseo es la venganzas del estado a través del castigo) y victimas “buenas” (porque necesitan otro tipo de justicia como poder contar su historia), simplemente cada persona es diferente y cada uno de nosotros, afrontamos los problemas de forma distinta.