En este momento en el que nos encontramos, hemos perdido un poco la brújula de la Justicia Restaurativa, ¿por qué? Nos preocupa tanto los nombres y la etiqueta de lo que hacemos, que nos olvidamos de los objetivos, de los valores y de los principios que nos guían en nuestra labor. Es más, muchos están tan obsesionados por no perder la palabra mediación que omiten la Justicia Restaurativa y en ocasiones, ni hablan de mediación penal, en un ámbito en el que lo más necesario sería matizar las diferencias que en general hay entre mediación, mediación penal y Justicia Restaurativa.
Y realmente los nombres no son importantes, cuando empezaron los primeros programas de Justicia Restaurativa, no sabían lo que estaban haciendo, solo eran conscientes de que estaban humanizando la Justicia y sobre todo devolviendo la "voz" a los realmente afectados por el delito. En un momento posterior, se llamó reconciliación víctima-infractor, pero se dieron cuenta que el objetivo no era esta reconciliación o perdón, o al menos no a priori. También lo llamaron mediación víctima -infractor y también lo desecharon porque vieron que era algo más que simples encuentros víctima-infractor, sin embargo, no entiendo por qué en nuestra órbita nos quedamos con mediación y de ahí, no hemos avanzado. Está muy bien la mediación penal, es útil para muchos casos pero sin duda, quedarnos solo en esta herramienta es reducir las posibilidades de la Justicia Restaurativa.
Tampoco es bueno hacer lo que hacen algunos, con titulares como este: "...se va fomentar la mediación en el ámbito contencioso administrativo, justicia restaurativa, escolar..." Estamos confundiendo el género con la especie, ahora en el afán por apuntarse al "carro" de hablar de justicia restaurativa, se habla de la Justicia Restaurativa como si fuera una subespecie de la mediación, y sin embargo, es todo lo contrario. No sé cuando se van a enterar que la Justicia Restaurativa es la filosofía, el paradigma iusfilosófico que nos van a dar las pautas y la guía, para saber si estamos siendo restaurativos, y la forma de aplicar estas pautas son muy diversas, algunas serán totalmente restaurativas y otras solo parcialmente. Estas formas o herramientas son los encuentros restaurativos, y tienen distintos nombres, dependiendo el país, la cultura y sobre todo si incluye a todos los afectados o solo algunos.
En otras ocasiones, hablan de Justicia Alternativa al juicio, sin diferenciar que puede ser alternativa o complementaria, porque si verdaderamente creemos en esta justicia que humaniza, sabremos que se puede y se debería aplicar (otra cosa es que los legisladores nos dejen ) a toda clase de delitos con independencia de la gravedad. Por eso, en delitos leves, procesos restaurativos como la mediación penal u otros, podrían ser una alternativa pero en los más graves sería un complemento. Y sin duda, vincular los procesos restaurativos a beneficios jurídicos es limitar el potencial y la eficacia real de una justicia que surgió para dotar de humanidad, empatía, responsabilidad, voz y empoderamiento a una justicia penal que hasta ese entonces, no fomentaba ni estos valores ni muchos otros y que solo estaba al servicio del estado como víctima, centrándose en el castigo y olvidándose de las necesidades de los verdaderamente afectados.
Pero sin duda, lo que más me extraña es que entidades, que dicen que hacen mediación penal, con fundamento en la Justicia Restaurativa,( algo totalmente obvio ya que no concibo una mediación penal que no se base en esta Justicia, porque sino no sería mediación penal , igual sería otra cosa) pero no hablan de la normativa europea que ya supera la alusión a una herramienta concreta, como la mediación penal y nos habla de Justicia Restaurativa. ¿Por qué este miedo a hablar de servicios de justicia restaurativa y no a hablar de servicios de mediación penal? no lo sé, porque hablando de servicios de mediación penal, limitan las cosas buenas que podemos conseguir con los procesos de justicia restaurativa. Sin duda, creo que estamos en un momento difícil, en el que se quiere convertir la Justicia Restaurativa en más de lo mismo, con rígidos protocolos, plazos tasados y con el protagonismo esencial del juez u otros operadores jurídicos. Si se trata de gestionar un servicio de justicia restaurativa de esta forma, lo que estamos haciendo es pervertir esta Justicia y ofrecer al ciudadano, la misma justicia penal de siempre pero disfrazada con un nuevo y confuso nombre para algunos. Es una Justicia que exige la cooperación de todos pero no se centra en protagonismos de operadores jurídicos, políticos, facilitadores etc...se centra en el protagonismo de los realmente "tocados" por el crimen. Todo lo demás es un afán de apropiarse una vez mas del delito en detrimento, una vez más, de víctima, infractor y comunidad.