Esta semana, he estado en el Congreso bianual que organiza el Foro Europeo de Justicia Restaurativa, este año bajo el título de "Realising Restorative Justice, human rights and personal realities", tuvo lugar en Leiden, Holanda.
Llevo desde el 2008 participando en estos congresos y he visto una gran evolución. En los primeros, los ponentes se centraban más en la justicia restaurativa en el ámbito penal, en las dudas, en la mediación como única herramienta o más bien la más conocida y en alguna problemática más, que si bien en algunos estados está superada en otros como España, siguen de actualidad, un ejemplo de esto, es la continua confusión entre justicia restaurativa y mediación. Como siempre, fue un congreso que combinó sesiones generales como diversos talleres, enfocados en prácticas de diversos lugares, así como toda clase de temas relacionados con la justicia restaurativa, los derechos humanos y de paso, la justicia restaurativa y su aplicación práctica, en los seres humanos. Al fin y al cabo, no podemos olvidar que la justicia restaurativa surge de la comunidad y es la justicia más humana, porque tiene en cuenta que se aplica para ayudar a los seres humanos.De las sesiones plenarias destacaría la idea expuesta por algunos participantes: "Nadie deberá ser excluido de la Justicia Restaurativa porque uno de los valores de esta justicia es precisamente la inclusión".
De los talleres que pude participar, me gustaría destacar algunos aportes que pueden resultar interesantes al lector:
En primer lugar, desde la sociedad científica de justicia restaurativa, entidad que presido, hemos venido estableciendo que es posible ser restaurativos de una forma individual, con la víctima y con el infractor, y si fuera posible un encuentro conjunto, este sería el ideal y así si seríamos totalmente restaurativos. Sin embargo, no vivimos en un mundo perfecto y en ocasiones, la víctima no querrá participar, o el infractor por ejemplo, igual no está identificado, ¿entonces no podemos hacer nada? Realmente, somos muchos los que opinamos que podemos tener un enfoque restaurativo aunque parcialmente porque faltaría el encuentro. Pues bien, está idea que en próximos días, desarrollaré en profundidad, fue expuesta por un representante del Instituto de Prácticas Restaurativas. Ellos aunque no quieran participar las víctimas, trabajan de forma individual con el infractor, para que asuman el daño y quieran repararlo aunque sea una reparación a la sociedad. Y en mi opinión, si están siendo restaurativos porque si entendemos que la justicia restaurativa parte de la idea (al menos en el ámbito penal) que debe enfocarse en la responsabilización del infractor y la atención a las necesidades de las víctimas, en su caso se cumple. Si el infractor se responsabiliza, decidirá que no quiere delinquir porque no quiere dañar a más seres humanos y así, se atenderá una necesidad esencial para las víctimas y es que el infractor se comprometa, a no volver a delinquir. Claramente, si bien no totalmente, se está actuando de forma restaurativa.
En segundo lugar, asistí a otro taller, esta vez del fundado del Instituto de prácticas restaurativas, Ted Watchel, en su charla establecía la idea de que las prácticas restaurativas pueden ser una ciencia social, yo iría más allá y diría que es la Justicia Restaurativa, la que puede ser considerada una ciencia social.
En otro taller ,se exploró cómo los procesos restaurativos pueden ser útiles para reducir el sentimiento de terror o miedo ante el delito. Sin duda, creo que es interesante y estoy de acuerdo con la ponente, en que la justicia restaurativa favorece valores como la empatía y el empoderamiento, algo útil para frenar el miedo al delito y el sentimiento de terror, que los delitos generan en las víctimas, especialmente si son muy graves. Faltaría desarrollar cómo se puede favorecer esto y evitar el terror, quizá en círculos de apoyo de víctimas y supervivientes de delitos graves, por ejemplo, es una idea que me ronda en la cabeza desde que escuché este taller.
Hubo más talleres y más temas por destacar, pero hoy me gustaría acabar con el último taller al que asistí sobre justicia restaurativo en delitos de agresiones sexuales, ¿quién es el dueño del proceso?. Un taller muy interesante, expuesto por una persona de Finlandia y otra de Inglaterra, ambos trabajan en justicia restaurativa, en esta clase de delitos. Nos ayudaron a quitarnos estereotipos, todas las víctimas deberían ser informadas de la posibilidad de la justicia restaurativa. En estos casos, incluso debería ofrecérselas a las víctimas varias veces, porque son delitos graves y se las debe dar tiempo. La preparación individual con las víctimas e infractores es esencial, antes de una posible reunión conjunta, pero sin duda, es muy beneficiosa para muchas víctimas. Y es una forma de empoderar a las víctimas, por el simple hecho de ofrecerlas la oportunidad de participar.
Para la mi, la conclusión esencial es que la justicia restaurativa debería ser un derecho para todas las víctimas, con independencia del delito sufrido. Debemos dejar de pensar que las víctimas son seres incapaces o desvalidas, nadie mejor que ellas para saber que necesitan.
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