La Justicia Retributiva se centra en la dimensión pública del delito eliminando la humana, todos son
conceptos y procedimientos iguales para todos los casos y todas las partes. Su excesiva burocracia la hace fría y alejada de las verdaderas necesidades de las víctimas y de cómo puede ser más eficaz con el infractor para conseguir que no vuelva a delinquir y cumpla su compromiso con la víctima de compensar el daño.
Aquí es donde la Justicia Restaurativa es esperanzadora por
cuanto aborda las dimensiones emocionales de la delincuencia, transformando
emociones destructivas y no positivas (lógicas en un comienzo cuando
alguien ha sufrido un daño) en
constructivas (sanadoras). Con la justicia retributiva, el infractor “paga”
siendo castigado (es decir, devolviéndole parte del daño que causó) un rol
totalmente pasivo, sin embargo la Justicia Restaurativa estimula en el sentido
que desde el principio el infractor debe “pagar” el daño, reparando en la
medida de los posible el sufrimiento que causó.
El objetivo de esta
justicia no es sólo reducir el crimen sino también su impacto. Por eso la
Justicia Restaurativa o la justicia con un enfoque restaurativo debe entenderse
en un concepto amplio, dentro del cual las herramientas de Justicia Restaurativa
son una parte más, muy beneficiosas para las víctimas pero tan solo una parte
más. El enfoque restaurativo puede hacerse desde que se recibe una denuncia
hasta que el infractor ingresa en el centro donde cumplirá condena.
¿Cómo? Aplicando los valores y principios de la Justicia
Restaurativa en los distintas fases del procedimiento, escuchando a la víctima,
informándola durante todo el proceso, facilitando que la reparación del daño (
contemplado en todos los ordenamientos jurídicos) prime en todas las
sentencias, trabajando con el infractor para que asuma su responsabilidad y vea
en la reparación una prestación socialmente constructiva, propiciando la
sustitución de penas privativas por otras más educativas que creen en el delincuente unos valores
nuevos para querer vivir alejado del delito. Y llegado el caso el encuentro restaurativo víctima-infractor y/o comunidad puede ser la guinda para sanar a todos los que de alguna manera tanto directa como indirecta se vieron afectados y dañados por el crimen.
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