Y hoy quiero compartir la parte final del artículo de Margot Villellas sobre el rol de la comunidad en la Justicia Restaurativa, espero que os haya gustado y os aporte aire fresco y reflexión en torno a las posibilidades de la Justicia Restaurativa:
¿Puede el Entorno cambiar a las personas? (II)
“Cada uno de nosotros tiene tres posibilidades
Ser pasivos y no hacer nada
Ser malvados
o convertirse en un héroe,
(…)
Héroe es quien hace algo cuando nadie hace nada.”
Philip Zambrano
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La desaparición del sentido de responsabilidad es la mayor consecuencia de la sumisión a la autoridad
Stanley Milgram
En 1971, en los sótanos de la Universidad de Stanford, fue llevado a cargo de un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo un experimento de psicología que se conoce como “Experimento Stanford”. Con él se trataba de medir la influencia del entorno de un ambiente extremo. Se pretendía evaluar la conducta de la vida en prisión y las conductas desarrolladas por el hombre dependiendo de los roles sociales que desarrollaban (cautivo, guardia). El Experimento sirvió para abrir debate en la comunidad sobre la importancia de señalar al sistema y a los subsistemas y al peso de la contaminación del entorno a la hora de valorar la conducta de las personas cuando se enfrentan a experiencias confusas y deshumanizantes y se traspasa el límite entre el personaje interpretado y la verdadera identidad personal.
La cuestión que abre mi reflexión y que da paso a las siguientes es :
¿Puede el Entorno cruel cambiar a las personas?
¿De qué somos capaces en un entorno perverso donde el mal está por todas las partes? ¿Qué tanto de poder tienen las situaciones para modelar a las personas? ¿Qué le pasa a la gente por dentro cuando se comporta de una manera determina? ¿Si pongo a una persona buena en un entorno perverso quién domina la situación, el entorno o la verdadera identidad personal? ¿Es capaz un mal lugar corromper incluso a los más buenos? ? ¿A qué velocidad lo hace? ¿Qué vuelve malas a las personas? ¿Cómo se adquiere esa conducta? ¿Cuál es la importancia del efecto espectador? ¿Se atiende correctamente desde los sistemas a la importancia de la percepción sesgada de las situaciones? ¿Qué variables intervienen? ¿Qué ocurre cuando el inconsciente controla la situación? ¿Es reversible? ¿Cómo?
Stanley Milgram (psicólogo en la Universidad de Yale ) y su equipo llevaron a cabo una serie de experimentos de psicología social descritos en un artículo publicado en 1963 en la revista Journal of Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) resumida en 1974 en su libro Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a la autoridad. La perspectiva experimental). En este caso el fin de la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad aun cuando éstas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal.
Ambos experimentos plantearon un profundo debate sobre la ética del método científico empleado debido a la tensión emocional extrema sufrida por los participantes ,sin embargo, nadie duda que dieron a lugar a valiosos estudios sobre la psicología humana, ni tampoco se puede negar que de ambos experimentos obtenemos una serie de conclusiones sobre la conducta humana que considero también interesantes y extrapolables para valorar cualquier tipo de Sistema y Subsistema, sea este cual fuere ,incluso el nuestro propio.
Todo parte de una ideología que aspira a un loable bien común. Esa aspiración al bien común legitima las conductas y con ella se da paso al principio de obediencia ciega a la autoridad. Se establecen una serie de reglas de comportamiento y se van asumiendo roles individuales o colectivos de una manera más o menos consciente. Vestimos “uniformes” externos e internos, físicos y mentales, que están relacionados directamente con el sentido de actuar conforme a lo que se espera de nosotros. Desarrollamos nuestro papel unas veces por inercia, otras con conciencia y otras con consciencia. Las conductas en cada grupo se ven influenciadas por lo que se espera de cada cual (Efecto Pigmalión negativo o positivo). Si algún individuo bueno se plantea un dilema ético y surgen y se trasladan dudas con la intervención de la autoridad legitimadora se termina reforzando la conducta sostenida contribuyendo a perpetuar el rol. La disidencia se gestiona de forma útil para reforzar el grupo ( Aceptación del grupo, de forma ejemplarizante). Los sesgos cognitivos, la manipulación de la información y la comunicación perversa, la polarización ética, el etiquetado irracional y el juego de roles, prejuicios y creencias arraigadas hacen el resto como dardos de propaganda estratégica en el sistema límbico.
El desempeño ciego del rol” encarcela” la individualidad. La pérdida de la identidad da paso a la Cosificación que permite justificar la más terrible de las conductas. El Anonimato que permite enmascarar la conducta permite trasladar la responsabilidad fuera del individuo, amparándose en la ideología que les legitimó. Estar inmersos en el desempeño ciego de nuestro rol( aún con buena intención) puede dar lugar al relajo ético que sin la toma de consciencia necesaria puede hacer transformar la armonía pretendida en perversión.
“Podéis producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, podéis crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, vosotros, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarlos de su individualidad de varias formas. En general, todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno.—
vídeo The Stanford Prison Study, citado en Haslam & Reicher, 2003”
La Justicia está huérfana
de la presencia positiva de la Sociedad Civil.(final)
Seamos o no conscientes,
las conductas individuales y colectivas se van adoptando y adaptando bajo el tamiz de los valores
que las inspiran, es por ello que las instituciones para responder al objetivo del
Bien Común necesitan la participación
responsable de la ciudadanía. La Justicia
está huérfana de la presencia positiva de la Sociedad Civil. Las Prácticas Restaurativas contribuyen a materializar
esta participación en la
Construcción Social Positiva.
Si comparamos el rol
reservado a las partes en los Procesos Retributivos, éste queda categóricamente delimitado ,
determinando en base a dicha
categoría el grado y tipo de responsabilidad y las consecuencias . La
sentencia parece congelar como en una fotografía a las Partes
en su rol respecto al conflicto, ligados a la
retribución asignada, que puede estimarse suficiente , o no , para las Partes.
El rol de las Partes
en las Prácticas Restaurativas varía respecto a éste. Con ello no
quiero decir que la Víctima no
sea la que soporta el ilícito, ni que el
Victimario no sea el ofensor, lo que quiero decir es que en el desarrollo de los Procesos Restaurativos
se produce algo distinto, una transformación. Muchas víctimas lo que quieren es , precisamente, poder dejar de sentirse y ser sentida como Víctima , muchos Victimarios
quieren poder superar la situación y/o dejar de sentirse un producto del Sistema. El Sistema o subsistema
(que puede presentarse
tanto como otra Víctima u otro
Victimario más, o incluso, por el juego de los Sistemas y subsistemas, de ambas maneras a la vez) quiere sentirse orgulloso de
haber sabido construir y mantener Paz Social.
Partiendo del mismo ilícito
y de las mismas partes en
Justicia Restaurativa , se posibilita un distinto protagonismo de las partes, diferentes métodos de profundizar en
la raíz del ”problema” , en un
escenario diverso, en el que se facilita
un espacio de diálogo y de reflexión suficiente en el que
pueda darse lugar a la
comprensión y peticiones de las Víctimas
, la reflexión particular y
conjunta de todas las Partes, los condicionantes particulares del
Victimario y en su caso la valoración extensa y aceptación de la
responsabilidad que lleva a la materialización de la Paz Social real. Un espacio dónde tomar
conciencia de la diferencia entre la confrontación adversarial del “problema” y afrontación del mismo desde el prisma sociocéntrico. Y lo que no es menos
importante, un espacio donde se ofrezca
la posibilidad de poder
evaluar la propia ideología del bien
común, del sistema o subsistema y
en su caso poder corregir la desviaciones o posibles perversiones por efecto de
la relajación de la ética cotidiana.
“No te conviertas en
una simple grabadora de hechos; trata de penetrar en el misterio de sus
orígenes “
Ivan Pablov
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