domingo, 30 de junio de 2024

Buscando la ética en nuestras prácticas restaurativas

 


LA ÉTICA DEL FACILITADOR DE JUSTICIA RESTAURATIVA

Complicado para mi, establecer que es la ética dentro de la Justicia Restaurativa pero si me resulta fácil determinar, que quiero desarrollar mi trabajo como facilitadora de la mejor forma posible y para ello, es esencial hacer bien nuestra labor. Por eso, reconduzco el papel de la ética, a cómo lograr buenas prácticas en Justicia Restaurativa. Para esto, lo más importante es que nosotros mismos tengamos confianza en lo que hacemos, muchas veces, siento que actuamos con demasiadas reticencias como si nosotros mismos, no nos creyéramos que la justicia restaurativa puede ser muy útil, de hecho, debiera ser ofrecida de forma general en el ámbito penal,  y plantearse su inclusión en otros ámbitos como el educativo. La Justicia Restaurativa, no es la panacea pero si es una forma mucho más humana de abordar los conflictos y los delitos, y sobre todo de prevenir conductas violentas y de paso de educar  en valores, que hagan de nuestros niños y niñas, adultos restaurativos.

Una vez que nos hemos quitado nuestros propios temores y etiquetas, aprecio que necesitamos que nuestro trabajo empiece a reconocerse, es curioso como en muchas ocasiones, se organizan congresos, jornadas y otros eventos y los invitados son personas que poco saben de lo que es el trabajo diario en justicia restaurativa. Son teóricos, pueden ser excelentes en su trabajo pero muchas veces su visión teórica, forjada a través de libros, artículos y poco más, se aleja mucho de lo que es la realidad. 

REIVINDICAR NUESTRA PROFESIÓN

Esto pasa mucho en ámbitos como la justicia restaurativa. Es frecuente que en comisiones de expertos, congresos, foros y otros lugares se lleve a personas que han investigado, han leído mucho de justicia restaurativa, han escrito montones de libros sobre este tema, son operadores jurídicos y por este hecho, ya son considerados expertos pero no han facilitado un solo proceso restaurativo porque ni siquiera tienen la formación necesaria. Estas personas podrán aportar datos empíricos, datos de sus investigaciones pero no saben realmente qué se hace durante un proceso restaurativo, cuáles son las herramientas que utilizamos, y que posibilidades existen más allá del encuentro conjunto. Y si una persona quiere formarse en justicia restaurativa y tiene estos profesores poco va a poder aprender a facilitar procesos restaurativos si sus formadores no saben hacerlo. Esta es la triste realidad del mundo de la justicia restaurativa. 

Así, para ser éticos debemos empezar a reivindicar nuestra profesión. Y también debemos empezar a demostrar al legislador, que la Justicia Restaurativa no se puede burocratizar, no se puede perder su flexibilidad, porque para esto ya tenemos la Justicia Tradicional. Por eso, cuando me preguntan por la posible regulación, tengo mis dudas, creo que para hacer buenas prácticas en Justicia Restaurativa, no es necesario una regulación, no si se hace mal, limitando en el tiempo los procesos restaurativos y reduciéndolo todo a estadísticas. Es triste pero vivimos en un mundo donde cuentas los números, las estadísticas deben ser buenas y dar buenos resultados, muchos piensan que la Justicia Restaurativa evita el juicio y por ello, debe servir para agilizar los juzgados....pues no es así, a veces evita el juicio, otras no es posible, pero de ninguna manera es un proceso rápido, (tratamos con seres humanos y no con robots, no podemos saber el tiempo ni presionar a las personas para que el proceso finalice en el tiempo estimado por las estadísticas), los datos nunca debieran ser cuantitativos sino cualitativos.

CONCLUSIÓN

Es así, debemos fijarnos para saber si hemos sido éticos en nuestro trabajo,  en la satisfacción de las personas que acuden a los procesos restaurativos. Sin duda, van a ser nuestros mejores apoyos, porque si salen satisfechos van a hablar bien de la Justicia Restaurativa a sus allegados y poco a poco la cultura restaurativa, va a ir calando en el ciudadano. Obviamente, ética y justicia restaurativa daría para hablar mucho más pero creo que empezando por nosotros mismos es un primer gran paso, para poco a poco ir consiguiendo que sea reconocida la justicia restaurativa como la justicia de la comunidad, del sentido común y sobre todo la justicia que gestiona los daños que surgen en nuestras relaciones de una forma más humana y justa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario