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miércoles, 14 de octubre de 2020

Todos podemos ser buenos y malos


 TODOS PODEMOS SER BUENOS Y MALOS

Hoy quiero recordar la película y el libro "asesinato en el Orien Expres", ya que precisamente es una lucha del protagonista contra sus propias creencias. Comienza sentenciando, que sólo existe el bien o le mal, pero al final de la película, acaba aceptando la realidad, todos podemos ser buenos y malos. La trama  para el que no la haya visto o no haya leído el libro,  gira en torno a un delito, y como los indirectamente afectados por ese crimen, se unen buscando venganza. El protagonista que era tan estricto, finalmente descubre que la Justicia como tal, no proporciona el equilibrio y la sanación necesaria, y que esto lleva a las personas o a seguir sufriendo o a buscar venganza. Ante él, van surgiendo un grupo de personas que en mayor o menor medida , vieron sus vidas afectadas por el delito, y que ante la imposibilidad de sanar, deciden que la venganza es su único camino

En su lucha interna, finalmente el protagonista, se da cuenta que gente buena puede hacer cosas malas y a la inversa. Y en base a esto debemos entender que las personas privadas de libertad, merecen una oportunidad para hacer cosas buenas, ya que todos somos capaces de hacer lo mejor y lo peor.

martes, 13 de octubre de 2020

La justicia restaurativa es una puerta abierta al futuro

 


TENEMOS TENDENCIA PREJUZGAR

Siempre tenemos tendencia a juzgar a los demás, prejuzgamos la forma de vestir, de comportarnos y en base a esto,  establecemos quienes son los que "son los buenos" y los "malos o equivocados"Lo mismo ocurre con los infractores, cuando alguien comete un delito nos es más fácil pensar que se trata de un monstruo y que por tanto,  en la cárcel están bien separados y aislados de los demás, nosotros,  que somos los "buenos". Sin embargo, la realidad es que los infractores son como nosotros y que en muchas ocasiones , tenemos más en común de lo que podamos pensar, como decía Nils Christie, incluso nos podemos ver reflejados en la historia de alguno de ellos, y sin embargo, esto no implica librar al otro de responsabilidades, justificar sus delitos, ni tomar un hecho grave como inofensivo. Implica, simplemente, romper con los habituales intentos de trazar una línea divisoria entre “los otros de allá ” los endemoniados, los delincuentes, sin posibilidad de reinserción y “nosotros aquí,” los seres buenos" y los que estamos libres de toda posible actividad,  en el mundo del delito.