Vivimos en un mundo muy polarizado, tal parece que nos obligan continuamente a elegir. Este es el caso de la justicia, nos volvemos radicales incluso los que somos restaurativos y tal parece que todo debe ser o blanco o negro. Pero realmente no es tan fácil y mucho menos, si hablamos de sufrimiento, de dolor, daños...y en general, de todo lo que tenga que ver con la justicia.Veo que nosotros mismos, los que somos pro justicia restaurativa, a veces, nos obsesionamos, sabemos que la justicia restaurativa es beneficiosa pero quizá denostamos mucho, a los que no ven lo mismo que vemos nosotros. No es peor una persona que no ve los beneficios, en un primer momento de la justicia restaurativa, ya que realmente hasta que no se es víctima o infractor, no nos planteamos que es lo que queremos, solo suponemos que es lo querríamos, si estuviéramos en el lugar de una víctima, pero lo cierto que solo pasando por ello, se puede saber, realmente como reaccionaríamos.Y todo esto lo digo porque parece que ante la justicia, ante el daño sufrido, solo tenemos dos opciones: la justicia tradicional o la restaurativa ¿por qué tenemos siempre que optar y elegir?
Yo no creo que ante la justicia, haya dos opciones: retributiva o restaurativa, creo que ambas forman parte de un continuum, dentro del camino de la víctima hacia su recuperación tras el delito. Y las víctimas pasan por necesitar ambas en algún momento de este camino.Tampoco creo que las personas que sufren el delito tengan la necesidad de dañar al que les ha dañado, al menos estoy convencida que en la mayoría de los casos esto no es así. Solemos pensar que somos punitivos por naturaleza, nos "venden" que es lo que queremos, penas más duras, sin embargo, esto es lo que nos quieren hacer creer porque entre otras cosas, es la única opción que nos dan tras el delito. "Usted no se preocupe que si sufre un delito, al infractor le van a castigar de forma ejemplarizante". Y esto puede dejarnos tranquilos, un tiempo, a los que nunca hemos sido víctimas, pensamos: qué alivio al menos durante la condena, este infractor no podrá hacernos daño porque irá a la cárcel. Sin embargo, esta idea de bienestar y de tranquilidad porque el infractor va a recibir un daño similar al causado, pasa pronto, porque realmente en nuestra esencia no está el ser punitivos.
Quién no ha oído decir a una víctima : quiero que sufra lo que yo he sufrido....en estos casos, la víctima no quiere dañar al infractor, no quiere venganza, simplemente está reclamando empatía quiere que el infractor se ponga en su lugar, y sienta lo que ella ha pasado. Esto no es ser punitivo, las víctimas en su gran mayoría están reclamando que el infractor se responsabilice de lo que ha hecho, y para eso es necesario que entienda el impacto que su delito ha tenido. Esto es lo que en mi experiencia, reclaman como algo urgente, la mayoría de las víctimas, y que poco o nada tiene que ver con querer dañar al infractor. Esto lo consigue la justicia restaurativa y muy poquitas veces la justicia tradicional. Entonces, llegados a este punto qué es mejor, creo que debemos dejar que fluyan los sentimientos, la justicia tradicional vació de sentimientos el tratamiento del delito pero existen, por eso, puede ser lógico y normal que en un primer momento la víctima tenga sentimientos de ira, de querer vengarse...pero esto es al inicio, poco a poco estos sentimientos se van a ir transformando y van a querer encontrar respuestas a sus preguntas, es ahí, cuando la justicia restaurativa debe ser ofrecida. A las víctimas se las debe ofrecer varias veces la justicia restaurativa. Sin embargo, aspiro a que un día, el proceso penal tradicional directamente sea restaurativo, y contemplando el derecho de la víctima a no querer participar en un proceso restaurativo, lo normal sea la justicia restaurativa porque realmente, esta justicia es la que aborda las necesidades de las víctimas de una mejor manera. Eso sí, siempre habría opción para el proceso tradicional para las que no quisieran la restaurativa. Estoy convencida que no hay dos justicias, no hay dos alternativas, no hay blanco o negro, y no podemos "condenar" a una víctima que al principio no quiere la justicia restaurativa, a seguir por la justicia tradicional, ya que en algún momento sus necesidades, van a hacerla repensar qué es lo que quiere. Creo que la justicia restaurativa no es la otra justicia, sino que es la justicia que nos merecemos y la justicia que teníamos, antes de que primara el estado por encima de la comunidad. Y la justicia tradicional con un enfoque restaurativo, debería quedar para aquellos casos en los que el infractor o la víctima no ha querido participar. Y aún así creo que siempre deberían tener la posibilidad de repensar y acceder a un proceso restaurativo, nunca debe ser tarde para que una víctima o infractor puede acceder a la justicia restaurativa. De ahí, que no se deba limitar los plazos para esta opción. Para que esto se consiga, debemos dejar de maltratar la justicia restaurativa, no es la otra, sino que es la verdadera, y sobre todo también tenemos que hacer examen de conciencia, y no denostar a aquellas personas que de primeras no vean algo positivo a la justicia restaurativa. Para eso estamos, no para convencer sino para con nuestro trabajo, demostrar qué la justicia restaurativa es la justicia que todos los seres humanos deseamos.
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