miércoles, 24 de agosto de 2022

Prevención y gestión de los delitos de terrorismo con enfoque restaurativo


 INTRODUCCIÓN

En delitos de terrorismo, lo más importante debiera ser la prevención de la radicalización. Y aunque pueda parecer extraño, la Justicia Restaurativa puede aportar mucho para prevenir y luchar contra la radicalización así como para trabajar con las víctimas. Básicamente lo importante de la Justicia Restaurativa, es el enfoque más humano en el trato con las personas, que sufren directa o indirectamente estos delitos.

Hoy me gustaría hablar de tres aspectos importantes 

1- ¿Cómo transmitir a la sociedad aspectos sobre estos delitos de terrorismo?

2- Entender cómo y por qué las personas se radicalizan 

3- Cómo se puede gestionar de una forma más humana,  las consecuencias de estos delitos tanto para víctimas como victimarios y la sociedad en general.

¿CÓMO TRANSMITIR A LA SOCIEDAD ESTOS DELITOS?

 Hay que ser claros, no exagerarlos pero tampoco minimizarlos. 

Muchas personas pueden pensar que los infractores tienen un motivo para cometer estos delitos y por eso, el tratamiento que se haga sobre la información es importante.  Ante una situación, que puede ser percibida como injusta,  por ejemplo, en este caso por el receptor de la información de estos delitos de terrorismo, puede darse dos opciones;  que se clame por venganza y entonces sin quererlo, y de forma indirecta se habría contribuido a la radicalización. O que se muestren apáticos, y en este segundo caso, el efecto sería igual que con la venganza, pero se prolongaría en el futuro , ya que la apatía hace que no se haga nada, pero el odio se transmite a generaciones futuras. Por eso, la información clara y constante con la población, puede ser importante  para prevenir otras conductas delictivas y para que la sociedad, se convierta en agente responsable para ayudar a la prevención de estos delitos y otras conductas delictivas. Es importante el sentido de inclusión y participación, que la comunidad se sienta parte esencial, que acepte la importancia de  detectar a los miembros que  tengan conductas antisociales y que no fomenten la convivencia pacífica. Respecto de esta primera pregunta, yo apostaría por un contacto continuo con la población, especialmente de áreas con riesgo de radicalización, en estos casos, la información debería ser consistente, basada en la reciprocidad, transparencia y como hablaba antes, centrada en  la inclusión. 

En este mismo sentido,  un aspecto importante es trabajar con la comunidad.  Para la justicia restaurativa, las preguntas claves son

1) ¿Quiénes son los que en  la comunidad  se preocupan por las personas que sufrieron  el impacto del delito?  y 2) ¿Cómo podemos involucrarlos en el proceso?. 

Respondiendo a estas preguntas podemos tener una idea acerca de que personas son importantes para trabajar con ellas de forma inclusiva, humana y restaurativa en la prevención y la lucha contra la radicalización y los delitos de terrorismo.  Y es que  hay preocupaciones y obligaciones que pertenecen a la sociedad  y por eso, es importante contar con la colaboración y cooperación directa de los miembros de la comunidad, ya que así la gestión es mucho más eficaz  y satisfactoria. Se incluye aquí preocupaciones por la seguridad, derechos humanos y el bienestar general de sus  miembros. Es decir, a todos nos preocupa que se cometan delitos, perdemos nuestro sentimiento de seguridad, tenemos miedo que sufrir el mismo delito y perdemos un poco la confianza en los restantes miembros de la comunidad.

ENTENDER CÓMO Y POR QUÉ LAS PERSONAS SE RADICALIZAN 

No existe, según mi opinión una respuesta única ni soluciones mágicas, pero creo que se necesita trabajar en las áreas más proclives a la radicalización, para ver qué otros delitos suelen cometerse, cuáles son las necesidades reales de la población que vive en estos lugares. 

Una parte esencial sería trabajar en las escuelas,  dando información y trasladando a los jóvenes  la importancia  de la tolerancia así como de otros valores restaurativos como la empatía, respeto  y la responsabilidad. 

 También puede resultar interesante colaborar con asociaciones de mujeres y madres de las áreas en riesgo de radicalización. Este entender cómo las personas se radicalizan tiene mucho que ver con la primera pregunta, acerca de cómo comunicar los delitos de terrorismo y sobre todo se relaciona con la idea de la Justicia Restaurativa, de que todos estamos relacionados y del respeto que debe guiar nuestras relaciones.

¿Qué implica el respeto? Respeto significa honrar el valor y la dignidad de cada persona, de cada ser humano, se debe favorecer el respeto de los que se encuentran unidos por el delito, la víctima, victimario, familiares de ambos y comunidad. Esto se traduce en la participación e inclusión de los miembros de la comunidad en la gestión y la prevención de os delitos. 

Relación con los demás miembros de la comunidad.  Somos seres relacionales desde que nacemos vivimos en comunidad, la familia, escuela, amigos, lugar de trabajo….Y debemos entender que lo que hacemos, afecta a los demás, igual que lo que las demás personas hacen, nos toca muy directamente. Relación  es el reconocimiento de la interrelación, la interconexión de todos y cada uno de nosotros. Relaciones significa hacer algo por los demás. Algo para alguien más. Debemos entender que la comunidad  es  también dañada por el delito.  

Al final creo que se trataría de hacer unas buenas políticas públicas comunitarias para abordar la gestión de estos delitos, de una manera multidisciplinar, y esto me llevaría ya a la última pregunta. 

¿CÓMO SE PUEDE GESTIONAR DE UNA FORMA MÁS HUMANA, LAS CONSECUENCIAS DE ESTOS DELITOS PARA VÍCTIMAS, VICTIMARIOS Y SOCIEDAD?

Estoy convencida que el enfoque restaurativo y multidisciplinar es esencial, las vertientes serían la prevención, como ya he comentado, actuando en los barrios en riesgo, en las escuelas, directamente en el tejido social, haciéndoles partícipes de los problemas que acarrean estos delitos, a través de una información clara y sencilla de cuáles son los pasos a seguir para evitar que sucedan en el futuro, y gestionar de la mejor manera las consecuencias de los que no se han podido evitar.  Se trataría de  hacerles agentes responsables en el abordaje  de estos delitos y los conflictos, que generan tanto antes del hecho como después.

Es importante tener en cuenta, en esta gestión, que las cárceles son lugares frecuentes de radicalización, por tanto, lo ideal sería prevenir  en la medida de lo posible pero en todo caso, también trabajar en la comunidad de la cárcel para evitar que se convierta en una escuela de infractores como decía Nils Christie.

Asimismo se debe trabajar con las víctimas, precisamente este enfoque restaurativo hace, que junto con otros profesionales, las personas que han sufrido un delito sientan que son importantes, que son empoderadas y que se las da voz para contar lo que han pasado, como un paso más en su camino hacia la recuperación tras el delito, un camino que no es fácil pero que para muchas personas la justicia restaurativa va a ayudar, a que sea menos difícil.

 En este trabajo con víctimas, no será posible en muchos casos sino la mayoría, la reunión con el infractor, la fórmula ideal que conocemos de justicia restaurativa, pero podemos buscar otras medidas parcialmente restaurativas para ayudarlas como los círculos de sanación, encuentro de víctimas con parientes de infractores…. Son muchas las posibilidades que surgen para ayudar a las víctimas desde un punto restaurativo.

Y finalmente quiero acabar exponiendo,  por qué es importante la participación activa de la comunidad,  tanto en la prevención como  en la gestión de las consecuencias del delito: 

A nadie escapa que tras atentados tan impactantes, algo se resquebraja en cada uno de nosotros, primero perdemos la confianza en que vivimos en un buen lugar, en que el mundo es un lugar pacífico e idílico, pero además perdemos nuestra capacidad de empatizar con nuestros semejantes, de repente, cualquier persona que nos rodea puede ser un “potencial asesino o criminal”

Esto lógicamente repercute en la comunidad porque cada uno, como miembro del grupo es esencial para el buen funcionamiento, somos piezas de un engranaje superior que hace que el “mundo gire”. 

Sin embargo, lo que uno hace para bien o para mal, afecta al grupo, a todos los demás y esto sucede en mayor  medida con delitos tan graves como los de terrorismo.

Siendo la Justicia Restaurativa, mucho más que encuentros víctima e infractor, la tarea era y sigue siendo complicada, sin embargo, ayudando a las víctimas y sociedad a “recomponer” sus vidas tras el delito, estamos poniendo en práctica varios criterios restaurativos esenciales. Son en estos casos, cuando más se puede comprender el potencial sanador de la Justicia Restaurativa y cómo las herramientas ya sea mediación penal u otras, son solo una  posibilidad más.

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