martes, 20 de septiembre de 2022

Objetivo de la justicia restaurativa, no es perdonar


 INTRODUCCIÓN

 Hay algo esencial en justicia restaurativa y es que nadie mejor que las víctimas para saber qué quieren o necesitan después de haber sufrido un delito. Sin embargo, una y otra vez expertos se afanan en valorar las necesidades de las víctimas y como si de incapaces se trataran, se creen con el derecho a decidir que sería conveniente para ellas y qué no. Y por supuesto dentro de lo que puede ser "bueno" para las víctimas, no entra la Justicia Restaurativa, así he visto una entrevista a una psicóloga que decía lo siguiente: "La justicia restaurativa tiene mucho sentido en algunos casos, pero no tengo tan claro que lo tenga siempre. Las víctimas ni se plantean la posibilidad de perdonar", por supuesto que esta afirmación, me hace ver con claridad que no tiene ni idea de qué es la Justicia Restaurativa porque la asocia al perdón, y es que se ha extendido de forma alarmante, la idea de que el objetivo de la Justicia Restaurativa es perdonar y esto no es así, normal que pensando de esta forma, que  no vea claro la Justicia Restaurativa. El perdón y la reconciliación no son realmente fines u objetivos de la Justicia Restaurativa, pero sí pueden propiciarse a través de los procesos restaurativos. Erróneamente suele asociarse el hecho de perdonar con olvidar el mal que te han hecho, lo cual supondría quitar responsabilidad al infractor. Perdón no supone olvido, ni tan siquiera como dice la Biblia “poner la otra mejilla”. Implica que los infractores se dejen perdonar pero porque han reconocido el daño que causaron, no porque se haya justificado su acción delictiva, se haya minimizado o se haya excusado el daño.

PERDÓN NO TIENE QUE VER CON JUSTICIA RESTAURATIVA

El perdonar o no es algo muy personal que depende de cada víctima (de cada persona). Sin embargo perdonar puede ayudar enormemente a la víctima para poder seguir adelante. Con su perdón no va a borrar el mal que le ocasionó el infractor, (otro error de esta señora es pensar que si las víctimas perdonan lo hacen para que el infractor se sienta bien....y esto no es así, al menos en justicia restaurativa) pero va a poder recordarlo sin dolor.

Habrá reescrito su “historia” incorporando el delito sufrido como un aspecto más de su vida, lo recordará pero sin amargura, porque gracias al perdón habrá podido “cicatrizar” las heridas que el hecho delictivo la produjo.

Si se desea obtener estos beneficios que el perdón genera, el paso más importante es que la víctima se perdone a si misma. La víctima debe darse cuenta de que lo que ha sucedido no es su culpa, que es una persona digna de respeto y que no se merecía sufrir el delito. Se debe valorar como persona para que el proceso del perdón sea eficaz y verdadero. Se trata en definitiva de que la víctima se reconcilie consigo misma y con su entorno para que luego el perdón  produzca los beneficios deseados.

Aunque es claro que el perdón y la reconciliación no van unidos, si están relacionados y pueden considerarse que son dos puntos en el camino de la recuperación y reinserción de la víctima y también del infractor. A través de la Justicia Restaurativa como dice Howard Zehr , puede que las partes se dejen de ver como objetos y empiecen a considerarse como personas que son. La reconciliación empieza con la hostilidad e ira tanto de la víctima como del infractor. La sed de venganza se convierte en un sentimiento habitual en las victimas. El error puede ser considerar como malo y negativo estas ganas de venganza y hostilidad, porque como seres humanos es parte de nuestra naturaleza tener ciertos sentimientos o incluso pensamientos calificados como “políticamente no buenos” pero es verdad que los seres humanos podemos razonar, evolucionar y dejarnos aconsejar y guiar.

La Justicia Restaurativa da la oportunidad a las víctimas para que pasen de la hostilidad a la reconciliación,( atendiendo sus necesidades, escuchándolas y valorándola y abordando el quebrantamiento que el delito ha producido en sus lazos con la comunidad y con los suyos) estos sentimientos aunque parezcan antagónicos son diferentes paradas en un mismo camino hacia la restauración de éstas, además al atender de esta forma a las víctimas se evita  que se generen en ellas más hostilidad, más violencia y un aumento de los ánimos de venganza. La reconciliación (puede o no ser entre víctima e infractor) pero realmente la más importante debe ser la reconciliación consigo misma, con su familia y con su entorno. 

Solo así podremos recuperar a las victimas y en muchas ocasiones a los infractores como dos ciudadanos nuevos

CONCLUSIÓN

Por tanto, deberíamos dejar de asociar justicia restaurativa y perdón porque no es su objetivo, aunque como he expuesto, en alguna ocasión el proceso restaurativo en sí mismo fomenta que se llegué al perdón, siempre y en todo caso dejando claro que esto es algo muy personal y depende de cada víctima, conozco muchas que antes de un proceso restaurativo me comentan que no van a perdonar al infractor y de repente, durante el proceso este perdón se da de forma espontánea y natural.

 La psicóloga de la noticia  trabaja diariamente dando asistencia psicológica a las víctimas de delitos violentos y conoce de primera mano los sentimientos que estas personas experimentan. Y no pongo en duda su trabajo sin embargo, debería alguien recordarla que los procesos restaurativos llevan su tiempo y que debemos dejar de pensar en plazos de tiempo cortos para ver si se da o no el proceso restaurativo. Por supuesto, que como he dicho anteriormente, es normal que las víctimas de delitos especialmente si son graves tengan sentimientos de venganza, ira...y en un primer momento ni se planteen un proceso restaurativo, sin embargo en su camino hacia la recuperación, estos sentimientos van a ir variando y a la víctima la van a surgir una serie de necesidades que en pocas ocasiones la Justicia tradicional va a saber atender y ahí es donde empieza el trabajo de la Justicia Restaurativa. Para esto no podemos hablar de dos meses por ejemplo y sino se cierra la posibilidad de que la víctima pueda participar en un proceso restaurativo, en ocasiones y dependerá de cada caso y cada víctima será necesario mucho más tiempo, en el ejemplo que pone en la noticia sobre la violación, obviamente se requiere tiempo y mucho trabajo de preparación individual con ambos, antes de una posible reunión conjunta, y como ejemplo puedo poner uno que conozco y que la chica violada se reunió con su agresor varios años después, estando el violador en prisión. 

Otra de las cosas que dice en la noticia esta psicóloga: "Les encantaría ver que ese monstruo que ellas se imaginan en su cabeza es alguien real y pequeñito, pero la víctima no va a encontrarse con lo que necesita, por lo que podemos multiplicar el daño ya sufrido"por supuesto que un encuentro cara a cara no se va a dar de forma inmediata como decía y sobre todo si el delito es grave se necesita tiempo y tener claro que la víctima se siente segura en un encuentro de estas características y que las expectativas que tiene de este encuentro se van a corresponder con la realidad.

Es decir, no entiendo cómo se pueden poner a hablar de Justicia Restaurativa, cuando es bueno y cuando no, si no se sabe lo básico sobre esta Justicia y además se tiene la idea de que para las víctimas no va a ser bueno. 

Claramente veo que no es que las víctimas no quieran la Justicia Restaurativa, sino que las personas que las atienden las primeras veces creen que no va a ser bueno para ellas, toman la decisión por ellas y no las advierten de la posibilidad de gestionar su caso a través de esta justicia, que además si es un delito grave no va a evitar el juicio, será un complemento. A veces pienso que creen que les vamos a quitar o a hacer su trabajo y no se dan cuenta que deberíamos colaborar porque nada es obstáculo a que la víctima participe en un proceso restaurativo y a la vez reciba asistencia psicológica por ejemplo, y  sería lo ideal si así se requiere. Por eso, acabaré diciendo que son las víctimas las que deben decidir porque no son seres incapaces, debemos dejar de querer manejarlas y guiarlas a lo que nosotros pensamos que es bueno porque en ocasiones las estamos alejando de algo que para muchas de ellas puede ser muy sanador, no para todas porque la justicia restaurativa no es la panacea pero si para muchas.


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