lunes, 19 de septiembre de 2022

Ser restaurativos si el infractor ha fallecido


INTRODUCCIÓN

Lo primero que me llama la atención es que para hacer justicia, entendemos que el infractor debe ser castigado de forma severa, algo que puede dejar tranquilos a la sociedad pero que no atiende las muchas necesidades de las víctimas. Lo peor es cuando el ofensor no es capturado o muere antes del juicio, aquí es donde se nota las diferencias pues muchas personas opinaran que se ha hecho justicia sin pararse a pensar que las víctimas quedan sin respuestas y sin un acto que las reconozca y empodere.  Está claro que esta es  la reparación y castigo así entendida en el sentido literal  y retributivo. Sin embargo, más allá de equiparar justicia a castigar al infractor con un daño similar o mayor al que causó, la curación y reparación del daño a las víctimas, parece secundaria, más importa el “morbo”

No obstante, para las víctimas si un infractor se suicida por ejemplo,  puede suponer una “brecha” o punto muerto en su camino hacia la restauración porque las víctimas tienen unas necesidades desde un punto de vista restaurativo, en su viaje hacia la recuperación, que con la muerte del infractor no se han cubierto, al menos del todo.

NECESIDADES DE LAS VÍCTIMAS

En concreto, las víctimas en una etapa según Zehr, la reivindicatoria, necesitan saber que una persona es responsable, que desaparezca el desequilibrio de poder entre ambos (víctima e infractor). Con la muerte precipitada del ofensor a pesar de que se le hubiera declarado  responsable  y reconociera el delito , no se dio tiempo a las víctimas para reequilibrar la balanza y “mostrar” al infractor que iban a recuperar el control de su vida,  tras el crimen tan horrendo.

Tampoco es posible llegar al tercer viaje hacia la justicia que es cuando el delito llega a los tribunales. En esta fase solo se ha visto cubierta una necesidad: la seguridad, ya que en este caso las víctimas y la sociedad en general, estarán seguras que el agresor no va a volver a causar daños a otras personas.

Sin embargo, la información y respuestas dado el fallecimiento del agresor pueden ser muy escasas: era un “loco” o un “psicópata”, no han podido tener “voz” en un proceso fallido por el suicidio del agresor. Las víctimas también necesitan reconocimiento, quieren sentirse parte de la justicia y esto se consigue a través de la reparación material y emocional,que obviamente y directamente del agresor no se habrá podido dar porque ha fallecido.

1 comentario:

  1. Desde el 27/07/22 dejé de recibir mail de este blog. Por favor, solicito reanudar mi suscripción. Gracias. José Deym deymjose@gmail.com

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