INTRODUCCIÓN
Las personas estamos hechas de historias, es una afirmación que corroboro cada vez que facilito o participo en un círculo. Los círculos como herramienta de la justicia restaurativa son un espacio diseñado para que las personas puedan contar, resignificar y encontrar otro sentido a su historia. Por eso, tengo claro que , desarrollar habilidades para trabajar con las personas que necesitan contar su historia es uno de los pilares fundamentales, para desarrollar cualquier programa de Justicia Restaurativa. Las historias son elemento clave en cualquier práctica restaurativa y en especial, en los círculos. Porque en los círculos, vamos a tener personas que nos van a contar historias poderosas, serán personas comunes y corrientes, que han experimentado un trauma y que tienen la capacidad de compartir esta historia de una manera transformadora, tanto para el que la cuenta como para los que la escuchan. Cuando alguna persona sienta que las personas no comparten suele ser porque realmente no estamos haciendo un círculo, porque no usamos nuestra formación en justicia restaurativa para generar estos espacios (efectivamente hay que tener formación en justicia restaurativa porque por ejemplo si sabes de terapia y no de justicia restaurativa, no harás un círculo de justicia restaurativa sino terapéutico) Por eso, para los facilitadores y siguiendo a Lynette Parker, es importante seguir unas pautas para guiar a estos contadores de historias:
PAUTAS PARA GUIAR A LOS FACILITADORES EN LOS CÍRCULOS
1) Relación con los que van a contar su historia. Debemos aprender a mantener cerca a las personas y ofrecerles algunas pautas para su narración, sobre todo en casos de gran impacto para las personas. El trauma según los expertos como Rhor, reestructura y reorganiza el cerebro. Debemos ser un apoyo, un aliado. Para esto, nada mejor que enseñar a las personas que son los expertos en su historia, y animarlos a “contar”. Debemos creer en ellos, más que nadie, incluso ellos mismos.
.2) Debemos ser oyentes. Hay que escuchar a la persona que tiene algo para compartir. Escuchar y escuchar. Puede ser útil reunirse y planificar lo que compartirán, así conoceremos bien a la persona y su historia.
3) Es importante, el proceso de los círculos u otras prácticas restaurativas, para mí, se pueden dividir en Introducción / relato de lo que pasó / Impacto / Reflexión. La narrativa de la Justicia Restaurativa está diseñada para ser algo vivo, la historia puede cambiar con las diferentes etapas, las experiencias y cómo el orador lo está haciendo, en ese día en particular.
También hay una narración alentadora cuando se le pide a todos en el Círculo que compartan alguna historia. "Todos somos expertos en nuestras propias historias", "todos podemos contar una historia; solo hay que pensar en el comienzo, el medio y el final". Es especialmente importante contar historias, en los entrenamientos para ser facilitadores de círculos. Como he comenzado este relato, las personas estamos hechas de historias, lo poderoso de las prácticas restaurativas como los círculos, es que contar nuestras historias, nos acerca a otras personas como seres humanos, nos conecta y esto nos ayuda a sanar.
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