viernes, 24 de julio de 2015

Respeto e interrelación con los miembros de la comunidad, dos valores para una justicia juvenil restaurativa

Ayer hablaba de una Justicia Juvenil con enfoque restaurativo y comentaba que para saber si estamos siendo restaurativos, debíamos ceñirnos a unos valores que debemos adoptar como principios rectores de estos variados valores yo apostaba por: respeto, responsabilidad (empatía) y relación con los demás miembros de la comunidad. Hoy me voy a ocupar de los dos primeros valores: Respeto, la justicia juvenil debe enfocarse al fomento en el joven del respeto. Respeto significa honrar el valor y la dignidad de cada persona, de cada ser humano, se debe favorecer el respeto de los que se encuentran unidos por el delito, la víctima tendrá participación activa durante el proceso, y los otros valores como la responsabilización del joven infractor harán que se siente respetada, escuchada y atendida. Este respeto hace que el joven infractor se sienta humano, y sobre todo sienta que puede tener una oportunidad de enmendar el daño que causó. El respeto les devuelve su humanidad, y su posibilidad de transformación, el infractor para vivir alejado del delito y la víctima para poder incorporar el delito como un aspecto más de su historia vital. 
Esto se traduce en la participación activa durante todo el proceso penal tanto de la víctima como del infractor, dando la oportunidad al joven infractor a través de los mecanismos existentes en los diferentes códigos de la niñez o leyes del menor, como el ofrecimiento de disculpas o la posibilidad de realizar trabajos en beneficio de la comunidad, lo cual indicará que el infractor en aras a demostrar este respeto hacia las víctimas directas e indirectas y como se ha responsabilizado ( valor que veremos posteriormente) va a realizar actividades para demostrar que respeta a la víctima y a la comunidad en la que vive, y que quiere devolver algo bueno por lo malo que hizo. Este valor implica que el joven también va a empezar a sentir el respeto de los demás hacia él, ya no es el infractor sin posibilidad de redención, sino una persona que ha hecho algo malo pero que quiere cambiar y está haciendo lo correcto, también va aprender a respetarse a si mismo, y verá como es capaz de hacer cosas útiles y positivas. Comenzará a ver como él forma parte del grupo, de la comunidad y para el grupo, él es importante porque todos somos importantes y esenciales para el mejor funcionamiento de la sociedad.

Relación con los demás miembros de la comunidad. Es el reconocimiento de la interrelación, la interconexión de todos y cada uno de nosotros. Relaciones significa hacer algo por los demás. Algo para alguien más. El joven debe entender que la comunidad ha sido también dañada por el delito pero también que si quiere cambiar va a ser ayudado por ella. También si es posible recibirá el reproche reintegrativo de su entorno más cercano. Debe comprender que pertenece al grupo, a la comunidad y que aunque ésta es víctima también es agente activo y comprometido en ayudarlo a que vuelva a ella.

Es importante que el joven no se sienta estigmatizado y que vea que la comunidad lo va a apoyar en esta transformación positiva. El internamiento será el ultimo recurso al que acudir, para no alejarlo de su entorno, si debe darse también se hará con un enfoque restaurativo

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