miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Somos en esencia punitivos o restaurativos?

Es cierto que hablar de justicia restaurativa en un mundo en el que todos y cada uno de los días se clama por penas más duras, como si esto fuera la panacea de todos los problemas y la solución a la delincuencia es un poco complicado o al menos puede serlo en un principio porque la realidad me ha demostrado que somos más punitivos los que nunca hemos sufrido un delito, sin embargo, las víctimas generalmente lo único que quieren es obtener una reparación o mitigación del daño o del dolor que causó el delito en su vida.Ser víctima de un delito o una injusticia provoca indignación, ira, humillación y venganza o deseo de compensar el daño sufrido, inflingiendo dolor al infractor. Sin embargo, si se ahonda en las necesidades de las víctimas, la realidad nos muestra que muchas no son tan punitivas como pueda parecer a priori, y realmente lo que más reclaman es que nadie vuelva a pasar por lo que ellas han pasado, que otros no sufran lo que ellas han sufrido y la Justicia Restaurativa es la que puede abordar, escuchar y ayudar a las víctimas a obtener una reparación adecuada a sus necesidades y sus sentimientos, no una reparación jurídica impuesta por un tercero ( juez) ajeno a ellas y a sus expectativas. 
Y esto es el problema, el delito no es un concepto jurídico solamente, el delito afecta a seres humanos y genera sentimientos diferentes y distintos en cada persona. Sin embargo, la Justicia tradicional se ha reducido a conceptos y procedimientos iguales para todos, llenos de burocracia y en muchas ocasiones incomprensibles. Además la retribución se centra en la dimensión pública de la delincuencia. Por eso los profesionales pueden sentir que se ha hecho justicia, pero las partes directamente afectadas a menudo, quedan frustradas con un sentimiento de injusticia.Aquí es donde tiene cabida y da esperanzas la Justicia Restaurativa: abordando las dimensiones emocionales de la delincuencia y transformando y canalizando estas emociones, no positivas y destructivas por algo constructivo (motivaciones sanadoras). No obstante, no tengo tan claro que seamos más punitivos que restaurativos, actualmente hay muchos ejemplos que demuestran cómo para muchas víctimas el conseguir la restauración de sus vidas y la curación de las "cicatrices" del delito ha resultado esencial para poder continuar con sus vidas y reponerse del delito sufrido, incluso de los más graves como el de la pérdida de un ser querido. Son muchas las que han optado por perdonar ( no siendo el objetivo principal de la justicia restaurativa) como una forma de liberarse del control que tras el delito, el delincuente tiene sobre ellas.

Ayer vi un documental que me dejó claro que no está en nuestra esencia, en general ser más punitivos que restaurativos, se trataba de una leoparda que sale a cazar dejando a su cría en la madriguera, cuando vuelve descubre que una pitón ha devorado a su cría con paciencia, la sigue hasta que la ataca....cuando uno ve el documental piensa que la va a matar, sin embargo, solo la ataca  hasta que la pitón, viéndose atacada expulsa el cuerpo de su cría para escapar más rápido, para mi sorpresa la reacción de la madre leopardo no es la de atacar a la pitón hasta matarla, lo que hace es ocuparse del cuerpo de su cría. Si alguien duda de que la esencia natural de los seres vivos es más restaurativa que punitiva, solo tiene que ojear el documental para darse cuenta que no es la norma general, claro, otra cosa es que haya excepciones que también se deben respetar, porque los que trabajamos en Justicia Restaurativa para hacerlo bien debemos escuchar a las víctimas, tanto a las que están a favor de esta justicia como las que están en contra.

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