Siempre intento recordar que la Justicia Restaurativa no es algo nuevo, sino que es la Justicia del "sentido común" , que siempre existió y fuimos perdiendo, por eso, hoy quiero volver a a hablar de la historia acerca de cómo los japoneses arreglan los "objetos rotos"
"Cuando los japoneses reparan objetos rotos, enaltecen la zona dañada rellenando las grietas con oro.
Ellos creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso.
El arte tradicional japonés ...de la reparación de la cerámica rota con un adhesivo fuerte, rociado, luego, con polvo de oro, se llama Kintsugi.
El resultado es que la cerámica no sólo queda reparada sino que es aún más fuerte que la original. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, estos se acentúan y celebran, ya que ahora se han convertido en la parte más fuerte de la pieza.
Kintsukuroi es el término japonés que designa al arte de reparar con laca de oro o plata, entendiendo que el objeto es más bello por haber estado roto"
Cuando una persona sufre un delito, se convierte en víctima; algo se fractura dentro de ella, sufre un daño, el más preocupante no es el físico sino el psíquico o moral. El deber de la justicia es reparar este daño, para que las víctimas puedan recuperar su vida y el control sobre ella.
Precisamente la Justicia Restaurativa lo que hace es reparar, restaurar el daño físico y el psíquico, de tal forma que convierte a la víctima en una persona más fuerte, digna de respeto y admiración, curamos sus "heridas" tras el delito con "hilos de oro", para que el resultado sea una persona que ha dejado de ser víctima, para pasar a ser una superviviente. No se trata de restaurar a la víctima a una situación anterior al delito, puesto que eso ya será imposible, al igual que la vasija rota, lo que si podemos hacer es transformar a las personas que han sufrido el delito, igual que transformamos la vasija rota en otra más digna de admiración.
La Justicia Restaurativa igual que los japoneses con sus vasijas, transforman a la víctima quebrada por el delito en alguien mejor, más fuerte y más importante, que ha sabido incorporar el delito como un aspecto más de su vida. El resultado será un persona mejor y más respetada y valorada ( igual que las vasijas reconstruidas con oro)
Pero es que además el delito afecta al infractor, la Justicia Restaurativa permite que pueda "recomponerse" como persona y encuentre en las "grietas cubiertas con oro" cierto orgullo, a pesar de que hizo algo mal, ha sabido asumir sus actos a través de la oportunidad que le brinda los procesos restaurativos, sabe que tendrá una posibilidad de hacer las cosas bien y que se le mirará por lo bueno que haga desde ese momento en adelante. Se le va a mirar como "la vasija nueva y reconstruida" y no por los "pedacitos" que el estigma de ser delincuente conllevan. Va a reconectar con su humanidad olvidada. Y sobre todo también va a suponer no una restauración a su situación anterior al delito, lo cual haría que les pusiéramos en peligro evidente de volver a delinquir, (la vasija podría romperse de nuevo y esta vez en pedazos mucho más pequeños y difícil de recomponer) sino una transformación, el infractor al reconectar con su humanidad va ser alguien mejor y sobre todo "renovado" .
Y por supuesto que falta en la ecuación los otros afectados por el crimen, la sociedad. Todos estamos relacionados y lo que uno hace afecta a los demás, por eso para la sociedad recuperar dos piezas importantes dentro de la "gran vasija que es la comunidad" es algo importante porque las recupera de una forma nueva, transformadora, sanadora y con valores como el respeto, el honor y la dignidad.
Es una forma muy bonita de ver la Justicia Restaurativa hecha "metáfora."
Es una bella y cierta reflexión, algunos, quizás por fortuna hemos recorrido ambos caminos, por lo que hemos aprendido esto por las dos vía que comenta, precioso artículo.
ResponderEliminarUn saludo.
Lazaro.
un abrazo y gracias
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