viernes, 6 de septiembre de 2019

Los fines de la pena y la justicia restaurativa

El CASTIGO COMO FIN DE LA PENA
Para muchos, pensar en el fin de la pena como el castigo o la retribución, es decir, devolver al infractor una cantidad de dolor que se corresponda con el daño causado, puede ser suficiente o más que suficiente. No obstante, la retribución como fin de la pena se centra en la dimensión pública de la delincuencia. El estado debe dar a entender que toda violación de la norma es desaprobada y el ciudadano debe comprenderlo, para evitar futuros quebrantamientos de las leyes. Sin embargo, si pensamos en un delito muy grave, como la muerte de seres vivos, ¿cuánto castigo sería suficiente para compensar las pérdidas de vidas? Jamás se podría poner en una balanza el delito grave y el castigo porque ni tan siquiera la muerte del infractor, como el castigo más terrible, podría equilibrar la pérdida de seres vivos inocentes. El retribucionismo como fin de la pena se basa en una especie de venganza recíproca y muchos creen que se hace justicia si el infractor tiene dificultades y el equilibrio trata de adquirirse mediante el pago, de devolver al delincuente el sufrimiento que causó por el delito.Sin embargo, el desequilibrio con respecto a las víctimas directas y la sociedad seguirá existiendo. 
Parece ponerse en una misma balanza a víctimas e infractores y esto no es así, las víctimas por el mero hecho de serlo merecen nuestro respeto y consideración y necesitan sentir que se ha hecho justicia. 
EL FIN DE LA PENA DEBE SER LA REINSERCIÓN O AL MENOS SE DEBE INTENTAR
Probablemente la retribución, el castigo supone para el estado como víctima, un alivio, recupera el control y está diciendo a otros potenciales infractores que si delinquen van a sufrir un castigo ¿Pero y las víctimas y la sociedad? No niego que en un principio el sentimiento de venganza normal y lógico en todo ser humano, pueda hacer sentir bien a las víctimas, sabiendo que el infractor lo pasará mal. Pero el problema surge porque la retribución que deriva del sistema penal tradicional de justicia, no da un papel activo al infractor, solo tiene una responsabilidad pasiva por un acto cometido en el pasado. Esto no ayuda a que surjan en ellos sentimientos de vergüenza, o de remordimiento. Esto lo que conlleva es que si reciben finalmente su castigo, y entran en prisión, es poco probable que reflexione y tras su salida, no vuelva a cometer el mismo o similares delitos, y es así porque esta actitud pasiva y destructiva no fomenta en ellos una reflexión y valoración real y meditada de su conducta delictiva.

El sufrimiento que se trata de devolver al infractor por su conducta, se duplica ya que lo queramos o no va a afectar a sus familiares y allegados. Todo esto hace que muchos sientan al recibir su castigo, no solo que no es merecido, sino que están siendo víctimas de una injusticia.

LOS OFENSORES VEN LA JUSTICIA RESTAURATIVA MÁS JUSTA
Por eso, la Justicia Restaurativa, es un paso más hacia una justicia moderna y humana, que invita al infractor a tomar una responsabilidad activa, participando en el proceso y haciendo “gestos” para reparar o compensar el daño. Esto es no solo por el acto delictivo cometido en el pasado, sino que está orientada al futuro.

Y esto es esencial porque las víctimas y la sociedad, lo que más desean una vez que los sentimientos negativos se han ido transformando y canalizando es que el infractor no vuelva a delinquir, no vuelva a dañar a otro ser vivo y la justicia restaurativa favorece esta responsabilización y este “toque de humanidad” al infractor para que reconozca, admita el daño y no quiera volver a hacerlo. La Justicia Restaurativa trata no de duplicar el sufrimiento sino de mitigarlo, se pregunta qué deuda tiene el delincuente y qué debe y puede hacer para “pagar”. Como decía Braithwaite, la delincuencia duele y la Justicia debe conseguir la sanación.

Con esto no estoy tratando de decir que las cárceles deberían desaparecer pero si deberían quedar para delitos muy graves, ser algo mínimo y en todo caso, deben empezar a gestionarse con un enfoque restaurativo y educador. Se trataría de reducir el crimen y su impacto. La capacidad de la Justicia Restaurativa para hacer frente a las necesidades emocionales y de relación y de enganchar a los ciudadanos es la llave de una comunidad más saludable. Las víctimas no son “cebos” para que el infractor logre ser condenado, necesitan ser atendidas y reparadas no solo material sino moralmente. En el caso por ejemplo de un  maltratador de animales, el que entre en prisión se me antoja muy sencillo para el propio infractor y para el estado. Para el sistema se cumple y le castiga pero sin tener claro qué ocurrirá cuando salga de prisión. Y para el infractor es fácil porque al escucharlo, no solo minimiza los hechos, manifiesta y reitera su desprecio por la vida de seres vivos, sino que además y como decía se siente víctima del sistema y de una justicia injusta. 

CONCLUSIÓN
Entonces ¿qué hacer? Desde luego que las leyes deben cumplirse pero sin duda debería ser una actividad que no castigo,  activa y constructiva, que trate de conectar con su humanidad y con su sentimiento de empatía, solo de esta forma y a través de la justicia restaurativa podemos tener la certeza, que hemos hecho todo lo posible para conseguir que “aprenda” y se conciencie y no quiera volver a dañar. Por esto, es necesario pasar de una justicia penal y penitenciaria arcaica y adaptarla a la nueva realidad social, en la que los fines de las penas deberían ser menos retribución y más restauración, reparación y responsabilización.

2 comentarios:

  1. Mi nombre es Omar Luna, y estoy en el V Congreso internacional de justicia restaurativa; vi su intervención, y me pareció excelente; no obstante, todos los expositores han tratado el tema con un enfoque de lo que es el post de la consecuencia del delito y el daño causado por el ofensor; pero no han visto la situación desde la perpestiva de llegar al foco del problema de forma a priori o antes de que se cause el delito y sus consecuencias graves, llegando a las familias que sufren violencia intrafamiliar que son las causantes de que los hijos se conviertan en delincuentes por las actitudes violentas de los padres en el seno del hogar; y son quienes forman a los hijos; y ese mal ejemplo es lo que los hijos después trasladan a la comunidad y al entorno social donde viven. Por lo tanto el flagelo social de la violencia intrafamiliar es lo que habría que atacar para después no curar y así tener una mejor sociedad en el mañana o en el futuro. Se y entiendo que la justicia restaurativa está para curar, sanar restaurar lo que está ya causado, pero en política criminal de igual forma se debe incluir la prevención y no sólo la represesion como fin del Estado para acabar o erradicar los delitos. Estoy en proyecto de publicar un libro que trata sobre la violencia intrafamiliar y su impacto en la sociedad, con el fin de aportar un grano de arena en el desierto social y así poder contribuir a crear una mejor sociedad y dejar a los futuros ciudadanos del mundo (los niños) un mejor mañana y una mejor sociedad. Son alta estima, aprecio y admiración a usted Omar Luna Secretario juzgado 2 penal municipal de adolescentes de Barranquilla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. hola un gusto saludarte, por supuesto que la prevención es la esencia de la justicia restaurativa pero mucho menos explorada, yo dije en algún momento que habia que empezar por ser uno mismo restaurativo, en los colegios etc...Pero tienes razón todos hablamos cuando la herida ya está y hay que poner la curita, será porque nos dedicamos más a ese área. Sin embargo, el programa que tenemos en el centro penitenciario está dando excelentes resultados tambien en prevención ayudando a la convivencia. Quiero creer que con la justicia restaurativa llegaremos al punto que explicas y poder neutralizar las causas que llevan a la delincuencia. Muchísimas gracias por tus aportes. un saludo desde el aeropuerto de Bogotá ya de regreso.

      Eliminar