(imagen propiedad de Virginia Domingo, inspirada en Howard Zehr)
En muchas legislaciones, se habla como requisito para que el infractor participe en un proceso restaurativo, que haya reconocido el daño causado o su participación en el delito. Me resulta complicado que de primeras, todos vayan a reconocerlo, es más creo que esta es la labor del facilitador, en las reuniones individuales, preparar al victimario para su asunción de responsabilidad y la posible reunión con la víctima.
Pero es que además, en ocasiones, cometemos el error de juzgar a los infractores que no reconocen el delito cometido, en un primer momento. No nos paramos a pensar que muchas veces no lo reconocen por motivos como:
- el temor al castigo
- la pérdida de autoestima, que les genera reconocer que han causado un daño, sobre todo si es un delito que genera alarma social
De ahí, que la labor del facilitador sea trabajar con este victimario, igual que se hace como la víctima, para lograr esta responsabilización y su disposición a reconocer que el daño no simplemente pasó, sino que él/ella provocó que pasara.
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