INTRODUCCIÓN
Hace unos días hablaba acerca de cómo la Justicia Restaurativa favorece el empoderamiento, más claramente para la víctima y la comunidad pero también para el infractor. Y es que cuando se comete un delito, surgen daños y estos generan necesidades, claramente las necesidades más importantes de ser atendidas, son las de las víctimas como la reparación del daño pero la comunidad también sufre el impacto del delito y debe ser tenida en cuenta como víctima indirecta o más bien secundaria. La comunidad además como víctima tiene una serie de necesidades que requiere que la Justicia las aborde y que solo a través de la Justicia Restaurativa lo consigue, ya que para la Justicia tradicional solo el infractor y el sistema son importantes, ni siquiera la víctima, ya que esta participa como testigo y casi como un mero "cebo" para lograr que el infractor sea condenado. Si la víctima no es importante, mucho menos lo va a ser la comunidad para la Justicia tradicional y sin embargo, debemos tener en cuenta que también se ve afectada por el delito y el impacto que genera en sus miembros.
NECESIDADES DE LA COMUNIDAD
La comunidad necesita que se tenga en cuenta sus necesidades como víctima y sus preocupaciones en general, el grupo funciona mejor cuando todos sus miembros forman parte de él, de una manera activa y positiva pero tras el delito, se aísla de la comunidad tanto la víctima como el infractor por esto, su fortaleza y funcionamiento se va a ver perjudicado.
Necesitan construir un sentimiento de comunidad, fortaleciendo los lazos entre sus miembros y también asumiendo junto al estado su responsabilidad, ¿por que? Porque la comunidad además de ser víctima también debería ser agente activo junto con el sistema para favorecer la curación de los afectados por el delito, tanto víctima e infractor para que se reintegren de nuevo en ella. Si se hace así, la comunidad va a verse reforzada y va a sentirse reparada del daño sufrido, porque perdió a dos de sus miembros y ha logrado recuperarlos. Se trata de que la comunidad se tome la responsabilidad de velar por el bienestar de sus miembros, incluidos la víctima y el infractor y para que de esta forma se creen las condiciones para crear una comunidad más saludable.
También necesitan sentir que hay menos probabilidades de que otros de sus miembros se conviertan en potenciales futuras víctimas, por eso la interesa la prevención y la no repetición de conductas similares y efectivamente los procesos restaurativos a través de la responsabilización voluntaria del infractor, favorecen este no querer reincidir del infractor por no dañar a otro ser humano, en definitiva por no querer dañar a otro de los miembros de la comunidad. También la interesa para que el sentimiento de seguridad y de que el mundo en el que viven no es tan malo, que sus miembros sientan seguridad y que haya menos infractores queriendo delinquir porque han comprendido y asumido valores restaurativos esenciales como la empatía y el empoderamiento, que les ha hecho recordar su humanidad olvidada y su pertenencia al grupo. Sin duda, la Justicia Restaurativa más que restaurar, sana y transforma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario