INTRODUCCIÓN
El pasado fin de semana cuatro mujeres y dos niños fueron asesinados en tan solo 24 horas. Los feminicidios evidencian, una vez más, que los casos se disparan con la llegada de periodos vacacionales, aunque las alarmas se han disparado en las últimas horas por la concentración de los asesinatos y el golpe que ha supuesto también para la violencia vicaria, que ya anota su peor dato: nueve menores asesinados en lo que va de año por violencia de género.
Las plataformas 25N y 8M (Plataforma contra la Violencia de Género 25 de Noviembre y Plataforma 8 de Marzo) de Granada han comunicado su condena y su “más absoluta repulsa e indignación por el asesinato machista de nuestra vecina y su madre en Zafarraya” y han denunciado que estas muertes “guardan relación con las desigualdades estructurales existentes entre mujeres y hombres”, así como “con las ideas aún arraigadas en nuestra sociedad que justifican o se muestran complacientes con este tipo de delitos y las causas que lo sustentan”.
Llegue o no el verano la realidad es que la violencia machista está aumentando a pesar de las supuestas medidas de protección, las leyes y las ingentes cantidades de dinero que se destinan para erradicar esta lacra. La pregunta entonces sería ¿qué estamos haciendo mal?
ALGUNAS MEDIDAS PARA LUCHAR CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género vino a regular la violencia machista y sus sucesivas reformas han venido a reforzar y mejorar la protección, sin embargo, la realidad es que muchas de las mujeres asesinadas no habían denunciado y las que si lo habían hecho se habían encontrado con una total desprotección. Una de las mujeres fallecidas había denunciado y de hecho su maltratador estaba pendiente de ingreso en prisión. Seguir leyendo: lawandtrends
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