Mucho he hablado de los valores de la Justicia Restaurativa, sobre todo porque los valores y los principios son los que nos van a indicar si estamos siendo restaurativos con nuestro trabajo o no, serán la brújula para guiarnos en el camino restaurativo
Sin duda, me quedo con los tres valores fundamentales que destaca Howard Zehr: respeto, responsabilidad y relación
La Relación , es el reconocimiento de la interrelación, la interconexión de todos y cada uno de nosotros. Es también más profunda y más que eso. Relaciones significa hacer algo por los demás. Algo para alguien más. Algunas relaciones son involuntarias, por ejemplo la relación que une a víctima e infractor por el delito cometido/sufrido. Tal vez la relación es por elección, sin embargo, la que surge por el delito o el daño sufrido no. En la Justicia Restaurativa, le pedimos a la gente que trata de entender la relación de los demás con el hecho delictivo, y también su propia relación con él. Nos preguntamos "¿cómo le ha impactado?", "¿ qué pensaste?". Esta relación con el hecho delictivo, no se puede cambiar con el tiempo, si se puede transformar la percepción que tenemos de esta relación que nos une con el delito. Ese es el crecimiento y la curación, que proporciona la Justicia Restaurativa, una puerta abierta a la transformación y a nuestra forma de ver el hecho delictivo y nuestra relación con el infractor. La Justicia Restaurativa ayuda a las víctimas a empezar un camino diferente en la forma de relacionarse con el daño. El espacio de dialogo que proporciona el encuentro restaurativo, no es el punto final, sino una parada en el camino. Y en delitos graves es un viaje de toda la vida.
La responsabilidad. Este es el compromiso de estas relaciones. La comunidad tiene una serie de necesidades como víctima indirecta de los delitos pero también tiene responsabilidades, la de procurar a sus miembros un mundo mejor, donde puedan recuperar su sentimiento de seguridad y confianza en los demás miembros del grupo. Necesita y tiene el deber de fomentar la cohesión social. Los infractores tienen unas necesidades, como vimos ayer, pero también y sobre todo la responsabilidad de hacer lo correcto, de devolver bien por el mal que hizo a través de la reparación del daño o su compensación. Tomar responsabilidad por el daño, no es sino asumir lo que se ha hecho , reconocer que se ha dañado a otra persona, y esto sin duda, es mostrar respeto a las víctimas, ya que las está diciendo: sé que te hice daño y voy a hacer lo posible para compensar este daño. Y las víctimas tienen una serie de necesidades que se generan tras el daño sufrido y la relación no elegida que de repente surge con el delito y con el infractor, pero también y en alguna medida, tiene la responsabilidad de recuperarse o al menos intentar sanar tras el delito para que de esta forma pueda reintegrarse de nuevo en el grupo.
El respeto, significa honrar el valor y la dignidad de cada persona , de cada ser humano, los procesos restaurativos favorecen el respeto de los que se encuentran unidos por el delito, la víctima se siente respetada, escuchada y atendida, y el infractor se siente humano, y sobre todo siente que puede tener una oportunidad de enmendar el daño que causó. El respeto les devuelve su humanidad, y su posibilidad de transformación, el infractor para vivir alejado del delito y la víctima para poder incorporar el delito como un aspecto más de su historia vital.
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