miércoles, 17 de diciembre de 2025

Tres pasos para sanar: palabra, acción y reparación



La justicia restaurativa nos recuerda que sanar no es un acto aislado, sino un proceso vivo que involucra a todas las personas afectadas. Empieza con la palabra, cuando somos capaces de nombrar el daño, reconocer el dolor y abrir un espacio de escucha auténtica. Continúa con la acción, ese compromiso concreto que transforma el diálogo en pasos reales hacia la responsabilidad, la resiliencia, sanación y cambio. Y culmina en la reparación, donde se reconstruyen vínculos, se restituye la dignidad y se abre la posibilidad de un futuro distinto.

Restaurar no es olvidar, ni justificar, ni borrar el pasado. Es mirarlo de frente para que deje de ser una herida abierta. Es un camino de valentía y humanidad que busca no solo justicia, sino también sentido, equilibrio y transformación.

Porque cuando la palabra es honesta, la acción coherente y la reparación sincera, el daño deja de definirnos y empieza a enseñarnos. Y entonces, lo que parecía un final, se convierte en un nuevo comienzo.

 

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