Hace unas semanas hablaba de algunos peligros exteriores, para el buen funcionamiento de la Justicia Restaurativa, sin embargo, creo que existen otros peligros que provienen precisamente de los que estamos dentro de la corriente restaurativa.Y para un mi, un gran riesgo es los radicalismos o extremismos. Me explico, he estado leyendo sobre el abolicionismo y sobre los compañeros que creen que la justicia restaurativa puede llegar a sustituir al derecho penal, esto me ha llevado a plantearme algunas cosas.Lo que he leído es que nos acusan a muchos de nosotros, de perder el rumbo de la justicia restaurativa, para muchos justicia restaurativa y sistema penal es totalmente incompatible. Incluso han desterrado de su léxico la palabra justicia y la han sustituido por prácticas.
Tras leer con mucha atención lo que comentaban, eché en falta algunas cosas en su argumentación:
Una y otra vez se refieren al perdón y a perdonar como si esto fuera un requisito previo para la justicia restaurativa, o incluso como si fuera a lo que deben aspirar víctima y victimario. Debo recordar en este punto, que el perdón es un proceso intimo que queda en la esfera personal de cada individuo, que participa en un proceso restaurativo. Es cierto que la Justicia Restaurativa, favorece que el perdón se dé durante los encuentros pero no es en ningún caso, el objetivo prioritario de esta justicia.
No surgió en origen para este perdón, en todo caso surgió para el reconocimiento de que se ha causado un daño, porque el perdón es algo vacío tal y como lo entendemos generalmente. Decir lo siento, puede ser algo sencillo, sino va seguido de una verdadera asunción de que el delito no simplemente pasó sino él/ella provocó que pasara. Por eso, en todo caso, pedir perdón para la Justicia Restaurativa, conllevaría: lo siento, fue mi culpa, y que puedo hacer para compensar el daño. Los beneficios de perdonar para las víctimas, son muy importantes pero insisto, no se puede asociar justicia restaurativa y perdón.
Por otro lado, leo continuamente, conflictos y qué las partes deben ser las que tengan el poder de solucionar el conflicto, lo que me más me sorprende es que hablan de conflictos cuando se refieren a delitos y además delitos muy graves. Sin lugar a dudas, hay que tener en cuenta que existen delitos de menor entidad, que pueden surgir de un conflicto previo, pero cuando veo que se habla de delitos muy graves, y se habla de prácticas restaurativas para solucionar el conflicto, observo que no se tiene en cuenta a las víctimas, y sus posibles sentimientos, no se puede hablar de delito grave y tener un lenguaje tan neutral e imparcial, ya que las víctimas pueden sentir que se está minimizando o incluso justificando el delito. Y en este sentido, estoy viendo cada día más, como se está perdiendo el por qué de la justicia restaurativa, aunque sea una institución que ha ido evolucionando, y ya se considera incluso como una forma de vida, o movimiento social, la Justicia Restaurativa surgió para superar el olvido y el abandono de las víctimas, dentro del proceso penal.
Lo quieran o no surgió en el ámbito penal y para devolver el protagonismo que las corresponde a las víctimas. Por eso, me asusta cuando leo alegatos a favor de la Justicia Restaurativa, en los que no se habla ni un solo segundo, de las personas que sufren el delito. Tan solo se habla del castigo, que debe superarse la visión retributiva, que es posible que las personas gestionen sus conflictos al margen del estado y un largo argumento del que nada se habla sobre las personas que sufren el daño, solo de las que lo causaron. Esto creo que lo que hace es volver a la situación original, en la que autores como Christie hablaban de que el estado nos roba el conflicto, y acaso ¿no estamos otra vez "robando" el delito a las víctimas?. Parece que la Justicia Restaurativa surgió solo por los víctimarios y para evitar que vayan a prisión, creo que esta visión es muy pobre, si nos volvemos a olvidar de las víctimas. Estoy de acuerdo, en que la prisión no es la mejor forma de ayudar a alguien que cometió un delito, ya que aislar y estigmatizar, no humaniza, pero también tengo claro, que en este camino nunca debemos olvidarnos de las víctimas y cómo la justicia restaurativa, las ayuda a superar el trauma y a sanar. Dicho esto, creo que determinados delitos muy graves, deben seguir teniendo el reproche del estado a través del derecho penal, sin embargo, creo que el victimario que asume el daño y se compromete sino a reparar (porque en delitos graves es imposible generalmente) a compensar el daño, merece obtener beneficios jurídicos y penitenciarios, y sobre todo si tiene que ir a la cárcel, necesita que lo pueda hacer en un lugar, en el que no olvide su humanidad. Existen cárceles totalmente restaurativas, como la de Bastoy en Noruega, allí solo van presos por delitos muy graves, pero en ningún caso, son tratados como tal, son seres humanos y así se sienten. Preguntados los presos, responden que el no olvidar su humanidad, les hace valorar que cuando salgan, seguirán siendo personas para la sociedad, y por tanto, para ellos mismos también, y será un valor añadido para reconectar con la comunidad y no reiterar sus conductas delictivas.
¿Qué estoy queriendo decir con esto? Pues que por supuesto, creo que las cárceles no son un lugar idóneo para las personas, y estoy convencida que deben quedar como un reducto, para casos extremos, pero también soy consciente que no todos los infractores van a asumir el daño que han causado, ni todos están en disposición de hacerlo, (algunos igual necesitan tratamiento psicológico, terapias, intervención tratamental....), muchos necesitan una atención como paso previo, para ver si pueden participar en un proceso restaurativo. Por eso, a pesar de todo, pienso que lo mejor es humanizar las cárceles, dotarlas de una perspectiva restaurativa, para los que desgraciadamente tengan que pasar por ella, y en todo caso, nuestra labor es evitar que vuelvan allí. No creo que los extremos sean buenos, en ningún caso, tampoco digo que esta justicia surgió solo por las víctimas, estoy convencida que aunque en un primer momento fue así, poco a poco, nos hemos ido dando cuenta que todos estamos interconectados y que ayudando a las víctimas a sentirse reparadas, se ayuda a los víctimarios a hacer lo correcto, se les recuerda que son personas también, y esto repercute en todos nosotros, como comunidad, ya que podremos estar seguros que víctima y victimario, van a poder volver a la sociedad como personas nuevas.
Reitero, no creo que los extremos sean buenos, igual que no creo que alguien que trabaja en la atención de infractores drogodependientes, se dedique a ofrecer servicios de mediación penal, sobre todo si uno les escucha hablar de víctimarios y en su lenguaje se olvidan de las víctimas, la otra parte de la ecuación. Creo que todos sabemos los beneficios que tiene la justicia restaurativa para la sociedad en general, pero debemos tener en cuenta que las personas que sufren el daño, deben ser empoderadas, y atendidas, y si vuelven a ver que se las "olvida", finalmente nos verán como lo mismo que el sistema penal, y dejarán de confiar en nosotros.
Asimismo, leo que desechan la palabra justicia porque la asocian a castigo y a justicia punitiva, para ellos, lo ideal sería prácticas restaurativas. Estoy convencida, que los términos, a veces nos hacen olvidar los objetivos que queremos conseguir, sin embargo, en este caso, veo que el término justicia está muy denostado. ¿Qué es Justicia? ¿Acaso Justicia solo se refiere al ámbito penal y solo para hablar de castigo? Obviamente, es cierto y no lo voy a negar, que en ocasiones, la sociedad confunde justicia con castigo, esto es también algo normal, si partimos de la base que la sociedad no sabe de más herramientas para sentir que se hace justicia que el castigo. Pero la experiencia me dice que las víctimas, son mucho menos punitivas que las que no hemos sido nunca víctimas y que para los que sufren el delito, lo más importante es que alguien se responsabilice del daño que han sufrido y que sobre todo, se comprometan a no volver a hacerlo. Así que sinceramente para mi justicia, tiene que ver más con un valor intrínseco a todo ser humano. Todos buscamos ser justos en nuestro día a día, queremos ser justos con la gente que nos rodea, y sabemos, que si hacemos algo mal, lo correcto es compensar o mitigar este daño. Esta es la justicia en sentido cultural y tradicional, muy en la línea de lo que decía Ulpiano, justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada cual lo que corresponde. Es más si se acude a un diccionario, se puede ver que justicia está definida, como conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado, estos valores son; el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad. Y estos valores, obviamente son los que postulamos con la Justicia Restaurativa y a lo que aspiramos, cuando ponemos en práctica un proceso restaurativo, por eso a nadie se le escapa, que la Justicia Restaurativa puede ser, sin lugar a dudas, el ideal de Justicia. Otra cosa es la justicia en sentido formal, pues son las normas codificadas que están elaboradas por el Estado y que se ponen en práctica por los Tribunales. Es verdad, que estas justicia adolece de muchas deficiencias y lagunas, la más importante es que no tiene en cuenta el aspecto emocional del delito, y por eso, estoy convencida que lejos de ser ambas justicias incompatibles, la Justicia Restaurativa puede ser usada para mejorar la justicia en sentido formal y que en ocasiones, se asocia erróneamente con castigo. Como decían los clásicos, en el medio está la virtud. No se trata de perder la esencia de la Justicia Restaurativa, al contrario creo que debemos aprovechar sus beneficios para mejorar lo que tenemos y hacer una sociedad más humana. Tengo que recordar que la primera práctica de justicia restaurativa, surgió en el ámbito penal y dentro de la justicia, por eso ni es descabellado ni es imposible.
Otra cosa es que la Justicia Restaurativa puede aplicarse fuera de la esfera de la justicia, por supuesto que puede aplicarse y es totalmente recomendable, porque la Justicia Restaurativa es la Justicia de la comunidad, y corresponde a la comunidad intentar que la sociedad, aspire a estos ideales de justicia que queremos conseguir con la justicia restaurativa. La comunidad es el principal agente para poder aplicar la Justicia Restaurativa, y diría que es totalmente compatible una justicia restaurativa dentro del ámbito penal y fuera de él. No en vano, la Justicia Restaurativa es ya vista como un movimiento social ( Carl Stauffer, 2016) y como tal, debe estar presente como forma de propugnar cambios sociales, en todos los niveles de nuestra vida: laboral, comunidad, escolar....y esto es porque en todo caso, debemos aspirar a ser justos, en nuestra forma de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos.
Por eso, cuando hablamos de Justicia Restaurativa debemos recordar el espíritu del por qué surgió, debemos pensar en todos los afectados por el delito y no solo en una parte, no debemos caer en el error de volver a olvidarnos de las víctimas, y debemos comprender que está en constante evolución. Como yo lo veo, podemos cubrir los vacíos del sistema penal, pero también podemos aplicarla, al margen del sistema penal como justicia emanada de la comunidad y si es ya casi una forma de vida....debemos evitar radicalizarnos nosotros mismos y ser extremistas en nuestra concepción, porque esto no contribuye a enriquecernos. Todos sumamos para construir una revolución restaurativa, que haga de la tierra un mundo mejor.
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