miércoles, 11 de enero de 2017

Respeto, valor esencial para la Justicia Restaurativa

Como he comentado en más de una ocasión y siguiendo a Howard Zehr, la Justicia Restaurativa surge porque se causa un daño a una persona (víctimas) y se debe hacer lo posible para enmendar este daño. El objetivo central, sin lugar a dudas, es la víctima y cómo atender sus necesidades, aunque ayudando a las víctimas también se va a ayudar al infractor. ¿Cómo? Haciendo que se responsabilice del daño que ha ocasionado, y por lo tanto, dándole una oportunidad de hacer lo correcto. En alguna ocasión, he hablado del sentimiento de vergüenza en el infractor y cómo esto influye para que a veces no reconozcan los hechos, pues  las víctimas también tienen sentimientos de vergüenza y la Justicia tradicional contribuye al trauma, precisamente a través de la influencia de la vergüenza. Las víctimas sienten vergüenza y esto las lleva en un principio, a querer venganza como una forma de restaurar su "honor". En cambio, la Justicia Restaurativa alienta los objetivos de la responsabilidad, reparación y curación para todos los afectados de alguna manera por el delito. Aunque para muchos pueda resultar extraño las necesidades de las víctimas no siempre se corresponden con la reparación material, más bien todo lo contrario y parte esencial de esta reparación es que la víctima necesita contar su historia de una forma humana, no siendo interrogada y buscando en cada respuesta de ésta, una posibilidad para condenar al infractor. 
La víctima quiere contar su historia, necesita ser escuchada para sentir que es respetada, y hay muchas razones terapéuticas que el facilitador aun no siendo psicólogo necesita conocer, para ayudar en el proceso restaurativo, parte del trauma del delito es por la forma en que trastorna nuestra visión de nosotros mismos y de nuestro mundo.

Trascender a esta experiencia significa reformular, contando la historia en contextos donde puedan recibir reconocimiento. También es importante contar su historia a los que las dañaron, para intentar hacerlos comprender el impacto de sus acciones. Y precisamente contar su historia en un juicio no es el mejor lugar para sentirse respetada y reconocida, los procesos restaurativos humanizan el contexto, y proporcionan un entorno más humano y justo, donde puede haber espacio para la responsabilización, transformación y sanación de los que de alguna manera fueron afectados por el delito y su impacto, esto es víctimas pero también infractores y comunidad.

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