Solemos creer, especialmente los profesionales del derecho, que sabemos perfectamente que necesitan las víctimas o que es lo mejor para ellas sobre todo, si han sufrido un delito de cierta gravedad. Por eso, cuando hablamos de Justicia Restaurativa, en más de una ocasión vemos las reticencias de los que nunca han sido víctimas, y nos amparamos en que somos punitivos por naturaleza. No obstante, las víctimas son menos punitivas de lo que podemos pensar, conozco casos de personas que han decidido participar en un proceso restaurativo y sus allegados no lo han entendido pero es que, aunque nos parezcan vulnerables e incapaces de decidir, realmente son las víctimas las que mejor saben o pueden saber qué necesitan o qué esperan de la justicia para empezar su camino hacia la "sanación" tras el delito. Aunque suene extraño, nunca es suficiente con castigar a los autores del delito, siempre hay que llegar al mismo tiempo a ayudar a las víctimas y estar con ellas, en sus momentos de mayor vulnerabilidad y necesidad para que puedan sacar fuerza de nuestra solidaridad, tanto en el aspecto práctico como emocional. Las víctimas suelen ser unánimes en su opinión de que la expectativa más importante que tienen de los profesionales de la Justicia es la de ser tratadas con respeto. Su expectativas se traducen en el deseo de sentir confianza con la información sobre el delito, el delincuente y acerca de las opciones del tribunal considera para dar respuesta a su caso.
Una segunda prioridad para las víctimas es la oportunidad de ser oído, y tener participación activa y directa durante todo el proceso. Su necesidad de restitución es importante, pero si se abordaron estas necesidades iniciales de respeto, información y participación, la necesidad de reparación disminuye en urgencia.Las víctimas tienen más interés en que los infractores se responsabilicen de su deber de reparar o restituir, y es que para ellas el que el infractor reconozca el daño que se la ha causado es un acto de respeto, que produce una reparación emocional y simbólica, mucho más importante y curativa que la reparación material.
Los procesos de la Justicia Restaurativa favorecen que las víctimas pasen del desorden al orden, de la falta de poder y control sobre su vida al empoderamiento y de la desconexión con su entorno a la reconexión con la comunidad.
Por eso, cuando hablamos de daño y de la obligación natural de reparar o mitigar este daño, el concepto en si mismo es más emocional, psicológico y moral que material y suele traducirse como decía; en la necesidad de que el infractor se responsabilice, y asuma lo que ha hecho.
Hola,estoy haciendo un ensayo argumentativo sobre la justicia restaurativa y quisiera saber qué autores están en contra de su aplicación.
ResponderEliminarHola en general y aunque no lo digan de forma explicita, todos los partidarios del derecho penal del enemigo. saludos
Eliminar"LAS VICTIMAS DE DELITO NECESITAN REIVINDICACIÓN. COMO EL ESTADO NO HACE NADA POR ELLAS O HACE MUY POCO, SUS NECESIDADES REIVINDICATIVAS SE CONVIERTEN EN ACTITUDES VINDICATIVAS" (frase de una ponencia de la actual Defensora Oficial Stella María Martínez pronunciada en el año 2005). Corolario: Si el Estado hiciera algo significativo para reivindicarlas mediante una auténtica reparación, ¿sus actitudes VINDICATIVAS descendería?
ResponderEliminaryo estoy segura qué si, son vindicativas porque nadie las ofrece algo diferente, y se agarran a las penas más duras porque las "vendemos" que es lo mejor, sin embargo, pasado el juicio siguen sintiendo que no hay justicia, precisamente por eso...porque sus necesidades reales no son atendidas.
EliminarCoincido totalmente. Y me parece muy cierto - lamentablemente - que les «vendemos» esa ideas vengativas. Es más, casi las obligamos a solicitar la mayor venganza posible. Eso sería tal vez menos horrible si se aceptara que es venganza, pero se le cambia el nombre y a la venganza se la denomina «justicia». Justicia sería reparación, pero pocos la admiten, especialmente cuando el crimen es grave y tiene características de irreversible. La reparación simbólica se reemplaza por el saber que el otro sufre. Y, como dices, eso, a la larga, nunca satisface. ¿Llegará algún día el momento en que el consabido «se está pudriendo en la cárcel» se transforme en "está trabajando para mí»?
ResponderEliminarespero que si....pero desgraciadamente también hay mucho negocio en torno a la cárcel...pero confio....
Eliminarvoto por la justicia restaurativa a la victima no le alcanza castigar al victimario va mas allá busca sanar y eso se logra llegando al perdón
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