INTRODUCCIÓN
Siempre he pensado que siguiendo los valores y principios básicos de la Justicia Restaurativa, podemos ser restaurativos y ayudar a víctimas e infractores, aún cuando no sea posible un encuentro entre ambos. Creo que ante situaciones imperfectas podemos ser restaurativos sino totalmente al menos si parcialmente. Por eso siempre intento encontrar qué pautas, valores y principios básicos de la justicia restaurativa quiero seguir en las prácticas restaurativas que lleve a cabo. Claramente vivimos en un mundo ideal y esto no son matemáticas, tratamos con sentimientos y dolor que puede hacer que las personas cambien de idea o no quieran tomar parte de forma directa en un encuentro restaurativo. Pero y si una víctima no quiere encontrarse cara a cara con el infractor pero si quiere saber de él y exponerlo sus preguntas. ¿La abandonamos a su suerte o nos ponemos creativos? Por supuesto que hay muchas otras posibilidades sino ideales, si factibles e igualmente útiles y eficaces para ayudar a sanar a las víctimas y los infractores.
OTRAS POSIBILIDADES DE SER RESTAURATIVO
La primera opción sería los programas individuales que son aquellos que trabajan con un solo grupo de afectados por el delito por ejemplo el programa restaurativo -reconexión que trabaja con privados de libertad, el programa restaurativo ave fénix en el que trabajamos con victimas de delitos graves. Otra opción podría ser la redacción de una carta por el infractor para la víctima, una carta en la que pueda trasladar a la víctima todo lo que hubiera podido decirla de existir un encuentro conjunto: qué paso, que entiende el daño causado y que desea mitigar el dolor causado.. También podría grabarse un vídeo, o incluso utilizar a una persona de confianza de la víctima, en este encuentro, la persona subrogada, actuará representando a la víctima, y para transmitir al infractor el impacto que el delito ha tenido.
Volviendo a la carta, en muchas ocasiones me han planteado dudas acerca de cómo debería ser y qué extremos serían convenientes que se incluyeran, en esta entrada de hoy quiero destacar algunos aspectos:
¿Cómo debería ser la carta?
Sin duda, escrita por el infractor de puño y letra
Si el infractor tiene dificultades para hablar, leer o escribir, el facilitador puede ayudarlo pero las palabras deben surgir del infractor
Si el infractor tiene dificultades para pensar en qué manera la víctima se ha sentido afectada y dañada, preguntarlo ¿Qué crees que la víctima diría si estuviera sentada aquí?
La versión final siempre debe estar escrita a mano, como he dicho, para se vea más personal
¿Qué incluir?
Algunas de las siguientes cuestiones pueden ser de utilidad.
¿Qué ocurrió y por qué? sin poner excusas
Reconocer los sentimientos de las víctimas
Reconocer el daño causado
Si el infractor está tomando medidas para no repetir el delito ( por ejemplo tratamiento de desintoxicación) dejárselo saber a la víctima pues para ésta puede ser sanador y liberador y recuperará así cierto sentimiento de normalidad y seguridad. Como he comentado en más de una ocasión, una de las necesidades básicas de las víctimas es que el infractor se responsabilice del daño pero también se comprometa a no volver a hacerlo y saber que está tomando medidas para evitar la reiteración del delito, supone por tanto, un cierto alivio en la víctima, además la comunidad también va a sentir esto, ya que habrá menos probabilidades de que alguno de sus miembros, se conviertan en futuras potenciales víctimas.
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