lunes, 29 de diciembre de 2025

Escucha como base de la justicia restaurativa


 

(imagen propiedad de Virginia Domingo)

Los procesos restaurativos parten del reconocimiento de que el daño causado por un delito no se limita a la infracción de una norma, sino que impacta profundamente en la vida emocional, relacional y comunitaria de las personas. Por ello, estos procesos buscan crear espacios donde quienes participan puedan relatar los hechos desde su propia vivencia, expresar los sentimientos que emergen a partir de lo ocurrido, identificar qué necesitan para que la situación pueda mejorar y reflexionar sobre su implicación futura. Todo ello con el objetivo último de facilitar la reintegración y la reconexión con la comunidad.

En la justicia restaurativa, contar la historia no es un acto secundario: es un acto reparador. Se trata de ofrecer a las personas la oportunidad de narrar lo vivido sin sentirse interrogadas, cuestionadas o juzgadas. El proceso se construye sobre la base de un espacio seguro, donde la escucha es genuina y respetuosa, y donde cada voz tiene valor. En este contexto, la palabra se convierte en una herramienta de sanación y dignificación.

domingo, 28 de diciembre de 2025

La justicia restaurativa en 2026: una apuesta ética para recomponer el tejido social


INTRODUCCIÓN

Para el año 2026, la justicia restaurativa se presenta no solo como un complemento al modelo punitivo tradicional, sino como una necesidad ética frente a sociedades cada vez más fragmentadas, desiguales y desconfiadas de las instituciones. En un contexto global marcado por la polarización, el aumento de la violencia estructural y la sobrecarga de los sistemas judiciales, la justicia restaurativa emerge como una vía para rehumanizar la respuesta al conflicto y al delito.

A diferencia de la justicia retributiva, centrada en el castigo y la infracción de la norma, la justicia restaurativa pone el foco en el daño causado, en las personas afectadas y en la reconstrucción de las relaciones sociales. Este enfoque adquiere especial relevancia al reconocer que el delito no es solo una transgresión legal, sino una ruptura del tejido comunitario que exige procesos de diálogo, responsabilidad y reparación.

Uno de los grandes aportes de la justicia restaurativa en este tiempo es su capacidad para devolver la voz a las víctimas, históricamente relegadas a un papel secundario en los procesos judiciales. La posibilidad de ser escuchadas, de expresar el impacto real del daño sufrido y de participar activamente en la búsqueda de soluciones contribuye no solo a su reparación emocional, sino también a la legitimidad del sistema de justicia. Al mismo tiempo, el infractor deja de ser visto únicamente como un sujeto a castigar y pasa a ser reconocido como una persona capaz de asumir responsabilidad, reflexionar sobre sus actos y comprometerse con la reparación del daño. 

DESAFIOS PARA EL 2026

En 2026, los desafíos para la implementación de la justicia restaurativa siguen siendo significativos. Persisten resistencias culturales, institucionales y políticas que asocian la justicia con la severidad del castigo y no con la transformación . Además, existe el riesgo de instrumentalizar la justicia restaurativa como un simple mecanismo de descongestión judicial, vaciándola de su dimensión ética y comunitaria. Frente a ello, resulta imprescindible fortalecer la formación de calidad así como garantizar marcos normativos claros que respeten los derechos humanos y la voluntariedad de las partes.

Mirando hacia el futuro, la justicia restaurativa en 2026 representa una oportunidad para repensar el sentido mismo de la justicia. No se trata de negar la necesidad de normas ni de minimizar la gravedad del delito, sino de reconocer que el castigo por sí solo no repara, no previene y no sana. Apostar por la justicia restaurativa implica creer en la capacidad humana de diálogo, responsabilidad y cambio, y asumir que la paz social se construye no desde el miedo, sino desde la empatía y la corresponsabilidad.

En definitiva, la justicia restaurativa se consolida en 2026 como una propuesta profundamente humana, que invita a transformar el daño  en posibilidad de reconstrucción. Su fortalecimiento no solo mejora los sistemas de justicia, sino que contribuye a la construcción de sociedades más justas, solidarias y conscientes de su interdependencia.

viernes, 26 de diciembre de 2025

Justicia restaurativa: reparar, reintegrar y transformar


 Hace unos años realicé un decálogo de Justicia Restaurativa en el ámbito penal, tengo pensado variarlo en función de cómo ha cambiado mi visión de esta Justicia, sin embargo, antes de hacerlo, vuelvo a compartirla con todos vosotros:

Nuevo paradigma de justicia: La Justicia Restaurativa representa un enfoque innovador en el ámbito penal, centrado en el daño causado y en las acciones necesarias para repararlo, más que en la mera aplicación de sanciones

El delito como ruptura de relaciones: El delito se concibe como un quiebre en los lazos y relaciones entre personas y comunidades, en lugar de ser únicamente una infracción a la norma establecida por el Estado.

Alternativas a la prisión: Busca soluciones que reduzcan la estancia en prisión o incluso la sustituyan, mediante la reconciliación y la restauración de la armonía social y la convivencia pacífica.

Participación de las partes involucradas: La Justicia Restaurativa promueve la interacción entre víctima, infractor y comunidad para encontrar soluciones, aunque no siempre sea necesario un encuentro directo; los programas individuales también son considerados prácticas restaurativas.

martes, 23 de diciembre de 2025

La justicia restaurativa no etiqueta


 TODOS PODEMOS SER BUENOS Y MALOS

Hoy quiero recordar la película y el libro Asesinato en el Orient Express, ya que, precisamente, muestran la lucha del protagonista contra sus propias creencias. La historia comienza con una afirmación tajante: solo existe el bien o el mal. Sin embargo, al final, el protagonista acaba aceptando una realidad mucho más compleja: todos podemos ser buenos y malos.

La trama, para quienes no la hayan visto o leído, gira en torno a un delito y a cómo las personas indirectamente afectadas por ese crimen se unen buscando venganza. Esto me lleva a reflexionar sobre la justicia restaurativa, que precisamente busca romper la espiral de violencia que suele generar un delito, transformando sentimientos negativos en otros más sanadores.

Continuando con la película, el protagonista —tan estricto en su visión inicial— descubre finalmente que la justicia tradicional no proporciona el equilibrio ni la sanación necesaria. Esta carencia empuja a las personas a seguir sufriendo o a buscar venganza como única salida. Ante él van apareciendo diferentes personajes que, en mayor o menor medida, vieron sus vidas profundamente afectadas por el delito y que, ante la imposibilidad de sanar, deciden que la venganza es su único camino.

En su lucha interna, el protagonista acaba comprendiendo que personas buenas pueden hacer cosas malas y, a la inversa, personas que han cometido actos terribles siguen teniendo la capacidad de hacer el bien. Desde esta perspectiva, debemos entender que las personas privadas de libertad merecen una oportunidad para hacer cosas buenas, porque todos somos capaces de lo mejor y de lo peor.

lunes, 22 de diciembre de 2025

Justicia restaurativa y responsabilidad institucional ante la violencia y el acoso sexual

 


INTRODUCCIÓN

“Tengo miedo por mi integridad, va a venir a por mí": el PSOE ignoró dos veces a la denunciante de acoso en Andalucía antes de ir a la Fiscalía

Ferraz se saltó su propio protocolo al dejar pasar más de seis meses desde la denuncia sin resolver el caso, que ya investiga el Ministerio Público malagueño”.

En las últimas semanas hemos visto cómo varias mujeres han denunciado supuestos casos de acoso sexual implicando a determinados cargos públicos, y cómo la respuesta institucional no siempre ha estado a la altura de la gravedad de los hechos. Las denuncias no fueron trasladadas a la Fiscalía, argumentándose que corresponde exclusivamente a las víctimas iniciar ese paso. Aunque esta explicación puede tener respaldo jurídico, resulta insuficiente desde una perspectiva de apoyo real a posibles víctimas de delitos tan sensibles, especialmente cuando la propia organización dispone de protocolos contra el acoso y afirma defender principios de igualdad y protección.

Es importante subrayar que esta reflexión no constituye una crítica política partidista, sino un señalamiento a un problema estructural que afecta a múltiples instituciones, entidades y organizaciones, tanto públicas como privadas. Existe una tendencia persistente a invisibilizar o minimizar los casos de violencia sexual y de género, ya sea por temor al impacto reputacional, por falta de formación o por inercias culturales arraigadas. Lo que en ocasiones se ha atribuido a determinadas instituciones —como la Iglesia— se revela, en realidad, como una problemática mucho más extendida en nuestras estructuras sociales y laborales. Continuar leyendo en lawandtrends

domingo, 21 de diciembre de 2025

Cuando la justicia se convierte en esperanza


La imagen invita a pensar la justicia no como castigo, sino como un camino de oportunidades para sanar y reconectar. Restaurar es mirar el daño con honestidad y decidir transformarlo en responsabilidad y cuidado mutuo.

Sanar en aprendizaje nos recuerda que el error también puede ser un maestro. Cuando escuchamos y comprendemos, el daño deja de ser una herida abierta y se convierte en una oportunidad de crecer como personas y comunidad.

La esperanza aparece cuando la reparación se vuelve acción concreta. No es una idea abstracta, sino un compromiso diario por reconstruir vínculos y dignidad.

Hacer de la justicia restaurativa una forma de vida implica elegir el diálogo, la empatía y la corresponsabilidad. Es creer que el cambio es posible cuando ponemos la humanidad en el centro.

viernes, 19 de diciembre de 2025

No somos punitivos por naturaleza

 


¿SOMOS PUNITIVOS POR NATURALEZA?

Muchas personas consideran que la Justicia Restaurativa es una utopía, pensando que el ser humano es inherentemente vengativo y retributivo, y que una justicia basada en la reparación resulta “antinatural”. Esta percepción se ve reforzada por la cultura del castigo, omnipresente en los medios de comunicación, lo que crea la impresión de que víctimas y ciudadanos en general son extremadamente punitivos.

Sin embargo, no es necesariamente que las víctimas sean más punitivas, sino que el sistema de justicia tradicional solo les ofrece el castigo como respuesta para sentir que se ha hecho justicia. Al no satisfacer sus necesidades reales, la condena y el castigo nunca parecen suficientes. Lo que las personas buscan es una justicia que les otorgue protagonismo, que escuche sus experiencias y que repare el daño según sus necesidades específicas, no únicamente según lo que dicta la ley. En muchos casos, la reparación material no es suficiente ni siquiera relevante; lo importante es sentirse escuchado y reconocido.

jueves, 18 de diciembre de 2025

El poder sanador de las historias


 LAS PERSONAS SOMOS HISTORIAS

Las personas estamos hechas de historias. Esta afirmación nos lleva a recordar algo esencial: desarrollar habilidades para acompañar a quienes necesitan contar su historia es uno de los pilares fundamentales en cualquier programa de Justicia Restaurativa. Las historias son el corazón de toda práctica restaurativa y, especialmente, de los círculos, donde las personas comparten relatos poderosos. Son personas comunes que han atravesado experiencias traumáticas y que, al narrar su vivencia, generan un impacto transformador tanto en ellas mismas como en quienes escuchan.

Por eso, siguiendo a Lynette Parker, los facilitadores necesitamos ciertas pautas para acompañar de manera segura y respetuosa a quienes se disponen a compartir su verdad.

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Tres pasos para sanar: palabra, acción y reparación



La justicia restaurativa nos recuerda que sanar no es un acto aislado, sino un proceso vivo que involucra a todas las personas afectadas. Empieza con la palabra, cuando somos capaces de nombrar el daño, reconocer el dolor y abrir un espacio de escucha auténtica. Continúa con la acción, ese compromiso concreto que transforma el diálogo en pasos reales hacia la responsabilidad, la resiliencia, sanación y cambio. Y culmina en la reparación, donde se reconstruyen vínculos, se restituye la dignidad y se abre la posibilidad de un futuro distinto.

Restaurar no es olvidar, ni justificar, ni borrar el pasado. Es mirarlo de frente para que deje de ser una herida abierta. Es un camino de valentía y humanidad que busca no solo justicia, sino también sentido, equilibrio y transformación.

Porque cuando la palabra es honesta, la acción coherente y la reparación sincera, el daño deja de definirnos y empieza a enseñarnos. Y entonces, lo que parecía un final, se convierte en un nuevo comienzo.