Sin duda, los procesos restaurativos tratan con emociones, y sentimientos de una manera más intensa, porque sufrir un delito o ser el que lo ha cometido, conlleva una serie de consecuencias emocionales y psicológicas, no solo para los directamente implicados sino también para el entorno de ambos. El lazo invisible del delito une a víctimas e infractores de una manera irremediable por eso la Justicia Restaurativa aborda no solo el crimen en si mismo sino el impacto que éste ha tenido tanto en los afectados como en las personas que les rodean. De ahí, que sus objetivos esenciales sean de muy diferente índole pero todos dirigidos a transformar las relaciones entre los miembros de la comunidad, entre éstos y el estado e incluso entre el estado y la comunidad:
1. Invitar a la completa participación y al consenso
2. Sanar lo que ha sido roto
3. Buscar completa y directa responsabilidad
4. Reunir lo que ha sido dividido
5. Fortalecer a la comunidad para prevenir daños mayores.
6. Buscar el esfuerzo cooperativo de la comunidad y del estado
7. Buscar la reintegración de la víctima y el ofensor en la comunidad
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