INTRODUCCIÓN
Me doy cuenta que a menudo existe mucha gente que aunque aparentemente está a favor de la justicia restaurativa luego tiene reticencias en muchos aspectos de su aplicación e incluso de sus beneficios. Hace ya tiempo que una persona me habló de la Justicia Restaurativa como una utopía. ¿Utopía? Realmente no estoy de acuerdo, salvo si pensamos en justicia como algo utópico, querer justicia acaso no resulta utópico, pues para muchos ciudadanos si. Cuando una pregunta a las personas, si creen en la justicia, la mayoría por no decir casi la totalidad de los ciudadanos, nos van a decir que no hay justicia, para estas personas realmente sería una utopía conseguir que la justicia satisfaga sus necesidades. Por eso, no comprendo que alguien piense que es una utopía la justicia restaurativa cuando precisamente es esta justicia, la que va a hacer realidad, las necesidades de justicia de la mayoría de las personas que sufren el impacto del delito.
JUSTICIA RESTAURATIVA MÁS QUE UNA UTOPIA
Entiendo que algunos penalistas, muy apegados a la legalidad vigente, a las normas, a las escuelas y corrientes doctrinales más clásicas, vean un "peligro" en la Justicia Restaurativa, porque frente a normas, y teorías conceptuales frías, partimos de dar cierta "calidez" y "humanidad" a estas mismas normas para hacerlas más reales y sobre todo más cercanas a los destinatarios: los ciudadanos.
Es cierto que deben existir derechos, normas para garantizar la legalidad pero ¿para esto es necesario olvidarnos que detrás del delito tipificado en una norma o código hay seres humanos? Estoy convencida que no, es más si la justicia tiene tan mala imagen entre los ciudadanos es precisamente porque está alejada de la realidad, es fría y burocrática.
EL PELIGRO DE CONVERTIR LA JUSTICIA RESTAURATIVA EN BUROCRÁTICA
Veo muchas veces con preocupación que grandes teóricos del derecho penal , quieren convertir a la justicia restaurativa en más de lo mismo, es decir llenarla de protocolos rígidos, tasados, establecer una lista cerrada de delitos, y sobre todo limitar su aplicación, haciendo así que pierda su esencia: la flexibilidad. En otras ocasiones, consideran que siendo de escasa importancia y aplicabilidad, su uso sería solo para delitos menores y como forma de agilizar la justicia, una vez más consideran que no tendría más aplicación que para estar al servicio de los juzgados. Con estos dos pensamientos, lo único que hacen es olvidarse una vez más de algo bien importante, diría yo que lo más importante: las personas. No puedo entender que prime la norma, la burocracia, las complejas teorías por encima de los sentimientos, los seres humanos que son los que sufren el impacto del delito. Sin lugar a dudas, la verdadera utopía es creer que una justicia fría, ajena a la realidad de las personas que son sus destinatarios es la verdadera y única forma de ver la justicia. Creo que a veces nos olvidamos que la justicia está hecha para sanar a la comunidad, para ayudar a la convivencia y la paz social, y para conseguir esto, deberíamos empezar a pensar más en como sanar a los seres humanos, que son parte de la comunidad.
Hablamos muchas veces de transmitir al ciudadano qué es esta justicia y sus beneficios y realmente muchas veces se hace más urgente cambiar nuestras propias mentalidades, entiendo que a muchos nos educaron para ser litigantes, para castigar al que hace mal y hacer cumplir la legalidad, pero también es cierto que no podemos olvidarnos de otro punto importante: la mejor atención a las necesidades de las víctimas y la responsabilización del infractor. Es mejor curar y reintegrar, que causar más daño y separar, el castigo puede ser necesario pero lo más urgente es ayudar a las personas que sufren el hecho delictivo.
Por eso, ¿Justicia Restaurativa es una utopía?, por supuesto que no, la Justicia Restaurativa es la verdadera justicia, la que existió y perdimos a la par que cedíamos poder al Estado, se trata no de recuperar épocas pasadas sino de conjugar lo mejor de ambas para lograr una JUSTICIA CON MAYÚSCULAS.
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