Una de las razones por las que apuesto por la Justicia Restaurativa es por la responsabilización activa que promueve en el infractor. La justicia actual, ofrece al delincuente toda una serie de posibilidades para negar los hechos, justificarlos, mentir o incluso quitar importancia al delito, son derechos legales pero que objetivamente en poco o nada favorecen la asunción de responsabilidad y por lo mismo, no son justos con las víctimas.
Frente a esto la Justicia Restaurativa intenta crear un punto de inflexión en el delincuente para que vea el daño que causó, su impacto en seres humanos inocentes y así decida no volver a delinquir. Y sobre todo lo que hace es propugnar una responsabilización activa y constructiva, enseñandolo que el que hace algo mal, tiene la obligación de hacer lo posible para mitigar el daño que ocasionó o al menos ofrecer algo bueno por lo malo que hizo. Y esto es para mi esencial, el delincuente, si además lo es de un delito muy grave, con la Justicia Restaurativa, no se limita a recibir su sentencia de más o menos años y esperar en la cárcel a cumplir con este tiempo, porque con esta actitud pasiva, solo cumple su deuda con el estado, cuya norma fue vulnerada por él, pero no salda su deuda material y moral con las víctimas directas y con las indirectas; la sociedad. Este aspecto de la Justicia Restaurativa con respecto al infractor es el que debe potenciarse y debe tenerse en cuenta, la prestación del infractor para con la víctima y con la sociedad ( a la que también dañó con el delito) debe ser activa y debe verse por estos infractores, como algo socialmente constructivo (su obligación moral es devolver el bien por el mal que causó) no como una pena impuesta por el delito.
¿Cómo promover esto? Pues igual que se puede atender individualmente a las víctimas desde un punto de vista restaurativo, también se puede hacer con los delincuentes (atendiéndolos desde un enfoque restaurativo, lo que también ayuda a las víctimas, evitando que reincidan y por tanto que surjan otras ), promoviendo en ellos el desarrollo de valores restaurativos, como la empatía, el diálogo, la comunicación no violenta, la escucha activa y muchos otros, también los encuentros restaurativos en sus diferentes formas y con distintas alternativas ( no necesariamente encontrándose cara a cara con su víctima sino que también pueden escuchar los testimonios de otras víctimas) pueden ser una atención restaurativa, ya que los delincuentes podrán ver en primera persona, y en un escenario seguro, cómo sus acciones causaron daño a seres humanos como ellos, con una vida, con su propia familia y con una historia. Muchos infractores no son conscientes de que dañan a personas de carne y hueso. Este aspecto es también importante e interesante.
Dicho esto, quiero poner de relieve que estos dias ando asustada, no tanto por la excarcelación de presos peligrosos, que ya han cumplido su condena, y por lo tanto su salida es ajustada a derecho porque cumplieron su deuda con el estado. Lo que realmente me indigna es que muchos de ellos asesinos y violadores salen y lo hacen diciendo instituciones penitenciarias que no estan rehabilitados y que no han participado en ninguna actividad de reinserción. ¿Cómo pueden decir esto y quedarse tan tranquilos? Nos estan diciendo que a pesar de los muchos años que han permanecido en prisión, la mayoría más de veinte, no han dejado de ser un peligro para la sociedad. Frente a esto, me pregunto, por qué no promover la responsabilización activa y con este enfoque restaurativo dentro de prisión, en lugar de dar por hecho el fracaso de la reinserción. Y sobre todo, si hay ciertos delincuentes que por sus características no son fácilmente reinsertables, debería pensarse que aunque hayan cumplido su deuda con el estado, no lo han hecho con las víctimas, y devolver a este sujeto, puede causar mucho más daño a las víctimas y a las que pueden serlo en el futuro, por eso, para estos casos deberían buscarse medidas de seguridad y complementos a la prisión, que procuren la seguridad de la comunidad, continúen con la rehabilitación del infractor y no vulneren ni los derechos de las víctimas ni de los infractores peligrosos.
En definitiva creo que no podemos limitarnos a condenar a los culpables, meterlos en prisión más o menos tiempo sin más, esto no es sanador para las víctimas, ni para la sociedad ni para el propio delincuente. Es necesario una norma penal ( igual que el estatuto de la víctima) que fomente el derecho penitenciario realmente de una forma restaurativa, sin miedo a fomentar una actitud activa en los presos.
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