Siempre digo que hay que respetar a todas las víctimas, y que no hay víctimas "buenas" y "malas". Todas merecen nuestro reconocimiento y nuestra atención. Solemos pensar que aquellas que tienen sentimientos o deseos de venganza, deben cambiar porque es algo malo, realmente cada persona es libre de sentir o afrontar el trauma que es sufrir un delito de la forma que mejor puedan. Las víctimas no son seres incapaces ni necesitados de tutela, por eso no debemos creer que siempre y en todo caso, tenemos la obligación de decidir por ellas, lo que creemos que las conviene. Una cosa que más me sorprende es que cuando intento mostrar cómo los procesos restaurativos pueden ser todavía más eficaces en delitos graves, son las personas que no somos víctimas, las que solemos opinar que no lo vemos para delitos de cierta entidad. Siempre ante estas dudas comento, que solo cuando estemos en el lugar de las víctimas, podremos saber a ciencia cierta lo que haríamos, puede que quisiéramos un proceso restaurativo o puede que no, pero intentar predecir nuestro comportamiento es difícil a priori.
Claramente son las víctimas las que saben qué necesitan para poder superar o recuperar parte de su vida tras el delito, no son las personas vulnerables e incapaces que creemos que son, al menos no de forma generalizada, por eso el primer estereotipo que deberíamos quitarnos es este, el de pensar que todas las víctimas especialmente de delitos serios, son vulnerables y que necesitan que nosotros decidamos por ellas. Dicho esto, está claro que tener sentimientos negativos es algo normal, sin embargo, para muchas víctimas solo el poder despojarse de ellos, va a suponer un paso hacia la recuperación o curación de sus heridas. Me explico partiendo de estos sentimientos, su "liberación " como víctima puede venir por la transformación de estos, en otros positivos y constructivos, pero siempre dando por hecho que la idea de ira, venganza, humillación es algo lógico y normal y que por otro lado, no hace de las víctimas, monstruos, sino todo lo contrario, las hace más humanas.
Lo bueno que tiene la Justicia Restaurativa es que favorece o ayuda en este camino de transformación de sentimientos negativos, en otros más positivos o al menos menos dolorosos y más productivos. El otro día escuché a una madre cuya hija fue asesinada, decir que vivió siete años en la oscuridad más profunda y que cuando vio el camino hacia pensamientos más reinsertadores, es cuando recuperó el control de su vida, es cuando se dio cuenta que durante esos siete años su vida había estado controlada por el delito e indirectamente por el delincuente. Dicho esto, no todas las víctimas necesitaran encuentros restaurativos, ni para todas será igual de fácil o difícil, pero lo que si es cierto es que cada víctima debe encontrar su camino hacia la restauración emocional, para unas será honrar la memoria de su ser querido fallecido, para otras luchar porque nadie vuelva a sufrir lo mismo, para otros será el perdón...etc. Como cada persona es diferente, cada víctima también, y nuestra obligación es ofrecerlas todos los recursos restaurativos y de ayuda existentes para que puedan encontrar cual será el que deshaga la espiral de oscuridad. Tampoco me parece conveniente, decir cosas como que nunca se puede superar un delito muy grave, esto es tanto como condenar a una víctima a sentirse así de por vida, se puede sino superar si aprender a vivir con lo sufrido, o al menos incorporarlo a su historia vital como un pasaje mas.
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