(imagen propiedad de Virginia Domingo)
Curiosamente el victimario quiere ser tratado con justicia y la víctima quiere justicia, por tanto, existe un interés común en el que lo esencial es la humanización, el ofensor debería ser tratado como un ser humano siendo duros con el delito pero no con la persona que hay detrás y la víctima necesita sentir que alguien se responsabiliza por el daño sufrido.
Si se atiende estas necesidades, la comunidad se sentirá más segura y el estado logrará recuperar el orden y la paz social.
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