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jueves, 25 de abril de 2019

Recomponiendo las piezas del puzzle

JUSTICIA RESTAURATIVA PARA TODAS LAS VÍCTIMAS
Cuando hablamos de que la Justicia Restaurativa surge por y para las víctimas, o más bien desde el momento que alguien ha sufrido un delito,  es porque no se trata de hacer distinciones con las personas afectadas por el delito. La Justicia Restaurativa, en principio sería aplicable para cualquier víctima que voluntariamente desee participar en el proceso restaurador con independencia de la clase de delito sufrido.Una vez aclarada esta igualdad de todas las víctimas, para acceder a la justicia restaurativa que debería valorarse como regla general, hay que tener en cuenta que igual que todas las personas somos diferentes,también cada víctima lo es. Aunque hubieran sufrido el mismo delito, éste puede impactar y traumatizar más a una víctima y menos a otra, incluso el delito sufrido puede suponer un gran trauma para los allegados de la víctima ( víctimas indirectas) y no serlo tanto para la víctima directa del crimen.En otros casos, pensamos en una víctima de un delito menos grave y podemos caer en el error de pensar que no tiene mayor importancia ni repercusión, algo que no se debe hacer porque estamos valorando el daño sufrido, desde un prisma de no víctima, sin embargo, cuando hablas con la persona te das cuenta que lo que a priori puede parecer un delito muy leve,  sin mucha importancia; a la víctima la ha supuesto un gran trauma y la ha generado ciertos problemas psíquicos, físicos y/o morales.

lunes, 7 de marzo de 2016

Recomponiendo el "puzzle" tras el delito

Cuando hablamos de que la Justicia Restaurativa surge por y para las víctimas, o más bien desde el momento que alguien ha sufrido un delito,  es porque no se trata de hacer distinciones con las personas afectadas por el delito. La Justicia Restaurativa, en principio sería aplicable para cualquier víctima que voluntariamente desee participar en el proceso restaurador con independencia de la clase de delito sufrido. Es decir esta Justicia surge porque el delito daña a las personas, este daño genera necesidades y la principal o primordial es la de atender a la víctima y ver cómo se puede compensar este daño o al menos mitigarlo.Una vez aclarada esta igualdad de todas las víctimas, para acceder a la justicia restaurativa que debería valorarse como regla general, hay que tener en cuenta que igual que todas las personas somos diferentes,también cada víctima lo es. Aunque hubieran sufrido el mismo delito, éste puede impactar y traumatizar más a una víctima y menos a otra, incluso el delito sufrido puede suponer un gran trauma para los allegados de la víctima ( víctimas indirectas) y no serlo tanto para la víctima directa del crimen.

martes, 7 de julio de 2015

Justicia Restaurativa y trauma del delito


La Justicia Restaurativa surge por y para las víctimas, sin perjuicio de que cuando se las ayuda también se está ayudando a los infractores, a "reconectar" de nuevo dentro de la comunidad. Hoy hablo de reconectar, más que de reintegrar, porque realmente todos somos piezas dentro un todo que es la comunidad, el grupo, estamos conectados y cuando un miembro comete un delito o lo sufre, se desconecta de todos los miembros de la comunidad. Tanto víctima como infractor deben reconectar con los demás miembros de la sociedad, lo que ocurre que cada uno debe hacerlo de la manera que más necesiten.Alguna vez he hablado de las víctimas y del trauma de sufrir un delito, por eso quería seguir profundizando...lo cierto es que el trauma y el camino para superarlo es diferente para cada persona y por tanto para cada víctima. Los procesos de Justicia Restaurativa son una manera de hacer frente a este trauma, y es esencial hacerlo frente, para esta reconexión, puesto que el dolor que no se transforma se transfiere ( Richar Rohr) y esto lejos de ayudar a reconectar con el grupo, lo que hace es alejar.

viernes, 22 de agosto de 2014

El trauma de sufrir un delito y pasar a ser víctima, enfocado desde la Justicia Restaurativa

La Justicia Restaurativa ayuda y protege a las víctimas, las ayuda a superar el trauma que el delito ha generado en ellas, y así recobrar su “normalidad”o al menos incorporar el delito sufrido como una parte más de su vida. Es en los delitos más graves donde mejor y de una manera más eficaz, puede ayudar la justicia restaurativa y sus diferentes herramientas, no es algo fácil pero si duda puede suponer una forma de vislumbrar el camino hacia poder eliminar el rol de víctima y poder considerarse una superviviente. Lo cual implica, sin duda pasar de sentimientos como el dolor, ira, humillación, culpabilidad, a otros positivos como el respeto, dignidad, y superación.

Por eso, tener conocimientos de la dinámica del trauma es muy importante para un buen facilitador o mediador de justicia restaurativa. Para comprender a las víctimas es necesario partir de una premisa importante:el crimen aunque sea menor puede ser igual de traumático que uno más serio y es que lo importante son las víctimas y cada una de ellas es diferente de la otra. No todas necesitaran lo mismo y cada una de ellas tendrá unas expectativas diferentes sobre los procesos restaurativos, por eso es importante comprender sus necesidades y abordar sus expectativas y esperanzas para que el proceso de justicia restaurativa sea eficaz y productivo y no suponga otra manera más de desilusionar a unas víctimas esperanzadas en conseguir una justicia más humana. He escuchado a Howard Zehr, hablar sobre el trauma en las víctimas y me gusta lo que dice: es complicado hablar sobre ello porque es algo muy personal. Pero en general se puede hablar de viaje de la víctima hacia su restauración.

El trauma para muchas víctimas de delito genera una serie de crisis que se pueden resumir en:
Crisis de identidad (¿en quién puedo confiar?)

Crisis de concepción acerca del mundo
Dentro de estas crisis, cada persona que sufre las consecuencias bien directas o indirectas del crimen pasa por una serie de etapas hasta su "sanación" y poder despojarse de su rol de víctima:

1- intentar dar sentido a lo que ha pasado

2- Su meta es no tener vergüenza sino llevar el rol de víctima con honor

3- Buscan en cierta manera venganza, aunque más bien es el poder recuperar el control de su vida.

4- Claman por justicia

En las dos primeras etapas de este viaje de una víctima, ésta trata de reconstruir la historia, de encontrar sentido a lo que han sufrido y transformar la humillación en honor. Con la tercera etapa, las víctimas sobre todo desean saber que una persona es responsable y su deseo sería poder equilibrar la balanza, que se ha visto desequilibrada por el delito sufrido. Por último, las víctimas desean justicia: Para ellas es importante que se recupere el sentimiento de seguridad (y se sienten satisfechas si creen que hay menos posibilidades de que el infractor cometa nuevos delitos). También asocian la idea de justicia con la posibilidad de recibir información y obtener respuestas, escuchar la verdad y recibir cierto poder para decidir cómo continuar, en definitiva para ellos justicia significa reconocimiento ( en el sentido de que cómo víctima no debe quedar al margen de la resolución del problema) La labor de los profesionales de la Justicia Restaurativa es ayudar a las víctimas en este viaje hacia la curación, proporcionando a su vez al infractor la oportunidad de asumir su responsabilidad en el daño, comprometiéndose a reparar este daño como paso previo para afrontar un futuro nuevo, sin nuevos delitos. El efecto de trabajar con las víctimas repercutirá no sólo en el infractor sino en la comunidad en general.

miércoles, 20 de agosto de 2014

La Justicia Restaurativa, es una herramienta que se nutre de varias disciplinas

Hace unos días me dijeron que confundía terapia y justicia restaurativa, algo que no solo me sorprendió sino que me hizo ver lo anclados que nos encontramos, en nuestras profesiones de origen. Esto ocurre en cualquier ámbito pero sobre todo en la mediación y mucho más en la justicia restaurativa. El mediador que en su profesión de origen es abogado, considera esencial sus conocimientos jurídicos y en muchos casos no toma en cuenta el aspecto psicológico, para muchos psicólogos ocurre a la inversa, y para más inri, ciertos profesionales creen que solo puede ser buen mediador el que es abogado o psicólogo y alguna otra profesión, pero poco más. 
En la Justicia Restaurativa ocurre algo peor todavía, el mediador cree que lo esencial en esta justicia es el conocimiento de la mediación de forma general, de ahí surgen las frecuentes confusiones entre mediación, mediación penal y justicia restaurativa, pero es que además si digo que el padre de la Justicia Restaurativa estudió Historia,  muchos ni se lo creerían.

Todo esto lleva a que muchos cuando escribo, crean que confundo disciplinas y realmente no es así, sin embargo, el buen facilitador de los procesos restaurativos deben conocer no solo técnicas de mediación y negociación, sino también la dinámica del trauma del delito y en general,  cómo tratar con emociones, no olvidemos que la Justicia Restaurativa surge por y para las víctimas, además es aplicable también a delitos graves,  precisamente porque esta justicia implica herramientas y procesos que suponen un plus de ayuda a las víctimas para cicatrizar sus heridas, para ayudarlas a recuperar el control de su vida, e incorporar lo sufrido a su historia vital con respeto y dignidad. 
Por eso, tengo claro que la Justicia Restaurativa es un cosa diferente a la terapia, mediación general , asesoramiento etc pero si debemos conocer otras disciplinas para valorar cómo podemos ayudar a los afectados, en cada caso concreto, de forma restaurativa y de la  forma más eficaz.
De la misma manera hoy en mi columna para Criminología y Justicia, hablaré de Ciencia o más bien neurociencia y justicia restaurativa y como puede servir para reinsertar a criminales más terribles. Tras escuchar hace un mes a Howard Zehr, me di cuenta que no nos podemos quedar estancados, que la Justicia Restaurativa ofrece una puerta pero también es una filosofía y un movimiento en continua evolución y sobre todo que no debemos ser tan soberbios como para  pensar que no nos podemos valer y nutrir de otras disciplinas como la neurociencia. La idea es que no debiéramos dejar por imposible a determinados infractores igual que no podemos dejar por incurable el trauma de determinadas víctimas, e igual la ciencia puede ser una aliada eficaz en estos casos, o más bien es la Justicia Restaurativa la que puede servir de herramienta para ver, aprender cómo funciona el cerebro humano y en qué medida, el comportamiento de determinados infractores psicópatas puede cambiar al utilizar un proceso restaurativo como mecanismo para reencontrar su humanidad perdida y nutrir las partes de su cerebro, encargadas de generar moral, ética y valores restaurativos útiles para vivir en comunidad. Esto sería un paso importante para lograr a lo que todos aspiramos con la Justicia Restaurativa y en nuestra vida diaria, lograr que el mundo se un lugar mejor.

martes, 8 de julio de 2014

La Justicia Restaurativa ofrece un "puente"hacia la curación de los afectados por el delito

La Justicia Restaurativa ayuda y protege a las víctimas, las ayuda a superar el trauma que el delito ha generado en ellas, y así recobrar su “normalidad”o al menos incorporar el delito sufrido como una parte más de su vida. Necesitan pasar de sentimientos como la humillación, vergüenza e ira a otros más positivos y liberadores, porque el daño que se sufrieron domina su vida, el delito es el centro y esto no es bueno ni sanador.
Por eso, tener conocimientos de la dinámica del trauma es muy importante para un buen facilitador o mediador de justicia restaurativa. Para comprender a las víctimas es necesario partir de una premisa importante:el crimen aunque sea menor puede ser igual de traumático que uno más serio y es que lo importante son las víctimas y cada una de ellas es diferente de la otra.

El trauma para muchas víctimas de delito genera una serie de crisis que se pueden resumir en: (Zehr)
Crisis de identidad (¿en quién puedo confiar?)

Crisis de concepción acerca del mundo

Dentro de estas crisis, cada persona que sufre las consecuencias bien directas o indirectas del crimen pasa por una serie de etapas hasta su "sanación" y poder despojarse de su rol de víctima:

1- intentar dar sentido a lo que ha pasado

2- Su meta es no tener vergüenza sino llevar el rol de víctima con honor

3- Buscan en cierta manera venganza, aunque más bien es el poder recuperar el control de su vida.

4- Claman por justicia

En las dos primeras etapas de este viaje de una víctima, ésta trata de reconstruir la historia, de encontrar sentido a lo que han sufrido y transformar la humillación en honor. Con la tercera etapa, las víctimas sobre todo desean saber que una persona es responsable y su deseo sería poder equilibrar la balanza, que se ha visto desequilibrada por el delito sufrido. Por último, las víctimas desean justicia: Para ellas es importante que se recupere el sentimiento de seguridad (y se sienten satisfechas si creen que hay menos posibilidades de que el infractor cometa nuevos delitos). También asocian la idea de justicia con la posibilidad de recibir información y obtener respuestas, escuchar la verdad y recibir cierto poder para decidir cómo continuar, en definitiva para ellos justicia significa reconocimiento ( en el sentido de que cómo víctima no debe quedar al margen de la resolución del problema) La labor de los profesionales de la Justicia Restaurativa es ayudar a las víctimas en este viaje hacia la curación, proporcionando a su vez al infractor la oportunidad de asumir su responsabilidad en el daño, comprometiéndose a reparar este daño como paso previo para afrontar un futuro nuevo, sin nuevos delitos. El efecto de trabajar con las víctimas repercutirá no sólo en el infractor sino en la comunidad en general, ya que se generan un círculo de beneficios, lo que es bueno para la víctima, lo es también para la sociedad porque un miembro ha sido reparado y atendido, y el hecho de que el infractor repare el daño y asuma su responsabilidad también es beneficioso para la sociedad porque esta responsabilización implicará que hay menos probabilidades de que vuelva a delinquir y muchas de que este ofensor reconecte con la sociedad,  de la que se separó tras el delito. Por eso, con los procesos sanadores y transformadores de la Justicia Restaurativa todos ganan, y todos sanan.

lunes, 30 de junio de 2014

La Justicia Restaurativa busca la verdad emocional

Cuando se habla de Justicia Restaurativa, es porque ha habido una serie de daños tras la comisión de un delito, pueden ser más graves o más leves y detrás de estos daños hay personas que sufren, en primer lugar las víctimas directas pero también las indirectas como la comunidad (familiares y allegados) y los propios infractores.
Los procesos restaurativos se centran en buscar la verdad emocional, ¿como el delito impactó en sus vidas? y ¿qué necesitarían para empezar su camino hacia la superación? Generalmente estas preguntas son para las que sufrieron el daño directamente pero los infractores también pueden tener una serie de problemas emocionales, que por una serie de circunstancias, les llevaron a cometer el crimen.
Por eso, la Justicia Restaurativa aborda el delito de una manera global, atendiendo al por qué, incidiendo en el daño causado y mirando hacia el futuro. Los procesos de esta forma se dividirían en cuatro partes importantes:
Contar la historia
Sentimientos hacia lo sucedido
Necesidades
Transformación hacia un futuro mejor

Respecto de las necesidades, los facilitadores de la Justicia Restaurativa deben saber abordar el trauma del delito y los sentimientos que acarrean así como las necesidades que generan estos sentimientos:
Como ejemplo, tras el daño se genera miedo y las víctimas suelen demandar; seguridad ( que el infractor se comprometa a no volver a hacerlo lo cual será más fácil si se facilita su asunción de responsabilidad, precisamente con esta Justicia)
Puede surgir ira, lo que las hará reclamar justicia, y justicia aunque parezca extraño significa para la mayoría, que haya alguien que se responsabilice del daño sufrido, que digan fui yo, fue mi culpa y soy el responsable. El proceso tradicional de justicia penal, rara vez fomenta esta rendición de cuentas del infractor
También se genera en las víctimas, ansiedad, esto las lleva a reclamar respeto y necesitar recuperar el control de su vida que se vio afectado tras sufrir el delito. El empoderamiento y protagonismo de los procesos restaurativos, las hace sentirse dignas de respeto, son escuchadas y sobre todo pueden volver a retomar el control de su vida.
Estos son algunos ejemplos de cómo la Justicia Restaurativa trata de buscar la verdad emocional y transformar los sentimientos negativos en otros positivos.

jueves, 22 de mayo de 2014

El trauma de sufrir un delito; recomponiendo el puzzle a través de la Justicia Restaurativa

Cuando hablamos de que la Justicia Restaurativa surge por y para las víctimas, o más bien desde el momento que alguien ha sufrido un delito,  es porque no se trata de hacer distinciones con las personas afectadas por el delito. La Justicia Restaurativa, en principio sería aplicable para cualquier víctima que voluntariamente desee participar en el proceso restaurador con independencia de la clase de delito sufrido.

Una vez aclarada esta igualdad de todas las víctimas, para acceder a la justicia restaurativa que debería valorarse como regla general, hay que tener en cuenta que igual que todas las personas somos diferentes,también cada víctima lo es. Aunque hubieran sufrido el mismo delito, éste puede impactar y traumatizar más a una víctima y menos a otra, incluso el delito sufrido puede suponer un gran trauma para los allegados de la víctima ( víctimas indirectas) y no serlo tanto para la víctima directa del crimen.
En otros casos, pensamos en una víctima de un delito menos grave y podemos caer en el error de pensar que no tiene mayor importancia ni repercusión, algo que no se debe hacer porque estamos valorando el daño sufrido, desde un prisma de no víctima, sin embargo, cuando hablas con la persona te das cuenta que lo que a priori puede parecer un delito muy leve,  sin mucha importancia; a la víctima la ha supuesto un gran trauma y la ha generado ciertos problemas psíquicos, físicos y/o morales.
Por eso, la primera máxima debe ser respeto, respetar al que ha sufrido un delito como persona que merece reconocimiento.

Y es que ayer hablaba con una persona de que para poder ser un buen facilitador de los procesos restaurativos, o mediador penal se debe conocer y estudiar la dinámica del trauma de sufrir un delito. ¿Por qué? Nuestra vida esta  construida a base de pequeñas piezas o aspectos cotidianos, recopilación de historias, experiencias, sentimientos, buenos y malos momentos...son como partes de un puzzle final que es la "historia de nuestra vida". Cada puzzle es diferente al de otra persona. Cuando la víctima sufre un delito, algo se "quiebra" en este puzzle, que la impide ir construyéndole de forma adecuada. O bien una de estas piezas se pierde tras convertirse en víctima o bien la pieza se deteriora tanto que por más que se quiere encajar, resulta imposible. Es entonces cuando la Justicia Restaurativa permite a las víctimas encontrar esta pieza pérdida o repararla,  para así poder continuar construyendo de forma lo más normal posible el puzzle de nuestra historia vital.
Quizá en algunas personas se tarde un poco más y en otras menos, pero  sin duda, la Justicia Restaurativa favorece la  formación de un puzzle más fuerte, más bonito y lucido porque a pesar de las luces y sombras tendrá una historia que contar más positiva y constructiva.

viernes, 31 de enero de 2014

Mediación: ni todo es lo mismo, ni es conveniente que así sea

La mediación está de moda, todo es mediación últimamente, aunque luego a la postre, no lo sea, pero bueno el hecho es que al estar en auge, se multiplican los cursos de formación a la par que aumenta el interés de las personas, sin embargo, la realidad es que no todos los cursos son igualmente válidos para toda clase de mediaciones.

 Me explico, se tiene tendencia a hablar de mediación de una forma genérica en la que se incluye penal, civil, mercantil, laboral, familiar, comunitaria, es decir en todos los ámbitos de nuestra vida, y cierto es que las técnicas de mediación no tienen por qué diferir, dicho esto, no se parece entender y esto es preocupante, que la mediación penal, tiene su raíz en la Justicia Restaurativa, en este caso no hay dos partes en igualdad de condiciones sino una víctima y un infractor. Por eso, la formación para los facilitadores de los procesos restaurativos, ya sea mediación penal u otro como la conferencias, es diferente y es que además debe serlo.

 Los cursos para poder facilitar un proceso restaurativo, deben tener en cuenta la victimologÍa, el trauma de las víctimas y como afrontarlo, cómo favorecer la responsabilización del infractor....todo esto se deriva del hecho de que hay una persona que sufrió un delito y otra que lo ha causado, se parte de un cierto desequilibrio de poder y el lenguaje neutral de la mediación y sus técnicas no se puede exhibir a la ligera porque puede resultar ofensivo para las víctimas.  Por supuesto, hablo de mediación penal en delitos serios o de procesos restaurativos en infracciones criminales graves. El facilitador de los procesos restaurativos debe estar preparado para analizar cada caso y cada víctima e infractor y sus circunstancias de forma individualizada y decidir si es conveniente el proceso o quizá la víctima debe ser derivada a un psicólogo o a una asociación de ayuda a las víctimas y si el infractor necesita terapia u otra clase de ayuda. Es decir, la formación para los procesos restaurativos dista mucho de la mediación en general y además debe partir de una colaboración más eficaz con otros entidades e instituciones de ayuda a víctimas e infractores.

 Además los procesos restaurativos aunque con ciertas formalidades son aún mucho más flexibles y deben adaptarse siempre y en todo caso a las necesidades de víctimas e infractores. Por eso, me indigna ver cursos de mediación penal, en los que de forma muy escasa se habla de lo importante Justicia Restaurativa, donde solo se centran en técnicas de mediación y donde los formadores no tienen ningún tipo de experiencia o conocimientos en justicia restaurativa o mediación penal, y su mayor logro es ser mediadores familiares o civiles y mercantiles, nisiquiera expertos en mediación penal. ¿Qué queremos tener, una generación de personas que teóricamente tienen un curso de mediación penal pero que en la práctica no van a saber como afrontar el trabajo? Esto es algo muy serio, porque tratamos con víctimas que tienen en mayor o menor medida un trauma y si la formación es esencial en mediación, en el ámbito penal y en la justicia restaurativa mucho más.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Las víctimas y su "camino" tras sufrir el delito


La víctima es la gran "olvidada"del proceso penal, esto lo decimos hasta la saciedad tanto que ya pocas víctimas, creen que de verdad, hay posibilidades de revertir esta situación. Siempre pienso que más que hablar con palabras, hay que hacerlo con hechos, no obstante, es necesario reinvindicar la poca atención que las prestamos, para así poder aliviar la situación. Y una forma de ayudar a remediar el poco protagonismo de las víctimas, es entender, cómo afecta el delito en su vida, y cómo coexisten con el trauma de haber sufrido un delito, en definitiva, es necesario saber cómo afecta el crimen a cada víctima para poder ayudarlas y devolverlas el protagonismo que merecen en un hecho que las afecta tan directamente como es el delito. Y es que la concepción retributiva ha distanciado al infractor de la víctima, poniendo a esta última como un simple sujeto pasivo dentro de la comunidad. Como dice García-Pablos la víctima debe de ser redescubierta. Ser descubierta como parte fundamental junto al infractor y a los operadores jurídicos y colaborando con la efectividad del sistema de justicia penal. Todo el proceso penal desgraciadamente gira en torno al infractor: es o no culpable, qué pena se merece, algún atenuante o agravante...etc, esto no hace sino agravar el trauma y la desilusión de las personas que han sufrido el delito.
 
La Justicia Restaurativa significa sobre todo y por encima de todo trabajar con las víctimas. Y en ocasiones al tratar con las víctimas no se encuentran las palabras adecuadas para definir las etapas por las que atraviesan desde el momento en que sufren un delito y cuales son sus necesidades, esto es así, y se ve aumentado porque cada víctima es diferente y el mismo delito no afecta igual a diferentes víctimas, por eso, muchos hablan de “viaje”:
 
  • Viaje al entendimiento
  • Viaje al honor
  • Viaje reivindicativo
  • Viaje hacia la Justicia
En la primera y segunda etapa las víctimas se enfrentan a un proceso psicológico e interno en el que su necesidad primordial es intentar convivir con lo que ha sufrido y poder superarlo. Se trata de reconstruir la historia, incorporando el delito como una parte más de su vida y trayectoria personal además se intenta transformar la humillación, que supone sufrir un delito en honor (no es algo deshonroso ser víctima, sino que es un honor poder superar el trauma y salir adelante).
 
En la tercera etapa, la víctima refleja el proceso interno de las dos anteriores etapas en el mundo exterior a través de sus reivindicaciones. En este momento la víctima necesita saber que una persona (infractor) que es el responsable. Necesita que desaparezca el desequilibrio de poder entre ambos (víctima e infractor) y que la balanza se equilibre lo más posible.
 
En la cuarta etapa en la que el delito ha llegado a los tribunales (a la “justicia”) y es en este momento cuando la víctima tiene una serie de necesidades que la justicia penal tradicional no atiende o al menos no lo hace en la forma que la víctima desearía o necesitaría. Dejo para otro día, cuales son estas necesidades dentro de esta cuarta etapa del viaje, hacia la justicia.