Todavía hoy, me sigo preguntando si estamos llegando con el mensaje de la Justicia Restaurativa, son frecuentes las entrevistas a gente que sin saber de lo que habla confunde a la población, un error frecuente es asociar mediación penal a toda clase de mediaciones cuando son evidentes las diferencias. Otro error muy habitual, es pensar que queremos ser blandos con los infractores, que nuestro objetivo principal es ayudarlos a no ser castigados por la ley.
Lejos de este objetivo un tanto absurdo, nuestro trabajo consiste en asegurarnos que esta justicia restaurativa tiene el mayor impacto posible en los delincuentes, centrándonos en las víctimas. Esta justicia no es un medio para que los infractores se sientan mejor por supuesto que no, es una oportunidad para víctima e infractor de poner rostro e historia a la otra parte. Así la víctima, deja de ver al delincuente como un monstruo y el infractor ve claramente que con su acción dañó a otro ser humano. Ambos recuperan la humanidad. Lo que si es cierto que solo con escuchar a las víctimas y hacer frente a las necesidades de la víctima, el infractor puede comprender el impacto de su crimen, lo que aumenta las posibilidades de que no vuelva a delinquir. Esto el proceso penal tradicional rara vez lo consigue.
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