Me gusta mucho leer a Nils Christie, de hecho tuve hace unos años, el gran honor de poder hacerle una entrevista, y es que Nils hace ya mucho tiempo que advirtió que el estado roba el conflicto a los ciudadanos y en concreto, con la justicia penal se apropia del delito como si la única y verdadera víctima fuera él. Y esto ocurre sistemáticamente y sino ¿por qué la víctima es por defecto en el juicio sobre el daño que sufrió, un mero testigo? y lo que es más triste todavía ¿por que el objetivo primordial y principal es la pena a imponer al infractor, si finalmente fuera declarado culpable y sólo después, trata la reparación del daño a la víctima? Pues porque como el estado se queda con el delito, se autoproclama víctima principal y por eso, la reparación o mitigación del daño por haber vulnerado una norma creada por él, es la pena señalada, sin priorizar en lo más importante, atender a las verdaderas víctimas, las que sufrieron el delito y sus consecuencias. Con la Justicia Penal tradicional todo gira en torno al infractor y frente al estado, no es de extrañar que además la mayoría de las víctimas se sientan como un mero "cebo" que utiliza el Estado para conseguir castigar al infractor.
Frente a esto, la Justicia Restaurativa se presenta como una necesidad natural de potenciar el papel de las víctimas, de devolverlas el protagonismo que merecen y qué necesitan para empezar el camino hacia la superación del delito. De hecho, es la Justicia del sentido común pues realmente da el protagonismo a los que son los verdaderos afectados por el delito: víctima, infractor y/o comunidad. Sin embargo, como suele ocurrir muy a menudo, el riesgo de algo que se plantea como novedoso surge con los que se suben al "barco" pero no para defender sus bondades, sino para apropiarse sus beneficios, una vez más en detrimento de las víctimas. ¿A qué me refiero?
Muy fácil, algunos operadores jurídicos y autoridades, una y otra vez, no se cansan de "vender" la mediación penal y por ende la justicia restaurativa como una forma de agilizar la justicia, y esto es de nuevo, una manera de apropiación, no ya del delito sino de los efectos positivos y beneficios que la justicia restaurativa ofrece a las víctimas. Por más que se empeñen, el objetivo de la justicia restaurativa no es agilizar los juzgados, y no es una institución que esté a su servicio y para su beneficio, esta justicia nace por y para las víctimas, y el fin principal es cambiar el orden de prioridad de la justicia penal, primero procurar la reparación o compensación de las víctimas e intentar que sus necesidades se vean atendidas. Si agilizan o no los juzgados no es una prioridad, por cuanto en algunos casos puede que sí ocurra pero en muchos otros será todo lo contrario, pues habrá víctimas que necesitarán más tiempo para decidir si quieren participar en un proceso restaurativo, y por eso nuestro deber es darlas la oportunidad de reflexionar aunque esto signifique una demora de tiempo.
Me gustaría de una vez por todas, que los que hablan de justicia restaurativa, lo hagan bien sin equivocar a la prensa y al público en general porque esto, al fin y al cabo, repercute de forma negativa en los que nos dedicamos a esta justicia y necesitamos transmitir a los ciudadanos los beneficios de estos procesos, para que si llegado el caso deben acudir a la justicia penal puedan decidir de forma totalmente informada cómo quieren que el delito se gestione. También es esencial que otros profesionales que trabajan con víctimas, puedan conocer realmente qué es la justicia restaurativa para así transmitir esta posibilidad a las personas que acuden a ella, sino saben realmente lo que es poco o nada van a informar a las personas afectadas por el delito. Por eso, siempre me resulta tan preocupante las noticias en prensa que transmiten esta justicia como simplemente alternativa ya que será alternativa o complementaria dependiendo el delito y el momento de la fase en que llega a los Servicios de justicia restaurativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario