Cuando en España se derogó la Doctrina Parot, muchos presos peligrosos, salieron de prisión antes de lo esperado, lo cual no significó que no hubieran cumplido su condena según la ley que en ese momento los juzgó. Probablemente debieron cambiar la ley antes, para no beneficiar a delincuentes de extrema peligrosidad, pero la realidad es que no lo hicieron. Sin embargo, un preso una vez que ha cumplido su condena, ha saldado su deuda con el sistema y debe salir a la calle. El malestar de las víctimas es lo que más me preocupa porque significa que el sistema no ha cumplido con las víctimas, no las ha ayudado a reparar o más bien mitigar su dolor, lo que las ha llevado a sentirse víctimas perpetuas con un dolor que lejos de aminorarse o al menos cambiar en su percepción, sigue vivo como si fuera el primer día a pesar de los años. Esto es el mejor indicativo de que la Justicia ha fallado con ellas, y las víctimas no encuentran otra explicación ni otra forma de mitigar su vacío que "agarrándose" a penas más duras. No estoy hablando de que olviden, que pongan una página nueva en su vida, dejando atrás a su ser querido, al contrario hablo de ayudarlas en el camino a su dignificación, sufrieron un delito terrible con pérdidas irreparables, pero deben cambiar sentimientos negativos por otros positivos y constructivos porque así el delincuente no habrá ganado, ni dominara su vida.
Se trata de recuperen el control de su vida, y que sientan que a pesar de todo, su vida no ha quedado arruinada ni a merced del delito sufrido y del delincuente que lo cometió. Es complicado, pero es posible y si queremos que las víctimas vuelvan a reconectar con la sociedad es necesario ayudarlas en este camino.
Por otro lado, el sistema también tiene la obligación de hacer todo lo posible para que el delincuente reconozca el daño, o al menos vea que su acción dañó a otro ser humano, y que no tenía derecho a hacerlo, en definitiva, tiene la obligación de proveer de las oportunidades necesarias para que el infractor, pueda reconectar con la comunidad, pueda reinsertarse. Sin embargo, veo que tampoco durante estos años se ha producido esto, pues por más que las condenas fueran largas, no parece que la reinserción haya dados sus frutos, y para colmo, instituciones penitenciarias lo suele decir tal cual, presos que llevaban más de 15 años en prisión y no se habían reinsertado. Esto sin duda, lleva a replantearme que el sistema no funciona ya que no existe la reinserción ni para víctimas ni para infractores. ¿Qué se puede hacer? Mucho, y no precisamente endurecer una y otra vez las penas, como si esto fuera la solución para que las víctimas sientan que hay justicia, para que los demás nos sintamos seguros y para que el infractor no quiera volver a delinquir. En muchos casos, la Justicia Restaurativa podría ayudar aunque aprecio que hay miedo a hablar de ella en algunos casos y en otros se habla de esta forma de ver la Justicia tan equivocadamente, que se tiende a equipararla a un método alternativo.
Obviamente no es de extrañar que si alguna víctima escucha estas formas erróneas de transmitir que es justicia restaurativa, se oponga radicalmente, muchas piensan que tratamos de ser blandos con los infractores cuando es todo lo contrario, intentamos que el infractor conozca el impacto del delito y decida que quiere responsabilizarse y mitigar el dolor que causó. Por más que un infractor sea condenado a penas largas de prisión, al final la víctima se dará cuenta que sigue insatisfecha, por eso se hace importante buscar fórmulas para que las víctimas que así lo desean puedan conseguir también una reparación moral y psicológica. Y de paso intentaremos que haya mas infractores, que cuando abandonen la prisión (si han sido condenados por delitos graves) decidan no delinquir, no por temor al castigo sino porque se han dado cuenta del daño que han ocasionado y no quieren volver a hacerlo. Para que esto se pueda dar, es necesario, una regulación que favorezca esta justicia restaurativa, en sentido amplio, para que se pueda aplicar en sus diferentes vertientes y no solo encuentros restaurativos también en el tratamiento individual con víctimas e infractores.
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