JUSTICIA MÁS HUMANA
Si estoy convencida de que la Justicia Restaurativa, es una Justicia más humana y justa es sin duda, porque atiende mejor las necesidades de las víctimas. ¿Por qué? Cuando las víctimas sufren un delito, se genera en ellas un trauma que en mayor o menor medida, va a estar presente en su vida. Obviamente este trauma no es igual en todas las víctimas, ya que cada persona es diferente y el delito nos afecta de manera distinta. No obstante, con este trauma, la principal necesidad de la víctima es sentir que se ha hecho justicia. El problema es que durante los primeros momentos, la víctima puede estar confusa y de hecho, es normal confundir justicia con deseos de venganza. Aquí es donde la Justicia tradicional no ayuda mucho a la víctima, para discernir sus verdaderos deseos, para lograr una justicia que sane, será necesario que la víctima pase de estos sentimientos negativos y destructivos, por otros más positivos que la ayuden en su camino hacia la curación. Por eso, la Justicia Restaurativa es una buena forma de abordar el delito porque atiende las necesidades reales de la víctima y evita que así sean revictimizadas.
DE SENTIMIENTOS NEGATIVOS A OTRO MÁS POSITIVOS
En un primer momento, el deseo de venganza puede llevar a las víctimas a sentir que con que el infractor sea castigado es suficiente, pero luego se dan cuenta que a pesar de esto, no se han responsabilizado por el daño sufrido y eso realmente puede llegar a frustrarlas, en cambio, con la Justicia Restaurativa los infractores asumen el daño causado y ven el impacto de sus acciones y además víctimas y comunidad son empoderadas, porque tienen participación y son escuchadas.
Y es que las víctimas tienen necesidades, que poco o nada tienen que ver con lo que la justicia penal las ofrece, sus necesidades de reparación tienen poco que ver con las materiales sino que más bien se enfocan a recuperar el sentimiento de seguridad, de ahí que sea necesario para ellas, la responsabilización del infractor. También necesitan contar su historia (incorporar lo vivido como un aspecto más de su historia vital), ser escuchadas es muy importante, ya que cuando acuden a la justicia tradicional son interrogadas no escuchadas, de esta forma con las justicia restaurativa son empoderadas y sienten que son vindicadas ( obtienen una sensación de recuperar el honor).
Por todo esto, la Justicia Restaurativa, bien entendida, sabiendo que no es para nada equiparable a la mediación, se presenta como una buena forma de ofrecer a la víctima una gestión del delito de forma más humana, teniendo en cuenta el aspecto emocional y sus necesidades reales. Sabiendo lo bueno que es esta Justicia, en sentido amplio, no comprendo como algunos que se postulan como referentes en Justicia Restaurativa, se empeñan una y otra vez en pedir una ley de mediación penal, cuando saben, además, que en España, por fin, hemos ido un paso más allá y está recogida la justicia restaurativa. Tampoco entenderé como hasta el propio Ministro de Justicia, una y otra vez opina que solo es para delitos leves, y para pedir perdón, claramente no sabe de lo que habla, o lo que es peor habla de oídas, y no escucha a los que le requerimos para que la Justicia Restaurativa se reconozca en toda su extensión, y otros, simplemente ven en esta "moda" de la mediación, una forma de hacerse famosos. Obviamente, si en un delito leve ayuda a la víctima, cómo no va a ayudar más en un delito de más entidad, el problema de los que promulgan estas cosas es que están alejados de las verdaderas prácticas de justicia restaurativa y solo conocen la teoría.
CONCLUSIONES
El contacto con el ciudadano, nos ha hecho ver que habrá que estar al caso concreto para ver si es posible aplicar la justicia restaurativa y por supuesto habrá que valorar, si una mediación penal que solo es parcialmente restaurativa es posible o si es necesario la inclusión de más afectados por el delito, con lo que se valorará otra reunión totalmente restaurativa y más inclusiva. O incluso si no es posible un encuentro, podrá explorarse otras respuestas restaurativas imperfectas, pero restaurativas que ayuden a las víctimas a sanar y a sentir que se ha hecho justicia. Pedir ley de mediación penal es algo que resulta del todo un acto injustificado, cuando lo que habría que pedir es una norma que profundice en la justicia restaurativa y desarrolle un poco más y sobre todo mejor, el Estatuto de la víctima
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