jueves, 24 de marzo de 2022

Reconexión y justicia restaurativa


INTRODUCCIÓN

Algunas veces he escuchado decir a muchas víctimas: "las personas son algo más que aquello que hicieron mal en el pasado". Y como veis, lo decía una víctima, nos parece que son muy punitivas que quieren siempre venganza, pero no es así, ni mucho menos, en muchas ocasiones he comentado que somos los que nunca hemos sido víctimas los que somos mucho más punitivas. Las víctimas lo que necesitan es sentir que se hace justicia, y para muchas de ellas justicia implica, que alguien se responsabiliza del daño que han sufrido. Los procesos restaurativos precisamente fomentan que el infractor se responsabilice y favorecen una humanización de las personas que hay detrás del rol de infractor y de víctima. Ya no son solo el infractor que no se va a reinsertar y la víctima que no sabe lo que quieres y es totalmente vulnerable. Esto para mí es un punto de partida de la Justicia Restaurativa, la eliminación de ideas preconcebidas, las "etiquetas" no son válidas para esta Justicia. El infractor no es siempre y en todo caso un ser "malvado" y sin conciencia por lo que puede que quiera cambiar y el estigma de infractor por lo tanto, debe ser temporal. De la misma manera, la víctima no debe sentirse así de por vida, esto impedirá su curación y hará imposible que tenga una vida más o menos normal, no olvidando el delito, pero si incorporando la experiencia del delito como un pasaje más de su vida.

LO QUE OFRECE LA JUSTICIA TRADICIONAL Y LA RESTAURATIVA

Sin embargo, la justicia penal supone un problema, ya que trata a todos por igual, ( al menos a casi todos, no a los que tienen dinero porque los casos de corrupción son un caso aparte), frente a un delito cometido, hay contemplada una pena y solo unas pocas variables que pueden modularla, en un sentido u otro. No obstante, cuando fui juez me vi impotente, un eslabón más en la maquinaría judicial, no podía actuar según las personas y sus necesidades, sino que me veía atada por una legalidad y una burocracia, en ocasiones excesiva que queriendo tratar a todos por igual, suele cometer muchas injusticias. Más bien creo que hay que tratar por igual, casos iguales pero resulta que un mismo delito, puede tener variables muy diferentes: por ejemplo, un infractor que se arrepiente o no, que quiere asumir el daño y repararlo o no, un ofensor con un entorno social hostil que no le ayuda, una víctima muy afectada por el daño, o una víctima a la que el delito no la ha supuesto un gran trauma, una víctima que desea obtener respuestas o no...etc.

Todas estas variables y muchas otras, si son tenidas en cuenta, acercarían la justicia penal a la realidad de los que han vivido el delito en primera persona, así los casos no serían un número sino personas reales que sufren y tienen sentimientos, sin embargo, la legalidad imperante obliga a los operadores jurídicos a mostrarse impasibles y poco humanos. Por esto, me parece que la Justicia Restaurativa es la opción más justa, ya que al infractor que quiera cambiar, le va a ofrecer una segunda oportunidad, va a escuchar a la víctima y lo que realmente necesita para superar el delito, y sobre todo va a promover una relación de empatía, respeto, comprensión y apoyo durante el proceso. No se trata de que se alargue mas o menos el proceso, creo que los ciudadanos lo que quieren es calidad, y esta se demuestra escuchándolos y atendiendo sus necesidades, más prioritarias.

CONCLUSIÓN

Por eso siempre, veo la Justicia Restaurativa como una filosofía que puede ayudar a construir una justicia penal más eficaz , justa y humana y las diferentes herramientas son una parte tan solo de este todo, llamado Justicia Restaurativa.

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