lunes, 17 de octubre de 2022

Reflexiones tras el I Congreso Nacional de justicia alternativa, MASC, encuentro restaurativo y diálogo social en Ciudad Juárez


INTRODUCCIÓN

Durante los días 22 y 23 de septiembre, Ciudad Juárez fue la sede del I Congreso nacional de justicia alternativa MASC, encuentro restaurativo y dialogo social. Ha sido un evento que congregó a especialistas nacionales e internacionales en justicia restaurativa penal, familiar, mediación y diálogo social. Tuve la oportunidad de participar en este Congreso pionero en sus expectativas, conferencias y asistentes, en una ciudad que me sorprendió gratamente representando a la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa.

Digo pionero por varias razones:

Primero por la implicación de las diferentes autoridades que organizaron el Congreso en concreto el Presidente Municipal y   la presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Chihuahua. Asimismo debo destacar, el imprescindible impulso de este evento por parte del Director del Instituto de Atención Temprana y Justicia Y con implicación me estoy refiriendo a un apoyo real a cualquier iniciativa que se traduzca en trabajar por la cultura de paz, en concreto la realización de programas para privados de libertad con un verdadero enfoque restaurativo y una concienciación por parte de todos los funcionarios de la necesidad de conocer y realizar buenas prácticas en justicia restaurativa. Estas instituciones y en particular, las personas que hay detrás no se conforman con decir que apoyan la justicia restaurativa y proceder a realizar congresos, hacerse fotos, entregar medallas e imponer su visión de la justicia restaurativa, sino todo lo contrario sabedores de que hay una ventana abierta para diferentes prácticas, organizaron el congreso para seguir fomentando e impulsando la justicia restaurativa y otros mecanismos alternativos en el sistema penal, familiar y laboral. 

Segundo, me sorprendió que los asistentes no se reducían a determinadas profesiones sino que había un amplio público con muy variados perfiles. Aunque el congreso estaba dirigido a abogados, académicos, mediadores, sindicatos, colegios y barras de abogados, iniciativa privada, y universitarios, pude charlar con criminólogos, jueces, fiscales, policías, funcionarios encargados de a seguridad del municipio y un largo etc. Esto me devolvió la esperanza de que la justicia restaurativa no está limitada a una profesión específica, y sobre todo que se necesita entender la justicia restaurativa como un movimiento social, es decir debemos comprender que podemos no solo ayudar a sanar a las personas tras el daño sufrido y/o cometido sino también podemos prevenir muchos daños, por ejemplo: cambiando estructuras sociales que dañan o discriminan,  y en todo caso y como así marcaba el objetivo del congreso:  contribuir a la paz social.

Tercero, siempre pensamos que en España estamos adelantados en justicia restaurativa pero la realidad es que en la práctica México y en concreto en Chihuahua están desarrollando diferentes programas de justicia restaurativa en ámbitos como los privados de libertad. Y esto tiene importancia porque desarrollan diferentes programas e incluso los mejoran en base a los resultados cualitativos y no cuantitativos. 

Esto significa que ni mucho menos se guían por dar publicidad a encuentros exitosos que solo generan morbo y dan visión muy sesgada de la justicia restaurativa.  Y esto es lo que hace que la justicia restaurativa funcione, confiar en los expertos o al menos en los que tienen más experiencia en justicia restaurativa, allí los funcionarios aunque confían en la justicia restaurativa saben que no son expertos y se dejan aconsejar por los que llevan años trabajando y no solo por sus amigos o por la idea que puedan tener ellos de justicia restaurativa. Y la verdad es gratificante que se avale el trabajo y la experiencia de los que llevan años luchando por implementar la justicia restaurativa.

Cuarto, una enseñanza que me llevo de Ciudad Juárez es la implicación de la sociedad civil en los proyectos de reinserción y pacificación de la sociedad incluida la justicia restaurativa. Más allá de egos, trabajan y colaboran con entidades y personas dedicadas a la justicia restaurativa para la mejor aplicación de los programas y para que sus resultados se reviertan en la comunidad. Esto hace sociedades más implicadas en la erradicación de la violencia, más empoderadas y sobre todo conscientes de que la justicia restaurativa sin ser la panacea es una herramienta útil para construir comunidades más pacificas.

ALGUNAS CONFERENCIAS DURANTE ESTE EVENTO

Mi participación en este congreso tuvo lugar después de escuchar interesantes conferencias y mesas sobre los beneficios de la mediación y la mediación privada.

 En mi caso la temática sobre justicia restaurativa comenzó con una mesa donde intervine con Violeta Maltos, amiga y delegada de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa en México, Sofia Cobo consultora de la Cicab, Francisco Castellanos experto en justicia para adolescentes. En este conversatorio dialogamos sobre que es justicia restaurativa, algo que a todas las personas que componíamos la mesa nos resultó complicado de determinar en cuanto es un concepto en constante evolución. Además intentamos derribar algunos mitos sobre la justicia restaurativa como la idea errónea de pensar que toda la reparación se reduce al aspecto económico y la necesidad de trabajar en red con entidades de la sociedad civil para que los programas de justicia restaurativa tengan un efecto realmente transformador.

Después realizó su intervención Claudia Villavicencio en la que habló de la justicia restaurativa en el ámbito familiar. Una brillante intervención de Claudia en la que expuso su modelo de justicia restaurativa familiar y explicó que aunque la justicia restaurativa surgió en el ámbito penal, poco a poco se ha visto que desde el momento en el que nos relacionamos podemos dañar a otras personas y ahí surgen un desequilibrio del que se puede ocupar la justicia restaurativa. Además la justicia restaurativa familiar puede prevenir futuros delitos o conductas antisociales ya que el entorno familiar es lo que determina nuestra infancia y va a ser decisivo en nuestra forma de relacionarnos como adultos y nuestras debilidades y fortalezas.

La última conferencia del día 22 fue mi intervención en la que quise enfocar la justicia restaurativa como una opción que beneficia no solo a víctimas y personas ofensoras sino que sus efectos nos repercuten directamente a todos nosotros como comunidad.

 En mi intervención ofrecí mi visión de la justicia restaurativa, cómo cuando comencé en el año 2004 no estaba de moda y por tanto pareciera como si no existiera y cómo en la actualidad parece que si no se habla de justicia restaurativa no es algo bueno. Traté de explicar que no todo es justicia restaurativa pero que existen otros programas, cursos o talleres que pueden ayudar al desarrollo y al éxito de los buenos programas de justicia restaurativa y que la sociedad no solo es víctima indirecta de todos los delitos sino que además como miembros de ella, debemos entender la importancia de la reinserción, lo que para mí es la reconexión. Esto implica ayudar tanto a victimas como a personas ofensoras a volver a la sociedad como miembros productivos, sin el rol de delincuente sin posibilidad de reinserción y de víctima de por vida. Expliqué que al haber sido juez entendí que el sistema por si solo solo gestiona el aspecto legal del delito pero que la justicia restaurativa como complemento más que alternativa, ayuda a gestionar el aspecto emocional. Así justicia restaurativa y justicia penal tradicional pueden suponer una forma más eficaz y satisfactoria de gestionar los delitos con grandes beneficios para todas las personas. 

Asimismo animé a desarrollar diferentes programas e intervenciones ya que la justicia restaurativa no solo implica reuniones conjuntas, se pueden hacer programas individuales para personas ofensoras, como el que hacen en Ciudad Juárez, “restaurando identidades”, o “reconexión” que realizamos en Burgos durante dos años o incluso programas individuales de justicia restaurativa para víctimas de delitos graves como Ave Fénix que hemos puesto en marcha este año desde la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa. También se puede trabajar con enfoque restaurativo sin realizar una práctica concreta lo cual es importante ya que no todos serán facilitadores pero cada uno puede aportar su granito de arena para construir un mundo más restaurativo, empezando por nuestro trabajo diario.

Y por último reflexioné sobre la importancia de que miembros del área de seguridad ciudadana estuvieran presentes en el congreso, ya que aunque casi siempre se piensa en justicia restaurativa después de la comisión del delito, las políticas públicas de seguridad ciudadana con enfoque restaurativo pueden ser muy interesantes para prevenir los delitos y sobre todo un área todavía inexplorada en el que podemos ir un poco más allá y cumplir con  el refrán español: “más vale prevenir que tener que curar”.

En todo caso, el estado de Chihuahua y Ciudad Juárez, gracias a la implicación de las personas de la sociedad civil, de las personas que llevan años en la justicia restaurativa, de muchos jueces y juezas concienciados que solo el sistema no es suficiente y el apoyo real de las instituciones y en concreto de los seres humanos que hay detrás, es un ejemplo para seguir con múltiples programas restaurativos en marcha y otros que están por llegar. 


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