jueves, 2 de marzo de 2023

Justicia restaurativa en los centros escolares


 INTRODUCCIÓN
Hace unos meses durante la semana de la justicia restaurativa me hicieron una entrevista en la ser, en la que comentaba que falta voluntad política real para que la justicia restaurativa despegue. Y actualmente no solo lo mantengo sino que lo reafirmo. Existe una apuesta que se queda meramente en las declaraciones de buenos principios pero en la práctica se hace bastante poco. Y sobre todo se hace poco porque se apoya de forma muy limitada o a personas que realmente no son las más capaces para desarrollar programas restaurativos. Esto sucede no solo en el ámbito penal y penitenciario sino en otros, como el escolar. Y es que aunque la justicia restaurativa  surgió en el área penal, poco  a poco la realidad es que desde que nos relacionamos con otras personas podemos dañar y ahí puede aplicarse la justicia restaurativa y digo justicia restaurativa no mediación. La mediación sería aplicable cuando hay co responsabilidad en un conflicto, la justicia restaurativa cuando hay un daño que genera un desequilibrio. Hablo del ámbito escolar porque estamos asistiendo a una serie de suicidios o intento de suicidios de adolescentes que sufrían bullying en todas sus diferentes dimensiones. Porque para sentirte acosado no significa que debas ser maltratado físicamente, el acoso puede ser igualmente de terrible si es psicológico. 

JUSTICIA RESTAURATIVA EN EL ÁMBITO ESCOLAR

En el primer caso, que se ha dado en España las autoridades intentaron limpiar su conciencia diciendo que no se trataba de un caso claro de acoso cuando los amigos y el entorno más cercano de las niñas afirmaban lo contrario. Al final, han tenido que reconocerlo, pedir perdón pero para justificarse han alegado que no se habían iniciado los protocolos al respecto porque desconocían la situación.  El problema es exactamente los protocolos y la falta de claridad sobre lo que se puede hacer y lo que se puede sobre todo prevenir.

Existen muchas iniciativas en el entorno escolar con mayor o menor éxito, una caso exitoso es el de mi compañera de la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa Aitziber Bilbao, una pena que no tengan la continuidad deseada. Pero el mayor problema es la burocracia y el protocolo que guía nuestra vida incluso en el ámbito escolar. ¿Qué se necesita para trabajar con niños y niñas cuando se detecta una situación de acoso? ¿Qué poco costaría trabajar en la prevención?. Sin embargo, existen bastantes problemas a pesar de que en todas las comunidades autónomas digan que se trabaja en Justicia Restaurativa. El problema principal es que se piensa en mediación, la mediación en el ámbito escolar puede ser útil para prevenir escalada de conflictos, y para situaciones en las que hay problemas que no han generado daños. Sin embargo, la mediación no se podría aplicar cuando la violencia ya ha surgido. Este es el primer dato a tener en cuenta.

 Otro dato es que las personas que trabajan en contacto con los niños y niñas deberían estar formados en justicia restaurativa aunque luego no vayan a ser ellos y ellas facilitadores. Esto es importante porque podrían dotar la relación profesor-alumno/a de un trato más humano y de un espacio de confianza como para lograr que los niños y niñas hablen y cuenten lo que está sucediendo. Sin embargo, ¿Quién da la formación?, actualmente este es un gran problema, si los capacitadores no tienen formación en justicia restaurativa lo que se va a transmitir va a ser una especie de frankestein y poca utilidad va a tener para mejorar la convivencia ( esto está pasando en todos los ámbitos incluido el penal y penitenciario, gente sin formación que se dedica a capacitar).

Otro problema sería si es el profesor el adecuado para generar procesos restaurativos. En mi opinión, al menos al principio debería estar ayudado por personas externas con formación en justicia restaurativa  y experiencia en gestionar situaciones traumáticas y daños en niños y niñas. Opino esto porque primero muchos alumnos al saber que el profesor es el facilitador van a tener ciertas reticencias a contar cosas, por temor a las represalias, castigo, vergüenza etc...y segundo porque en muchas ocasiones la propia inercia y funcionamiento del lugar de trabajo  nos lleva a burocratizarnos y no prestar excesiva atención y tiempo a lo que sucede.

CONCLUSIONES

Insisto si verdaderamente hubiera cultura de justicia restaurativa en los centros escolares estos casos serían los menos y sobre todo se haría una mejor gestión no solo de cara a las víctimas sino también para con sus familias. Si queremos unos futuros adultos fuertes y resilientes, deberíamos empezar por fomentar de verdad la justicia restaurativa en los centros escolares.  Deberíamos darnos cuenta del potencial preventivo que tienen, de la ayuda extra que puede proporcionar a los niños y niñas que sufren la incomprensión, aislamiento, insultos o maltrato por parte de otros compañeros, pero a la vez podríamos llegar al origen por qué este niño o niña está acosando. Pero claro para esto debería haber una apuesta real, no decir que se hace y dejarlo en manos de profesores y de capacitadores con dudosa experiencia, apostar por buenas prácticas e incluir en esto no solo a los alumnos sino a toda la comunidad escolar esto es profesores, progenitores y todos los que trabajan allí. Sin embargo,  para esto se necesita dinero y tiempo, y es mejor ahorrarse dinero o bien dejándolo todo en manos de los ya sobrecargados profesores o en manos de voluntarios sin formación (como ocurre en otros ámbitos) Y quizá lo más importante es pensar que cuando hablamos de seres humanos debemos evitar deshumanizarlos y hablar de protocolos o de posibles problemas familiares para eludir responsabilidades no es restaurativo ni humano

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