viernes, 31 de marzo de 2023

La justicia restaurativa implica más transformación que restauración


INTRODUCCIÓN

"Se trata de restaurar la situación anterior al hecho delictivo cometido tanto para el autor como sobre todo para la víctima” Esta es una de las muchas afirmaciones sobre la Justicia Restaurativa y sus herramientas que generan muchas dudas y sobre todo, crean objetivos erróneos de esta Justicia. Para muchos, restaurativa es una mala traducción del inglés restorative y debería denominarse restauradora o reparadora.

Si acudimos a un diccionario, restaurar implica volver a poner algo en el estado o circunstancias que se encontraba antes. Por eso, es probable que algunos piensen como objetivo de la Justicia Restaurativa, esta restauración de la víctima e infractor a una situación anterior al hecho delictivo. 

Clarificado el concepto de restauración, me pregunto ¿si la Justicia Restaurativa tiene por objeto restaurar a la víctima e infractor al estado anterior al delito? ¿Por qué? Para la persona ofensora, devolverlo a una situación anterior puede y de hecho resultaría inútil y peligroso. 

RESTAURAR A UNA SITUACIÓN ANTERIOR

Veamos, si hablamos de un infractor ocasional, que en un momento dado comete un delito, esto podría ser beneficioso, porque intentaríamos devolverlo a una vida normal o al menos, dentro de una cierta normalidad, en la que el crimen ha sido algo esporádico.

En estos casos, el concepto de restaurar podría serlos de cierta utilidad puesto que le evitaría el estigma de infractor, sin posibilidad de reinserción, y reduciría el impacto que el delito tiene para él, y su entorno.

No obstante, lo ideal no sería precisamente devolverlo a sus circunstancias anteriores, lo importante sería transformar su actitud y comportamiento anterior, haciéndolo mejor persona o un persona nueva a través de valores restaurativos como la empatía, diálogo y la comunicación no violenta. Se trataría de eliminar o cambiar el impulso que le llevó a cometer el hecho delictivo, aunque fuera ocasional y no reiterativo. Hacer lo contrario sería desaprovechar la oportunidad de transformar las relaciones sociales del infractor y su actitud para con su entorno. 

Y, si pensamos en un infractor con una larga trayectoria delictiva, el restaurarlo a una situación anterior al delito, no lo ayudará a reinsertarse, a reconectar de nuevo con la sociedad porque directamente lo devolvemos a su vida cotidiana, en la que por sus circunstancias personales y sociales, se ha visto abocado al delito. Con esta afirmación, lo estamos condenando a volver a una situación y circunstancias que no van a transformar su vida y su comportamiento ante el delito. Le abandonamos y le ponemos de nuevo en el inicio de una nueva partida, en la que las condiciones no han cambiado y sus posibilidades de no cometer un nuevo delito, son prácticamente nulas. 

CONCLUSIÓN

De ahí, que la Justicia Restaurativa no trate de esta restauración, por mucho que algunos así lo crean, sino que debiéramos aspirar a la transformación, de fortalecer y mejorar las condiciones personales y sociales de la persona ofensora ayudándolo a conectar o reconectar con la sociedad y consigo mismo. 

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