jueves, 28 de mayo de 2015

¿Qué es mejor el castigo o la reparación para las víctimas?


 Solemos creer que sabemos perfectamente que necesitan las víctimas o que es lo mejor para ellas, sobre todo, si han sufrido un delito de cierta gravedad. Por eso, cuando hablamos de Justicia Restaurativa, en más de una ocasión vemos las reticencias de los que nunca han sido víctimas, y nos amparamos en que somos punitivos por naturaleza. No obstante, las víctimas son menos punitivas de lo que podemos pensar, conozco casos de personas que han decidido participar en un proceso restaurativo y sus allegados no lo han entendido pero es que, aunque nos parezcan vulnerables e incapaces de decidir, realmente son las víctimas las que mejor saben o pueden saber qué necesitan o qué esperan de la justicia para empezar su camino hacia la "sanación" tras el delito. 
Aunque suene extraño, nunca es suficiente con castigar a los autores del delito, siempre hay que llegar al mismo tiempo a ayudar a las víctimas y estar con ellas, en sus momentos de mayor vulnerabilidad y necesidad para que puedan sacar fuerza de nuestra solidaridad, tanto en el aspecto práctico como emocional. Que las víctimas no son tan punitivas y que lo que más necesitan es obtener una reparación adecuada a sus necesidades, se ha visto demostrado estos días con los padres de Marta del Castillo, el autor de la muerte de su hija está en prisión, hasta aquí, pareciera que se ha hecho justicia, el estado ha logrado condenar al principal culpable, aislándole de la sociedad, sin embargo, esto no ha ayudado a las víctimas, a los padres y allegados de Marta a sanar o al menos comenzar su camino restaurativo ¿por qué? porque nunca han logrado encontrar el cuerpo de Marta.
 Esta no obtención de la reparación que necesitan, les ha hecho imposible a pesar de los años pasados, romper el lazo con el asesino de su hija y su vida esta todavía supeditada y controlada por este infractor. Por eso,  entiendo perfectamente que el padre le ofreciera al asesino de su hija dinero y una serie de beneficios, a cambio de que dijera el paradero de los restos de su hija. Lo comprendo y lo veo normal, por cuanto en este caso y desgraciadamente para ellos, la justicia tradicional no ha funcionado porque no han sido atendidas sus necesidades, pero además la justicia restaurativa respecto del asesino de su hija, tampoco, ya que este chico parece no tener el más mínimo respeto a las víctimas, ni la empatía suficiente como para saber el impacto de su delito y el deber lógico que tendría de hacer lo necesario para sino compensar, si aliviar el dolor de sus vidas. Dicho esto, y demostrando que en ocasiones, la justicia restaurativa no es útil para todos y cada uno de los infractores, lo que me sorprende de todo esto, es algunas críticas y revuelos que ha levantado la conducta de estos padres.

Yo me pregunto, el estado, el sistema de justicia penal tradicional contempla negociar con el infractor para que a cambio de su reconocimiento del delito se le disminuya la pena (con las famosas sentencias de conformidad) para agilizar la justicia pero sin tener en cuenta los sentimientos de la víctima y las posibles necesidades de éstas, por qué vemos mal que una víctima, busque su propia reparación del daño a través de un "teórico proceso de negociación" con el infractor. Claramente estos padres, están buscando poner punto y aparte al delito y recuperar el control de su vida, algo que desgraciadamente y hasta el momento no han podido lograr ya que no han recuperado el cuerpo de su hija.

Una vez dicho esto y retomando las necesidades de las víctimas, se puede decir que suelen ser unánimes en su opinión de que la expectativa más importante que tienen de los profesionales de la Justicia es la de ser tratadas con respeto. Su expectativas se traducen en el deseo de sentir confianza con la información sobre el delito, el delincuente y acerca de las opciones del tribunal considera para dar respuesta a su caso.

Una segunda prioridad para las víctimas es la oportunidad de ser oído, y tener participación activa y directa durante todo el proceso. Su necesidad de restitución es importante, pero si se abordaron estas necesidades iniciales de respeto, información y participación, la necesidad de reparación disminuye en urgencia.Las víctimas tienen más interés en que los infractores se responsabilicen de su deber de reparar o restituir, y es que para ellas el que el infractor reconozca el daño que se la ha causado es un acto de respeto, que produce una reparación emocional y simbólica, mucho más importante y curativa que la reparación material.

Los procesos de la Justicia Restaurativa favorecen que las víctimas pasen del desorden al orden, de la falta de poder y control sobre su vida al empoderamiento y de la desconexión con su entorno a la reconexión con la comunidad.

Por eso, cuando hablamos de daño y de la obligación natural de reparar o mitigar este daño, el concepto en si mismo es más emocional, psicológico y moral que material y suele traducirse como decía; en la necesidad de que el infractor se responsabilice, y asuma lo que ha hecho.

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