(imagen propiedad de Virginia Domingo)
Las consecuencias del delito se traducen en ciertos daños no solo físicos sino psicológicos, entre estos daños los más comunes son el miedo, la ira o la ansiedad. Estos daños generan necesidad de reparación y la reparación moral de estos daños se traduce en la necesidad de recuperar la seguridad, sentir que se ha hecho justicia y recuperar el control de su vida y sentir que son dignas de respeto. Para los ofensores, el delito también genera daños y necesidades la principal es la de ser ayudado a entender el impacto del delito .
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