(imagen propiedad de Virginia Domingo)
Aunque muchas personas siempre han pensado que la justicia penal es incompatible con la justicia restaurativa, estoy convencida que podemos mejorar la justicia que tenemos con la justicia restaurativa. Para ello debemos tener en cuenta que la justicia restaurativa promueve la participación, está centrada en la responsabilización más que el castigo, mira hacia el futuro y fomenta la reparación del daño, lo que hace que sea preventiva y proactiva.
Podemos mejorar la justicia penal, incorporando programas restaurativos ideales que contemplen mecanismos como las reuniones víctima-ofensor, conferencias y círculos pero también podemos ir más allá y para los casos que no sea posible, o bien porque en ocasiones es complicado trabajar con todos los afectados, podemos incluir programas individuales que atiendan la restauración en el sentido de hacer frente a las necesidades y los daños de los diferentes afectados.
Pero también si no fuera posible, los operadores jurídicos deben saber que sus decisiones pueden tener enfoque restaurativo, sin hacer una práctica restaurativa, y sin ser facilitadores, pueden en sus resoluciones, adoptar decisiones que promuevan la atención de las necesidades de los afectados y puedan ayudarlos a sanar, siempre dándoles voz y teniendo en cuenta lo que de verdad necesitan y no lo que ellos y ellas como jueces, fiscales...creen que necesitan.
En lo personal la Justicia Restaurativa, es sanar el alma. A parte de hacerse responsables, pedir disculpas y reparar el daño.
ResponderEliminarsi estoy de acuerdo por eso a veces utilizo el kintsugi para explicar lo que implica la justicia restaurativa
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