lunes, 8 de diciembre de 2025

El futuro de la justicia está en la comunidad


 Los valores restaurativos se practican no solo se enseñan. Se construye con actos  como reconocer errores, reparar daños, escuchar con empatía,  crear espacios seguros para visibilizar historias...

domingo, 7 de diciembre de 2025

Humanizar para sanar: la justicia restaurativa como camino de reconstrucción

 

(imagen propiedad de Virginia Domingo)

En la justicia tradicional, la pena se considera el principal medio de reparación para la víctima y para la sociedad. Sin embargo, en la práctica, esta sanción suele ser más simbólica que efectiva; el daño real y las emociones de las personas involucradas apenas se abordan, y nada cambia de manera significativa en sus vidas. A menudo asumimos que las víctimas sienten únicamente odio o rencor, pero olvidamos que, si queremos que puedan sanar, es fundamental ayudarlas a canalizar esos sentimientos negativos de forma constructiva.

Además, el proceso penal tradicional tiende a deshumanizar a las víctimas, presentándolas como meros objetos de un procedimiento. Esta deshumanización se traslada también a los ofensores, quienes terminan cosificando a quienes han sido perjudicados y percibiéndolos como algo abstracto, ajeno o irrelevante.

La Justicia Restaurativa, por el contrario, adopta un enfoque profundamente humanizador. Reconoce y respeta la humanidad de todos los afectados —víctimas, infractores y comunidad—, ofreciendo espacios donde puedan expresar sus emociones, asumir responsabilidades y emprender un proceso de sanación real. En lugar de centrarse únicamente en la sanción, busca reparar relaciones, restaurar confianza y generar cambios significativos en la vida de las personas.

CONCLUSIONES

El análisis evidencia que la justicia tradicional, centrada en la pena, cumple una función simbólica que rara vez genera un cambio real en la vida de víctimas, ofensores o comunidad. Aunque busca reparar el daño de manera formal, el proceso tiende a deshumanizar a todos los involucrados, dejando intactas las emociones, el dolor y las relaciones afectadas. Las víctimas pueden quedar atrapadas en sentimientos negativos sin herramientas para gestionarlos, mientras los ofensores a menudo cosifican a quienes han dañado, perpetuando una desconexión emocional peligrosa.

La Justicia Restaurativa ofrece una alternativa profundamente transformadora: pone en el centro la humanidad de todos los participantes. Al permitir que las víctimas expresen sus emociones y sean escuchadas, y al involucrar a los infractores en la comprensión y reparación del daño, se abre un espacio de sanación auténtica. Este enfoque no solo facilita la gestión de sentimientos como el odio o la frustración, sino que también fomenta la responsabilización, la empatía y la reconstrucción de la confianza.

En definitiva, humanizar los procesos de justicia no significa minimizar el daño ni eximir responsabilidades, sino ofrecer un camino para que el dolor se transforme en aprendizaje, reconciliación y crecimiento. Apostar por la Justicia Restaurativa es creer en la capacidad de las personas para cambiar, reparar y contribuir a una sociedad más justa y compasiva.

viernes, 5 de diciembre de 2025

El poder del cambio: humanidad y transformación en la justicia restaurativa


SOLEMOS PENSAR QUE LA GENTE NO CAMBIA

Cuando hablo de procesos restaurativos, es curioso observar cómo muchas personas reconocen que son algo positivo, pero acto seguido excluyen de ellos a quienes han cometido delitos graves o a los reincidentes. Incluso muchas legislaciones restringen estas prácticas únicamente a adolescentes en conflicto con la ley. Parece existir la idea generalizada de que ciertos infractores no pueden cambiar, de que la reinserción “no funciona”, especialmente para quienes cargan con delitos de mayor gravedad.

Sin embargo, esta visión es demasiado rígida. No todos los infractores estarán listos para modificar su conducta o para abandonar la carrera delictiva, pero muchos sí tienen la voluntad de hacerlo. Y con un acompañamiento serio, humano y exigente esa voluntad puede fortalecerse enormemente. La Justicia Restaurativa puede ser una herramienta decisiva en este proceso porque obliga a los infractores a enfrentarse a sus actos, a escuchar de manera directa cómo sus decisiones han herido a personas reales, de carne y hueso.

Para muchos, este momento puede convertirse en un punto de inflexión. No debemos olvidar que muchos infractores minimizan sus actos o los justifican pensando que “no fue para tanto”. Escuchar la voz de la víctima y comprender el impacto real de lo ocurrido puede despertar una reflexión profunda e incluso un deseo sincero de cambio. Y aunque no se realice un encuentro directo, los programas restaurativos individuales también ofrecen un espacio poderoso para revisar la propia vida, asumir responsabilidades y decidir actuar de otra manera. Ese es el verdadero potencial de la Justicia Restaurativa: siempre deja abierta una puerta para hacer lo correcto.

jueves, 4 de diciembre de 2025

La comunidad como motor del cambio restaurativo

 


La frase “La fuerza de la justicia restaurativa está en su capacidad de movilizar a la comunidad y convertir la implicación social en una herramienta de cambio profundo” pone el foco en un aspecto esencial de la justicia restaurativa: su naturaleza colectiva. A diferencia de los sistemas tradicionales, que suelen delegar la gestión del daño exclusivamente en instituciones formales, la justicia restaurativa reconoce que la comunidad no es un simple escenario donde ocurren los hechos, sino un agente activo que puede sanar, prevenir y transformar.

Cuando la comunidad se implica, se reconstruyen vínculos, se fortalece la responsabilidad compartida y se abre espacio a una reflexión conjunta sobre las causas del daño. Esa participación no solo repara lo ocurrido, sino que modifica las dinámicas que podrían haber permitido el delito o el conflicto. Por eso la justicia restaurativa no se limita a intervenir después del daño, sino que contribuye a generar estructuras más saludables y resilientes.

Además, esta movilización comunitaria empodera a las personas: les permite sentirse parte de la solución y no únicamente espectadoras del problema. La implicación social se convierte así en un recurso que se renueva, porque cuanto más participa la comunidad, más conciencia genera, y cuanto más consciente es, más capacidad tiene de sostener cambios duraderos

CONCLUSIONES

La justicia restaurativa demuestra que la verdadera transformación solo es posible cuando la comunidad deja de ser un espacio pasivo y asume un papel activo en la resolución del daño. Cuando las personas se sienten interpeladas y deciden implicarse, recuperan la capacidad de influir en su propio entorno, de reconstruir relaciones y de fortalecer la cohesión social. Esta participación no solo contribuye a resolver un conflicto concreto, sino que genera aprendizajes colectivos que perduran y se transmiten.

Además, la movilización comunitaria convierte la responsabilidad en un valor compartido. El delito o el daño ya no se perciben como un problema aislado entre dos partes, sino como un fenómeno que afecta a todos y que, por tanto, requiere respuestas colectivas. Este enfoque abre la puerta a cambios más profundos, porque no se limita a poner parches, sino que se adentra en las causas, en las dinámicas y en los vínculos que sostienen la vida en común.

En definitiva, la fuerza de la justicia restaurativa reside en este movimiento social que promueve: una comunidad que se implica, que se escucha y que se compromete tiene la capacidad de transformar no solo los conflictos, sino también la manera de convivir. Cuando la implicación social se convierte en acción, la justicia deja de ser un trámite y pasa a ser un proceso de cambio real y duradero.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Justicia restaurativa y terrorismo: el difícil camino hacia la responsabilización


 INTRODUCCIÓN

"Quiero hablar con las víctimas del 13N": uno de los terroristas de la sala Bataclan apela a la "justicia restaurativa" en el décimo aniversario del atentado

La petición de Salah Abdeslam divide a Francia, entre quienes la ven como un intento de redención y quienes la consideran una forma de "trivializar el terrorismo". La abogada Olivia Ronen, que explicó así la supuesta transformación de Abdeslam entre rejas: "Se trata de una persona que está intentando acceder a la educación y que, además, pidió disculpas a las partes civiles durante el juicio, algo bastante inusual (...) Él podría explicar la situación y abrir una puerta a las víctimas, si así lo desean".

Hace unos días podían leerse en medios franceses que uno de los terroristas del 13 de noviembre estaría dispuesto a participar en justicia restaurativa. Y después hemos podido verla en el mundo, a este periódico corresponde el extracto de la noticia con la que he comenzado.

Es curioso porque entiendo que esto haya dividido a la sociedad francesa más que nada porque no es está enfocando bien la justicia restaurativa. Precisamente por eso suelo ser tan crítica con las malas prácticas, con la falta de formación adecuada y con que los medios den voz de manera frecuente a personas no expertas.  Parece que solo si eres juez, político, catedrático sabes de lo que hablas y la realidad es que solo los verdaderos “artesanos” de la justicia restaurativa conocen sus posibilidades y beneficios. Y es que cuando no se traslada al público de forma correcta que implica la justicia restaurativa, corremos el riesgo de lo que está pasando: su banalización y sobre todo su desnaturalización.

JUSTICIA RESTAURATIVA EN DELITOS GRAVES COMO LOS DE TERRORISMO

Un superviviente de los atentados de Charlie Hebdo ha criticado esta justicia restaurativa porque opina que no serviría para delitos de terrorismo. Es normal que algunas víctimas opinen esto sobre todo si nos fijamos en cómo la abogada del terrorista ha transmitido la voluntad de su cliente. Habla de que estaría dispuesto, que incluso ha pedido perdón, que está intentando educarse y que así podría explicar la situación…. Parece una broma, lo que transmite la abogada, quizá por desconocimiento o por ideas erróneas sobre lo que es la justicia restaurativa desde luego no trabajamos bajo estas premisas. Continuar leyendo: lawandtrends

martes, 2 de diciembre de 2025

Empoderar para sanar, la fuerza transformadora de la justicia restaurativa


 INTRODUCCIÓN

El empoderamiento es algo positivo y constructivo. Vivimos en un mundo en el que casi todo es gestionado por personas ajenas a nosotros, el estado y las instituciones nos tratan muy a menudo como casi incapaces…un ejemplo: si tenemos un problema acudimos al juzgado y una vez lo hacemos, todo se gestiona por profesionales en un proceso en el que tenemos poco o nada que decir, cualquier profesional sabe lo que nos conviene, o parece saberlo, mejor que nosotros mismos. El punto de pérdida de poder llega al límite cuando el estado en una defensa desmedida de las víctimas de los delitos, pasa a convertirse en la víctima principal del delito, despojando a las víctimas reales de cualquier oportunidad de decidir, expresar su opinión y/o necesidades. Es lo que Nils Christie aseveró cuando dijo que el estado se apropiaba del conflicto y del delito. Quizá no se quiso hacer de forma abusiva, sino que en un intento de defender a las personas más vulnerables, sin embargo, esto quedó desvirtuado al erigirse el estado en dueño absoluto del delito y de lo que ocurra durante el proceso penal, sin tener en consideración que el delito afectó a una persona de una manera traumática.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Romper Etiquetas para sanar: la fuerza humana de la justicia restaurativa

 


TENEMOS TENDENCIA  A PREJUZGAR

Siempre tenemos tendencia a juzgar a los demás. Prejuzgamos la forma de vestir, de comportarse, y a partir de ahí establecemos quiénes son “los buenos” y quiénes son “los malos o equivocados”. Lo mismo ocurre con los infractores: cuando alguien comete un delito, nos resulta más sencillo pensar que se trata de un monstruo y que, por tanto, su lugar es la cárcel, separados y aislados de “los demás”, es decir, de nosotros, que nos vemos como “los buenos”.

Sin embargo, la realidad es que los infractores son personas como nosotros, y en muchas ocasiones tenemos más en común con ellos de lo que pensamos. Como decía Nils Christie, incluso podemos ver reflejada parte de nuestra historia en la suya. Esto no significa eximir de responsabilidades, justificar los delitos ni minimizar hechos graves. Significa, simplemente, romper con el intento habitual de trazar una línea divisoria entre “los otros de allá”, los supuestos seres irrecuperables, y “nosotros aquí”, los buenos, libres de cualquier posible vinculación con el mundo del delito.

EL SISTEMA AISLA Y ESTIGMATIZA

El sistema penal nos enseña a aislar, separar y estigmatizar. Con esta lógica, se causa un daño similar al que ocasionaron los propios infractores, creyendo que así las víctimas se sentirán mejor y que “daño por daño” proporciona algún tipo de alivio. Sin embargo, aunque las víctimas necesitan afrontar y procesar los daños sufridos, una de las formas más valiosas para hacerlo es recibir apoyo para ello de quien causó ese daño.

El infractor debe tener la oportunidad —y responsabilidad— de participar activamente en la reparación, compensación o mitigación del daño que provocó. No se trata de suavizar su responsabilidad, sino de permitirle asumirla de manera constructiva.

NECESIDAD DE LA OPORTUNIDAD DE ENTENDER EL DAÑO

Gracias a este enfoque, los infractores pueden verse primero como los seres humanos que son, y no como los monstruos sin recuperación posible que a menudo retrata el sistema penal. Al mismo tiempo, las víctimas pueden encontrar cierta tranquilidad al descubrir que, lejos de ser demonios, quienes les hicieron daño son personas capaces de reconocerlo y de aprovechar la oportunidad que ofrece la Justicia Restaurativa para hacer lo correcto.

Frente a un sistema tradicional marcado por el estigma y la retribución, la Justicia Restaurativa actúa como un puente: une islas, reduce las barreras que deshumanizan y contribuye a construir una sociedad más pacífica, más segura y con mayor confianza entre sus miembros.

CONCLUSIONES

Este texto nos recuerda que, detrás de cada juicio rápido y de cada etiqueta que colocamos sobre los demás, suele haber más miedo que verdad. La tendencia a dividir el mundo entre “buenos” y “malos” nos da una falsa sensación de seguridad, pero también nos aleja de nuestra propia humanidad. Los infractores, lejos de ser monstruos ajenos a la sociedad, son personas que comparten nuestras mismas fragilidades, historias rotas y posibilidades de cambio. Reconocerlo no significa justificar el daño, sino abrir la puerta a una comprensión más profunda de lo que significa ser humano.

El sistema penal, con su lógica de aislamiento y castigo, refuerza la separación y provoca heridas que no solo sufren los infractores, sino también las víctimas, que a menudo quedan atrapadas en un proceso que no les permite sanar de verdad. Pensar que el dolor se alivia con más dolor es una ilusión que perpetúa el sufrimiento. Las víctimas necesitan algo más: necesitan ser escuchadas, acompañadas y tener la oportunidad de recibir respuestas y reparación por parte de quien les dañó.

Aquí es donde la Justicia Restaurativa emerge como un camino esperanzador. Este enfoque nos invita a mirar más allá de las etiquetas y a reconocer que incluso quienes erraron pueden asumir su responsabilidad y hacer algo significativo para reparar el daño. Cuando se ofrece esta oportunidad, las víctimas pueden sentir un alivio real al ver que el otro no es un demonio, sino una persona capaz de actuar con humanidad. Y los infractores, al ser tratados como seres humanos en proceso de cambio, pueden redescubrir su propia dignidad y emprender un camino distinto.

Dentro de este marco, la Justicia Restaurativa se convierte en un puente que une orillas que parecían imposibles de conectar: la del dolor y la del reconocimiento, la del daño y la de la reparación, la de la separación y la de la comunidad. Al derribar estigmas y permitir encuentros significativos, este enfoque contribuye a una sociedad más pacífica, más segura y, sobre todo, más consciente de la fuerza transformadora que reside en cada uno de sus miembros.

En última instancia, apostar por lo restaurativo es apostar por la esperanza: la esperanza de que nadie está definido para siempre por sus peores actos, y de que una comunidad que acompaña, comprende y repara es capaz de sanar sus heridas y construir un futuro más humano.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Cuando la justicia intenta sanar y reparar


 LOS FINALES FELICES

Me gustan los “finales felices”, sí, lo reconozco, me gustan las películas y los libros en los que los “buenos” tienen su recompensa y los “malos” reciben su castigo. Este sentimiento es muy humano y nos hace sentir seguros y tranquilos. Y es realmente a lo que nos han acostumbrado, desde que tengo uso de razón, los cuentos, las películas....todo gira en torno a esta ley "natural", el bueno es feliz...el malo, no.  Esto, sin duda, es la justicia retributiva y aparentemente nos hace felices, y nos hace incluso equiparar justicia, a castigo. Sin embargo, a la gente buena, le pasan cosas malas, sufren y en ocasiones se convierten en víctimas. Y la gente buena también puede causar daño y mucho sufrimiento. Y además, por mucho que intentemos castigar al culpable para satisfacer esta necesidad retributiva, que es casi una obsesión, una vez más la víctima queda relegada y olvidada y vuelve una y otra vez a recordar que fue víctima y que sigue sintiéndose una víctima y no solo del infractor sino del sistema, en general.

Me explico, el juicio deja un sabor amargo a la víctima, y es que con esta obsesión del sistema de justicia penal porque se cumpla la ley, porque el infractor reciba su castigo y si es ejemplar, mejor, no nos damos cuenta de qué necesita, qué quiere o qué desea realmente la víctima o qué estaba pasando con esta persona que causó el daño....

viernes, 28 de noviembre de 2025

Dos miradas, un camino : La justicia restaurativa como puente entre las normas y la vida


 INTRODUCCIÓN

Se habla de Justicia Restaurativa en diferentes ámbitos, aunque el más conocido es en el penal. Para entender un poco más estas diferentes perspectivas de la Justicia Restaurativa creo conveniente intentar desgranar qué es o como percibimos la justicia (digo, intentar porque realmente la "empresa" de definir qué es Justicia es complicada). Muchas personas a la Justicia Restaurativa en el ámbito no penal, lo llaman prácticas restaurativas, yo creo que no hay mucha diferencia puesto que estoy convencida,  que el elemento justicia debe ser esencial, y en todos los aspectos de nuestra vida, por ejemplo, tanto si hemos sufrido un delito como si actuamos dentro de la escuela, intentamos ser justos y aspiramos a conseguir justicia.

DOS FORMAS DE ENTENDER LA JUSTICIA

Justicia, desde un punto de vista cultural y pensando en un concepto general se basa en un consenso amplio en los individuos de la comunidad acerca de lo que es bueno y lo malo. Nuestra forma de comportarnos, de actuar, en general de vivir en cualquiera de nuestros ámbitos de la vida: lugar de trabajo, colegio, vecindario, familia…debe guiarse hacia el eje-valor de la justicia. 

Por el contrario, justicia desde un punto de vista formal pensando en un concepto estricto, son un conjunto de disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y profesionales y tratan de ser totalmente imparciales y neutrales con respecto a los miembros de la comunidad y los conflictos que surjan entre ellos y lleguen a los tribunales.

jueves, 27 de noviembre de 2025

Cuando el infractor se mira al espejo: motivaciones y verdades de la justicia restaurativa

 


MOTIVOS DEL INFRACTOR PARA PARTICIPAR EN UN PROCESO RESTAURATIVO

La gente suele preguntarme sobre la sinceridad y los motivos de los infractores para participar en un encuentro restaurativo. ¿por qué ? Porque piensan que estos encuentros puede ser una válvula de escape sencilla para muchos y así eludir las consecuencias jurídicas de sus actos. Bueno, en primer lugar valorar la sinceridad de un acto es complicado pero si hay indicios de esto, porque los encuentros restaurativos son totalmente voluntarios y el infractor para participar debe reconocer al menos en parte su participación en el hecho delictivo ( eso es radicalmente diferente de la justicia tradicional que en lugar de fomentar la asunción de responsabilidad, lo que hace es facilitar la negación del delito, o su justificación), esto ya para muchos infractores puede resultarles complicado y ponerles en un dilema. Por eso, los que acceden es más probable que lo hagan por voluntad propia y guiados sino por su sincero arrepentimiento si, por cierta curiosidad o dudas sobre la víctima, ya que muchos no las ven como seres humanos, separan el acto delictivo de la persona que lo sufren y tienen tendencia a pensar que no dañaron a una persona

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa: más allá de la moda, un compromiso con la preparación, las buenas prácticas y la autenticidad


 INTRODUCCIÓN

En uno de los últimos cursos de formación que he asistido decía Barb Toews: “en la actualidad hay programas no restaurativos que son excelentes pero también los hay restaurativos que no son buenos o que directamente no son restaurativos”

Esto es evidente en nuestros días, actualmente la justicia restaurativa está de moda, parece que cualquiera que haya leído un poco puede dar formación  y se presume de calidad especialmente si los que lo imparten son políticos o expolíticos, jueces, profesores de Universidad etc.…Pero lo peor es que además hay personas que se lanzan a hacer intervenciones restaurativas que dejan mucho que desear.

En un periódico que se edita dentro de la cárcel de Burgos salió una noticia de un círculo restaurativo entre un privado de libertad que estaba de permiso y familiares de víctimas de las drogas. Lo leí con mucho detenimiento porque realmente me parece una intervención complicada que requiere de mucha preparación y sobre todo,  tener claro los objetivos que se pretenden conseguir, de hecho, solo un círculo ni siquiera creo que sea suficiente para lograrlos. Sin embargo, cuando leí el artículo sobre esta intervención restaurativa es cuando me di cuenta de que las prácticas tampoco se están enfocando bien o al menos nos estamos olvidando de los verdaderos objetivos de la justicia restaurativa.

LA PREPARACION DE LAS PERSONAS QUE VAN A PARTICIPAR EN JUSTICIA RESTAURATIVA ES ESENCIAL

En primer lugar hay que recordar que la justicia restaurativa no es mágica, lleva tiempo y antes de iniciar un círculo o cualquier otra práctica es necesario la preparación de las personas que van a tomar parte. Es imprescindible hacer esto para entender la historia de cada participante, sus necesidades y expectativas y valorar qué tan bueno sería este encuentro conjunto.  Porque lo que muestran determinadas películas como la francesa “las dos caras de la justicia” no es lo que debe suceder en la realidad, si llevamos a personas a un circulo no debería existir este enfado en ciertas víctimas que muestra la película, este grado tan intenso de reproche no puede darse si de verdad queremos que la práctica,  en este caso de círculo funcione. Y por eso, es necesario preparar a los posibles participantes,  de esta manera vamos a poder  estar seguros de que el circulo será adecuado para las víctimas, y  entenderemos que esperar de este proceso. Continuar leyendo: lawandtrends

martes, 25 de noviembre de 2025

Entre el Daño y la Esperanza: El sentido profundo de lo restaurativo


 INTRODUCCIÓN 

Cuando oímos la palabra delito, y más si es grave, enseguida nos viene a la mente el daño que se haya producido como consecuencia de este hecho delictivo. El ser humano, por lo general, sí tenemos de forma natural, cierto grado de empatía, que nos hace ponernos en el lugar del que sufrió el delito. Sin embargo, esta naturalidad que surge en el primer instante, se evapora con la publicidad que los medios de comunicación hacen del delito y con la forma de abordarlo, que tienen los operadores jurídicos y en general el sistema. El delito se convierte exclusivamente en una acción u omisión tipificada en las leyes como tal. Así el código penal español, dice que son delitos y faltas las acciones y omisiones dolosas e imprudentes penadas por la ley. En la definición de delito por las leyes, se echa en falta precisamente algo de humanidad. El daño debería ser central así como la violación que produce de las relaciones entre los miembros de la comunidad. Tal parece que el delito sea causar un daño al estado, que es el que ha creado el catálogo de delitos.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa como movimiento social


Una comunidad que interviene es una comunidad que transforma. La justicia restaurativa convierte ese compromiso colectivo en un motor de cambio social real porque reconoce que la convivencia no depende solo de instituciones externas, sino de la capacidad de las personas para implicarse, escuchar y reconstruir vínculos. Cuando una comunidad decide no permanecer pasiva ante el daño o el conflicto, comienza a generar un espacio donde cada voz cuenta, cada gesto importa y cada acción compartida abre la puerta a nuevas formas de relación.

La intervención comunitaria bajo un enfoque restaurativo no se limita a resolver incidentes específicos: impulsa un cambio cultural. Las personas dejan de verse como observadoras para convertirse en agentes activos capaces de promover diálogo, reparar fracturas y fortalecer la cohesión social. En este proceso, la justicia restaurativa actúa como catalizador: orienta, sostiene y canaliza esa energía colectiva hacia prácticas que fomentan la responsabilidad, la empatía y el apoyo mutuo.

Cuando una comunidad se compromete, deja de reproducir la lógica de la indiferencia y comienza a construir un entorno más humano y consciente. Cada intervención, por pequeña que parezca, suma a un proceso más amplio de transformación social. Por eso, una comunidad que interviene no solo resuelve conflictos: se reinventa a sí misma, se fortalece y demuestra que el cambio es posible cuando se construye entre todos.

domingo, 23 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa: una intervención a medida

 


DIFERENTES PRÁCTICAS RESTAURATIVAS

No hay una práctica o metodología  restaurativa única, a pesar que en muchos países piensan que la reunión víctima -infractor (mal llamada mediación penal), es la única herramienta, lo ideal es utilizar la  que mejor se adapte a las necesidades de cada caso, y así poder abordar el delito de una manera más eficaz, al incluir a otros indirectamente afectados por el delito. Esto es importante, por cuanto así no dejamos fuera determinados delitos, ni tampoco a determinadas víctimas. ¿Por qué? Si hablamos de delitos de peligro como por ejemplo tráfico de drogas o conducción bajo los efectos del alcohol, no hay generalmente una víctima concreta a la que reparar el daño, y de ahí, que para muchos la mediación penal quede excluida porque por definición es una reunión víctima e infractor. Es más soy partidaria de que quizá sea mejor hablar de encuentros o reuniones restaurativas porque así podemos dar nuestro propio toque restaurativo al encuentro que vayamos a celebrar, acaso no estamos con una "justicia viva", ¿por qué no buscar un encuentro a medida para las personas, si precisamente buscamos eso: la humanización de la justicia?, siempre que nos basemos en los principios y valores básicos de esta justicia, estaremos seguros de que si estamos siendo restaurativos. Pero obviamente para esto, es necesario conocer cada una de las herramientas de esta justicia su funcionamiento y características porque solo sabiendo cada una de ellas cobrará sentido la flexibilidad.

¿POR QUÉ FLEXIBILIDAD?

Claramente la mediación penal o mejor reunión víctima ofensor  es una herramienta de la Justicia Restaurativa, pero no puede hacer frente a todos los casos, con lo que regular exclusivamente ésta, iría en contra del principio de igualdad pues dejaría determinados delitos fuera y lo peor que a algunas víctimas y algunas infractores les negaría la posibilidad, tanto de participar en un proceso restaurativo sanador ( víctima indirecta) como de dar la oportunidad a alguien que hizo mal, de reparar el daño aunque sea de forma simbólica. Esto generaría al igual que ocurre con la justicia tradicional una profunda insatisfacción en ciertas víctimas e infractores, que verán como tienen menos posibilidades de recuperarse del delito y de poder abandonar la carrera delictiva por el simple hecho de haber cometido un delito y no otro o lo que es peor por ser víctima indirecta de un determinado delito o porque aunque sufra con el dolor de la víctima, ella no es reconocida como tal.

¿Cuándo es conveniente una herramienta restaurativa u otra? ¿Cuándo mediación penal o por ejemplo conferencias restaurativas?

Es el proceso restaurativo el que se debe adaptar a las personas, víctima e infractor por eso dependerá del delito y de las partes. Habrá que valorar la clase de delito, quienes han resultado afectados por el delito tanto directa como indirectamente, cómo desean ser reparados ( si es que quieren) o si la reparación puede ser simbólica en beneficio de la comunidad en general y la disposición del infractor.

CONCLUSIONES

La justicia restaurativa no se limita a una única herramienta; su fuerza reside en la flexibilidad para adaptarse a cada caso y a las personas afectadas. No todos los delitos ni todas las víctimas pueden abordarse mediante la reunión víctima persona ofensora, por lo que es fundamental conocer y aplicar diversas prácticas restaurativas según las necesidades concretas de cada situación.

El enfoque restaurativo busca humanizar la justicia, ofreciendo a víctimas e infractores la oportunidad de participar en procesos que favorezcan la reparación, incluso cuando esta sea simbólica, y reconociendo tanto a las víctimas directas como a las indirectas. Así, se fomenta la equidad, la empatía y la posibilidad de transformación personal y comunitaria.

En definitiva, la justicia restaurativa no es un conjunto rígido de procedimientos, sino un camino vivo que se construye a medida, basado en principios de respeto, participación y reparación. Su verdadero valor está en la capacidad de escuchar, adaptar y crear intervenciones que realmente sanen, empoderen y conecten a quienes han sido afectados por el delito

"La justicia restaurativa no es un procedimiento rígido, sino un camino vivo que se adapta a las personas y al delito, ofreciendo reparación, reconocimiento y transformación tanto a víctimas como a infractores."


viernes, 21 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa como movimiento social


 (imagen propiedad de Virginia Domingo, inspirada en Maire Dugan)

La justicia restaurativa se ha consolidado como un movimiento social que trasciende el ámbito jurídico para convertirse en una propuesta de transformación comunitaria y cultural. Busca no solo responder al daño causado por un delito, sino también involucrar activamente a víctimas, agresores y comunidades en procesos de diálogo, reparación y aprendizaje mutuo. Como movimiento social, promueve valores como la responsabilidad, la empatía y la solidaridad, cuestionando modelos punitivos tradicionales y fomentando una cultura de convivencia más justa. En este sentido, la justicia restaurativa no es solo un mecanismo legal, sino un motor de cambio social que impulsa a la comunidad a reconocerse, cuidarse y empoderarse colectivamente.

jueves, 20 de noviembre de 2025

Cada víctima es diferente y sus necesidades también


 INTRODUCCIÓN

Los que nos dedicamos a la Justicia Restaurativa a veces tenemos tendencia prejuzgar sin querer, por ejemplo, cuando recibimos un caso, muchas ocasiones casi sin querer tenemos tendencia a pensar; si va a ser algo fácil o si va a ser complicado, y la realidad es que aunque sea un delito similar a otro cada asunto es un mundo y es diferente, igual que cada persona es distinta de otra. Otro ejemplo, de lo que hablo , es si una víctima tiene deseos de venganza o por ejemplo, rehúsa participar en un proceso de justicia restaurativa. Sin embargo, no hay víctimas "buenas" y "malas". Dicho esto, lo lógico y lo normal tras sufrir un delito es tener estos sentimientos negativos, que más bien son sentimientos lógicos y normales en los seres humanos.  Todas merecen nuestro reconocimiento y nuestra atención. Por eso, está claro que estos sentimientos negativos son algo normal, sin embargo, para muchas víctimas solo el poder despojarse de ellos, va a suponer un paso hacia la recuperación o curación de sus heridas. Me explico partiendo de estos sentimientos, su "liberación " como víctima puede venir por la transformación de estos, en otros positivos  y constructivos, pero siempre dando por hecho que la idea de ira, venganza, humillación es algo lógico y normal y que por otro lado, no hace de las víctimas, monstruos, sino todo lo contrario, las hace más humanas. 

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa como filosofía de vida


La justicia restaurativa ha evolucionado más allá de ser una mera práctica judicial para convertirse en un movimiento social y un paradigma transformador de justicia. Propone un cambio profundo en la manera de comprender el daño, la responsabilidad y la reparación, situando en el centro a las personas y las relaciones. Frente a la lógica punitiva tradicional, este enfoque promueve la participación activa, el diálogo y la corresponsabilidad, buscando no solo resolver conflictos, sino fortalecer el tejido social. Sin embargo, su verdadera fuerza reside en asumirla no solo como un modelo de intervención, sino como una auténtica filosofía de vida, que invita a vivir desde la empatía, el respeto y la conciencia del impacto que cada una de nuestras acciones tiene sobre los demás y sobre la comunidad.
 

martes, 18 de noviembre de 2025

El camino restaurativo hacia el cambio

(imagen propiedad de Virginia Domingo)

La imagen sintetiza de forma clara el recorrido que muchas personas transitan cuando se enfrentan al desafío de asumir responsabilidad por un daño causado. Todo proceso restaurativo comienza con un acto fundamental: hablar sobre lo sucedido. Nombrar los hechos con honestidad abre la posibilidad de comprenderlos y, al mismo tiempo, de iniciar un camino de transformación personal.

Un segundo paso consiste en reconocer el dolor generado. Este gesto implica mirar más allá de la propia perspectiva para entender el impacto real de las acciones en otras personas. Unido a ello surge la necesidad de no justificar lo ocurrido, dejando de lado explicaciones que minimicen o nieguen la responsabilidad. Esta combinación de reconocimiento y honestidad es la base de cualquier proceso restaurativo auténtico.

La imagen también señala un elemento clave: encontrar un nuevo yo. Este proceso no se vive en soledad, sino en diálogo con uno mismo, con la familia y, cuando es posible, con la persona afectada. La justicia restaurativa recuerda que la reparación no es solo individual, sino relacional; se trata de reconstruir vínculos, restablecer confianza y recuperar la dignidad de todas las partes involucradas.

Finalmente, el recorrido culmina con la generación de compromisos que evidencian el deseo de cambiar. Estos compromisos no son meras promesas, sino acciones concretas que orientan a la persona hacia un futuro diferente. A través de ellos, el proceso restaurativo adquiere forma, credibilidad y sentido.

En conjunto, la imagen refleja un camino que va más allá del perdón y la disculpa: muestra una manera de comprender el daño, asumir responsabilidad y construir oportunidades de crecimiento. Un camino que, cuando se transita con sinceridad, puede transformar a las personas y fortalecer la comunidad.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Semana Internacional de la justicia restaurativa

 


En la Semana Internacional de la Justicia Restaurativa celebramos la oportunidad de detenernos, mirar de frente nuestras comunidades y reconocer que solo a través del diálogo, la responsabilidad compartida y la conexión humana podemos construir espacios más seguros y esperanzadores. Esta semana nos recuerda que cada intervención restaurativa  tiene el potencial de transformar, que cada historia merece ser escuchada y que una convivencia más justa es posible cuando apostamos por relaciones fuertes, por la dignidad de todas las personas y por prácticas que ponen en el centro el cuidado mutuo. El futuro de la justicia restaurativa no está en el ámbito penal sino en la comunidad. Y para concluir por la semana internacional de la justicia restaurativa pediría que los mediadores dejen de pensar que son por ciencia infusa expertos en justicia restaurativa y que deje de existir intrusismo profesional, que haya más responsabilidad y ética y menos "pelotas" que aplauden todo aun sabiendo que se hacen malas prácticas.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Justicia restaurativa: el elemento justicia como brújula


 EL ELEMENTO JUSTICIA 

Es fundamental no perder la dimensión de justicia dentro de los enfoques restaurativos. Más que transformar la justicia, se trata —como señala Howard Zehr— de mirarla a través de un lente diferente, uno que nos permita enfocarnos en los seres humanos afectados por el delito y en cómo el daño fractura las relaciones entre los miembros de la comunidad.

Inspirándome en las reflexiones de Paulo Freire y Martin Buber, considero que deberíamos comprender la justicia en torno a lo que significa ser verdaderamente humanos:

Una justicia que se identifica con honrar el valor inherente de todas las personas y que se expresa a través de las relaciones.”

Estos dos conceptos —honor y relaciones— constituyen la aguja de la brújula que orienta a quienes defendemos y practicamos la Justicia Restaurativa.

En El pequeño libro de la Justicia Restaurativa, Howard Zehr nos muestra que el núcleo de este paradigma radica precisamente en esos dos ejes: reconocer la dignidad de las personas y reconstruir los vínculos rotos por el daño.

El sistema de justicia tradicional tiende a convertir a quienes causaron daño en objetos de intervención, sujetos pasivos sobre los que se actúa. Al mismo tiempo, las víctimas son omitidas, como si no tuvieran necesidades relevantes o voz propia. En contraste, la Justicia Restaurativa reconoce que el daño es causado por seres humanos y hacia seres humanos, y que solo a través del reconocimiento mutuo puede comenzar la reparación real.

viernes, 14 de noviembre de 2025

El primer contacto con las personas en justicia restaurativa

 


EL PRIMER CONTACTO CON LAS PERSONAS

Uno de los aspectos más complejos en la práctica restaurativa es cómo conectar con las personas para que acepten participar en la primera reunión. Ese primer contacto —ya sea por carta o por teléfono— suele ser un momento delicado. A pesar de los años que lleva funcionando el servicio de Justicia Restaurativa, muchas víctimas aún desconocen su existencia, y la invitación a participar en un proceso restaurativo suele resultarles algo extraño o demasiado novedoso.

Surgen entonces varias preguntas:

¿Cuál es el momento más adecuado para comunicarse con la víctima o con el infractor? Si el delito es reciente, lo más probable es que la reacción inicial de la víctima sea una negativa rotunda. No obstante, el paso del tiempo suele suavizar las emociones más intensas —la ira, la humillación o el deseo de venganza—, abriendo espacio para la reflexión.

Y otra cuestión igualmente importante es: ¿qué decir en ese primer contacto? La experiencia demuestra que lo esencial es comunicar con sencillez y calidez, ofreciendo la información necesaria para que ambas partes acepten asistir a una primera reunión. El teléfono es un medio frío, y explicar el proceso en detalle puede resultar confuso o abrumador.

El objetivo no es “convencer” ni “vender” una idea. Somos facilitadores, no comerciales. Nuestro papel es abrir un espacio de encuentro, donde las personas puedan reflexionar sobre las consecuencias del hecho y su implicación en el futuro. A veces, lo más sabio es simplemente sembrar la idea y dejar que madure. La reflexión necesita tiempo, silencio y respeto.

jueves, 13 de noviembre de 2025

La asunción de responsabilidad, comprender el daño en justicia restaurativa

 


ASUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD 

El objetivo de la Justicia Restaurativa no es, en sí mismo, reducir la reincidencia; sin embargo, este suele ser uno de sus efectos más evidentes. La razón está en que estos procesos fomentan en el infractor la asunción de responsabilidad por el daño causado.

A diferencia de la justicia tradicional —donde rara vez existe un espacio real y sincero para asumir la responsabilidad—, la Justicia Restaurativa la concibe no como una excepción, sino como algo natural y lógico: quien hace daño debe hacer lo correcto para enmendarlo.

Ahora bien, cabe preguntarse: ¿Qué implica realmente esta responsabilidad dentro de la Justicia Restaurativa?

Asumir la responsabilidad significa entender el contexto, es decir, comprender los hechos no de manera aislada, sino en relación con sus causas, consecuencias y con las personas involucradas.

Este punto es crucial, porque con frecuencia se confunden los procesos restaurativos con simples ejercicios de pedir perdón. Pero no se puede exigir una disculpa verdadera sin una comprensión profunda del daño causado.

¿Cómo puede un infractor escribir una carta de de disculpa sin haber entendido la magnitud del sufrimiento que provocó?

¿Cómo puede, recién juzgado y señalado, enfocar su atención en la víctima si él mismo se siente el blanco de la condena pública y del sistema penal?

La responsabilización auténtica no surge de la imposición ni del castigo, sino de la comprensión consciente del daño y del impacto humano del delito.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Responsabilidad y rigor en la formación para una justicia restaurativa auténtica


 INTRODUCCIÓN

Acabo de ver una noticia en la que se hablaba de la nueva edición del curso  de formación en atención psicológica a víctimas del delito del Consejo General de la psicología en España. Parece ser un curso que se hace de forma cíclica  y que está dirigido no solo a psicólogos, sino expertos en intervención con víctimas y representantes del ámbito judicial y ministerial.

Hasta aquí todo correcto si no fuera porque se impartió un taller de justicia restaurativa por una persona , encargada de justicia restaurativa por el ministerio de interior que no cuenta con la formación adecuada en justicia restaurativa, porque haber trabajado en medidas alternativas etc. no te infunde por arte de magia conocimientos restaurativos, ni por ser juez, ni por ser político pro justicia restaurativa…. Una vez más se está dando formación especializada por personas que no la tienen y esto está contribuyendo a perpetuar que realmente no se conozca lo que esta justicia supone e implica.  Pero además me pregunto si realmente se está dando a entender que la justicia restaurativa es terapia o que como suele ocurrir se piensa que solo los psicólogos están capacitados para hacer justicia restaurativa.

Lo que sucede en España no ocurre en otros lugares, por ejemplo acabo de regresar del XX Congreso mundial de mediación en Hermosillo, México y allí había jueces, fiscales, mediadores, facilitadores y todos con la idea de adquirir más conocimientos no pensando que por ser jueces o fiscales o funcionarios públicos ya están dotados per se de los conocimientos suficientes Continuar leyendo en : lawandtrends

martes, 11 de noviembre de 2025

La voz de las víctimas: hacia una justicia que sana

 


LAS VÍCTIMAS EN EL PROCESO PENAL

Con frecuencia, especialmente quienes ejercemos el Derecho, creemos saber con certeza qué necesitan las víctimas o qué es lo mejor para ellas, sobre todo cuando han sufrido un delito grave. Sin embargo, esta seguridad a menudo proviene de una mirada externa, que no siempre alcanza a comprender la verdadera dimensión del dolor y las necesidades de quien ha sido vulnerado.

Cuando se habla de Justicia Restaurativa, no es raro encontrar resistencia en quienes nunca han vivido la experiencia de ser víctimas. Nos justificamos diciendo que la naturaleza humana es punitiva, pero lo cierto es que las víctimas suelen ser menos punitivas de lo que pensamos. Conozco casos de personas que han decidido participar en un proceso restaurativo, aunque su entorno no lo comprendiera. Y es que, aunque puedan parecer frágiles o confundidas, las víctimas son quienes mejor saben qué necesitan y qué esperan de la justicia para comenzar su camino hacia la sanación después del delito.

Por eso, castigar al infractor nunca es suficiente. La verdadera justicia exige acompañar a las víctimas en sus momentos de mayor vulnerabilidad, estar presentes, escucharlas y ofrecerles apoyo tanto emocional como práctico. Solo así pueden encontrar fortaleza en la solidaridad y recuperar la confianza en los demás.

Casi todas las víctimas coinciden en una expectativa esencial: ser tratadas con respeto. Desean que quienes intervienen en el sistema judicial las miren no como simples testigos o piezas de un proceso, sino como personas que merecen comprensión, atención y dignidad. También anhelan tener información clara y confiable sobre el delito, el infractor y las decisiones que los tribunales adopten. Sentirse informadas es, para ellas, una forma de recuperar el control perdido.

lunes, 10 de noviembre de 2025

La justicia restaurativa y la reconexión con la comunidad


 INTRODUCCIÓN

Hace unos días hablaba sobre los valores necesarios para construir una justicia penal más restaurativa. Señalaba que esta justicia es mucho más que la realización de encuentros restaurativos: cuando estos pueden llevarse a cabo, son además de muy eficaces, profundamente sanadores para todas las personas afectadas de alguna manera por el delito. Sin embargo, no siempre son posibles, o mientras se decide si pueden realizarse, también podemos actuar de forma restaurativa tanto con la víctima como con el infractor.

Para este enfoque restaurativo, debemos tener presentes y promover ciertos valores esenciales. En otra ocasión hablé del respeto y la responsabilidad; hoy quiero centrarme en la interrelación con los demás miembros de la comunidad.

La relación entre los infractores y la comunidad supone reconocer nuestra interconexión, la red de vínculos que nos une a todos. Pero va aún más allá de eso: implica una comprensión profunda de que las acciones de uno repercuten en el bienestar de los demás.

Como señala Zehr, “relacionarse significa hacer algo por los demás”. Este gesto hacia otro es fuente de crecimiento y sanación, y constituye la esencia de la Justicia Restaurativa. Este enfoque abre la puerta a la transformación: cambia nuestra forma de ver el hecho delictivo y nuestra relación con quien lo cometió. La Justicia Restaurativa no solo ayuda a las víctimas, sino que también ofrece a la persona ofensora la oportunidad de iniciar un camino distinto en su manera de enfrentarse al daño causado.

Este aspecto es más importante de lo que parece, pues contribuye a fortalecer en el infractor el sentimiento de pertenencia a la sociedad y la percepción de que cuenta con el apoyo de su entorno cercano.

domingo, 9 de noviembre de 2025

La persona facilitadora de justicia restaurativa



 


Ser facilitador no es tarea fácil porque el ser humano suele tener tendencia a juzgar, a querer que las personas se sientan mejor, o incluso aconsejar. Pero realmente el facilitador no intenta hacer sentir mejor a las personas, no realiza juicios de valor, ni aconseja su labor es acompañar a las personas para que encuentren narrativas que les permitan comenzar su camino hacia la sanación

jueves, 6 de noviembre de 2025

Comprender y sanar: el valor humano de la Justicia Restaurativa


INTRODUCCIÓN

Para mí, lo más complicado es transmitir qué es y qué implica la Justicia Restaurativa, y cómo, gracias a sus herramientas, las víctimas pueden recuperar el control sobre algo que las afecta tan directamente como el delito sufrido. Es importante que la sociedad entienda que la Justicia Restaurativa no es una justicia blanda ni complaciente con los infractores.

En un sistema de justicia tradicional, enfocado casi exclusivamente en el infractor, resulta difícil cambiar el enfoque y decirle a la gente que esta justicia se centra, sobre todo, en ellos: en quienes sufren, en las víctimas. Además, cada vez que vemos las noticias, lo habitual es escuchar peticiones de penas más duras, como si esa fuera la única respuesta posible.

Sin embargo, mi temor fue desapareciendo cuando comprendí que no se deben demonizar los sentimientos negativos como el rencor, el odio, la ira o el resentimiento. ¿Cómo podría una persona que ha sufrido un delito no sentir todo esto, e incluso más? Negar estas emociones solo generaría más dolor.

Lo que un buen facilitador de Justicia Restaurativa debe saber es cómo abordar estos sentimientos para transformarlos gradualmente en otros más positivos, como la dignidad, el respeto o el orgullo de ser una persona superviviente. De este modo, se ayuda a las víctimas a avanzar en su proceso de superación del trauma. ¿Fácil? Por supuesto que no. Además, los facilitadores solo pueden acompañar; el camino lo deben recorrer ellas mismas. No obstante, la Justicia Restaurativa puede hacer que ese recorrido sea un poco menos difícil.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

La responsabilidad es un valor importante en justicia restaurativa


 
INTRODUCCIÓN

Siguiendo mi idea de como configurar la justicia penal,  en torno ha ciertos valores restaurativos que he considerado esenciales para esta Justicia, hoy quiero hablar de la responsabilidad y empatía. Esta responsabilidad es el compromiso con las relaciones. Los  infractores tienen unas necesidades, la principal es la de ser ayudados a entender el impacto de sus acciones, incluso podríamos decir que se trata más que de la responsabilidad, que reconozcan que sus actos dañaron a otras personas, a la comunidad y a ellos mismos.  Y este reconocimiento del daño se haría a través de acciones que impliquen que la persona infractora está haciendo lo correcto bien con la reparación a la víctima directa, a la indirecta o a la sociedad en general.

RESPONSABILIDAD Y EMPATÍA

Tomar responsabilidad por el daño, no es sino asumir lo que se ha hecho, reconocer que se ha dañado a otra persona, y esto sin duda, es mostrar respeto a las víctimas, ya que las está diciendo: sé que te hice daño y voy a hacer lo posible para compensar este daño. En la práctica  todo esto se mostraría en toda clase de medidas  que ayuden al infractor a ver que efectivamente causó un daño y a asumir que fue su culpa pero de una forma positiva, aprendiendo que no debe volver a delinquir, no por miedo al castigo sino porque ha comprendido que no quiere volver a dañar a otro ser humano.(empatía)

martes, 4 de noviembre de 2025

La justicia restaurativa se trabaja con respeto y responsabilidad


(imagen propiedad de Virginia Domingo)


Las personas facilitadoras somos consciente de la importancia de la formación para no revictimizar a las personas, ni juzgarlas ni realizar otras funciones que no son propias de nuestra labor. Por eso, la justicia restaurativa no se improvisa, no se impone aprovechando que tienes un cargo político o público se vive y se ejerce con respeto y responsabilidad. 

lunes, 3 de noviembre de 2025

Repensar el acoso escolar desde la justicia restaurativa y la educación en valores

 


INTRODUCCIÓN

Sandra Peña, de 14 años, se quitó la vida después de llevar un año sufriendo bullying por parte de tres compañeras. El centro no había activado el protocolo antiacoso a pesar de contar con dos denuncias.

Además se han difundido en redes imágenes de las presuntas acosadoras.

Hemos asistido estos días a otra muerte que nunca debió suceder y a muchas personas hablando de lo que no se hizo, la pregunta más importante debería ser ¿Cuántos niños y niñas deben morir para que nos empecemos a tomar en serio que algo estamos haciendo mal?

BULLYING, PROTOCOLOS ANTIACOSO ¿SON SUFICIENTES? ¿SE CUMPLEN?

Lo primero que deberíamos pensar es si existen realmente los protocolos anti acoso, y resulta que así es y especialmente desde la  Ley Orgánica 8/2021, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, se ha reforzado esta obligación  y exige que haya mecanismos claros de detección, denuncia y actuación. Sin embargo, nos encontramos con que no hay unidad y cada Comunidad Autónoma lo aplica de forma diferente.  Y sobre todo viendo que las estadísticas demuestran que el acoso escolar es algo más común de lo que podemos pensar, la pregunta sería si los colegios aplican los protocolos o quizá intentan quitar importancia a los eventos de acoso para no tener una “mancha” en su expediente. Algunas de estas estadísticas son realmente preocupantes y así un informe de la Fundación ANAR indica que el 9,4% de los alumnos sufre acoso escolar o ciberacoso, una cifra que incluye casos de acoso entre compañeros (12,3%) y casos de acoso grupal (49,8% del total). Continuar leyendo en lawandtrends

jueves, 30 de octubre de 2025

Sembrar humanidad en el sistema penal: el camino restaurativo


 
INTRODUCCIÓN

Partiendo de definiciones como la de las Naciones Unidas, podemos ver la Justicia Restaurativa como algo más que encuentros en la forma de mediación penal, conferencias o círculos, claramente la Justicia Restaurativa es mucho más. Los encuentros restaurativos pueden ser realmente importantes, aunque no dejan de ser un aspecto más, y no siempre se hará, otras veces se optará por programas individuales por eso,  si verdaderamente creemos que la Justicia Restaurativa es una forma de ver la justicia más humana, un nuevo paradigma de justicia, aplicada al sistema de justicia penal, debemos ir dotando al sistema penal de justicia que ya tenemos, de una serie de valores, elementos y principios restaurativos.Así operando desde dentro y partiendo de la regulación existentes, los resultados serán más satisfactorios porque se habrá tenido en cuenta las peculiaridades de cada país y sus leyes y los operadores jurídicos, otras autoridades y la sociedad en general tendrá tiempo de asumir la Justicia Restaurativa como lo más lógico, acertado y beneficioso para todos. ¿Cuál sería la propuesta? Una justicia penal en la que pueda compaginarse intervenciones restaurativas de un facilitador/a y sino fuera posible resoluciones de jueces y otros operadores jurídicos con enfoque restaurativo.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Justicia restaurativa sanar mirando al futuro


JUSTICIA RESTAURATIVA : ESPERANZA Y FUTURO

La Justicia Restaurativa es un camino que nos enseña que no hay heridas que no puedan mirarse con compasión. No se trata solo de reparar lo que se rompió, sino de reconocer el daño, asumir la responsabilidad y abrir la puerta a la sanación.

En este proceso, tanto quien causó el daño como quien lo sufrió tienen la oportunidad de reencontrarse con su humanidad. Escuchar y ser escuchado, reconocer y ser reconocido: ahí comienza la verdadera transformación.

Sanar no es olvidar; es recordar desde otro lugar, desde la comprensión y el deseo de no repetir. La justicia restaurativa no busca venganza, sino futuro. Nos invita a creer que es posible volver a empezar, que la empatía puede tejer lo que la violencia rompió y que todos podemos ser parte de un nuevo relato.

CONCLUSIONES

La responsabilidad no se impone, se asume con conciencia.

La sanación surge cuando la verdad puede decirse sin miedo.

La justicia restaurativa transforma el dolor en aprendizaje.

El futuro se construye cuando elegimos reparar, no castigar.

Cada espacio restaurativo es una semilla de esperanza.