EL DELITO PRODUCE DESEQUILIBRIO
Cuando se comete un delito, y alguien sufre un daño, también tenemos claro que el equilibrio moral debe ser restaurado para preservar las relaciones sociales, y aquí entra en juego la Justicia Restaurativa. ¿Cómo? No dejando solas a las víctimas con sus quejas y sus pérdidas. Queremos que sus pérdidas y daños materiales, mentales y sociales se puedan atender y la victimización sea eliminada, esto sin duda, se consigue de una manera más eficaz a través de la Justicia Restaurativa porque es una Justicia más participativa y que da el protagonismo que corresponde a los realmente afectados por el delito. Pero también no dejando solo a los ofensores, ayudando a que entiendan el impacto del delito pero sobre todo, apoyando para que de forma voluntaria, desistan del delito. El delito bajo esta perspectiva es una violación de las relaciones personales y esto afecta no solo a víctima e infractor sino también a la comunidad. Ya hablamos que la comunidad es víctima indirecta de los delitos porque cuando un delito se comete...dos piezas esenciales: infractor y víctima se separan de la comunidad y ésta empieza a resentirse y sentir que ha perdido dos piezas esenciales y que así no puede funcionar con normalidad. Esto supone que la comunidad también sufre el impacto del delito y la consecuencia de la debilitación de los lazos sociales y el aumento del sentimiento de inseguridad.
LA COMUNIDAD COMO VÍCTIMA Y A LA VEZ AGENTE RESPONSABLE
Por eso, la Justicia Restaurativa tiene en cuenta a la comunidad como afectada indirecta de todos los delitos, así se puede abordar y gestionar el hecho delictivo y sus consecuencias de una manera más global y sanadora, fortaleciendo las relaciones de los miembros de la comunidad ( de estas piezas esenciales de las que hablaba, que conforman un engranaje superior que es la sociedad) para que cualquiera que se vea afectado por la comisión del delito pueda sentir que sus necesidades son atendidas.
La comunidad además no solo como víctima tiene una serie de necesidades sino también tiene obligaciones como la de procurar a sus miembros un lugar pacifico donde vivir en paz.
A través de la Justicia Restaurativa, la comunidad , evitando que todo se gestione exclusivamente por el Estado, se hace responsable en cómo intentar “sanar” a los afectados por el delito, tanto directamente como indirectamente. Así conseguiremos una comunidad más pacifica, madura y responsable
CONCLUSION.
Una comunidad más saludable recuperará como personas nuevas tanto a la víctima como al infractor, eliminado el rol permanente de víctima y el de infractor
Fomentamos la reintegración de ambos, evitando sentirse señalados o estigmatizados, como delincuentes o como víctimas.
Así el grupo funcionará mejor
No hay comentarios:
Publicar un comentario