Las personas estamos hechas de
historias, esto es algo de lo que estaba convencida pero escucharlo de palabras
de Héctor Valle, me hizo reflexionar todavía más. No en vano, es un experto en
círculos. Yo he llevado círculos, pero sin duda, me queda mucho para
considerarme una experta. Sin embargo, tras esta afirmación tengo claro que ,
desarrollar habilidades para trabajar con las personas que necesitan contar su
historia es uno de los pilares fundamentales, para desarrollar cualquier
programa de Justicia Restaurativa. Las historias son elemento clave en
cualquier práctica restaurativa y en especial, en los círculos. Porque en los círculos, vamos a tener personas
que nos van a contar historias poderosas,
serán personas comunes y corrientes, que han experimentado un trauma y
que tienen la capacidad de compartir esta historia de una manera transformadora, tanto para el que la cuenta como para los que la escuchan. Por eso, para los facilitadores y siguiendo a Lynette Parker, es importante
seguir unas pautas para guiar a estos contadores de historias:
1) Relación con los que van a contar su historia. Debemos aprender a mantener cerca a las personas y ofrecerles algunas pautas para su narración, sobre todo en casos de gran impacto para las personas. El trauma según los expertos como Rhor, reestructura y reorganiza el cerebro. Debemos ser un apoyo, un aliado. Para esto, nada mejor que enseñar a las personas que son los expertos en su historia, y animarlos a “contar”. Debemos creer en ellos, más que nadie, incluso ellos mismos.
.2) Debemos ser oyentes. Hay que
escuchar a la persona que tiene algo
para compartir. Escuchar y escuchar. Puede ser útil reunirse y planificar lo
que compartirán, así conoceremos bien a la persona y su historia.
3) Es importante, el proceso de los
círculos u otras prácticas restaurativas, para mí, se pueden dividir en Introducción
/ relato de lo que pasó / Impacto
/ Reflexión. La narrativa de la Justicia Restaurativa está diseñada para ser
algo vivo, la historia puede cambiar con las diferentes etapas, las experiencias y cómo el orador lo está
haciendo, en ese día en particular.
También hay una narración
alentadora cuando se le pide a todos en el Círculo que compartan alguna
historia. "Todos somos expertos en nuestras propias historias",
"todos podemos contar una historia; solo hay que pensar en el comienzo, el medio y
el final". Es especialmente importante contar historias, en los entrenamientos
para ser facilitadores de círculos. Como he comenzado este relato, las personas
estamos hechas de historias, lo poderoso de las prácticas restaurativas como
los círculos, es que contar nuestras historias, nos acerca a otras personas
como seres humanos, nos conecta y esto nos ayuda a sanar.
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